Nos tienen aburridos. Debe ser porque es más fácil controlar masas y opiniones aburridas. No hace tanto tiempo, nos tenían indignados. Y eso generaba opiniones y movimientos de masas mucho más difíciles de controlar. No todo es reducible a dicotomías y movimientos pendulares, ya: la mayor parte de las injusticias que indignaban y movilizaron hace diez años, en un tsunami de revueltas, al globo entero, siguen ahí. Siguen las injusticias, las situaciones indignantes y, por consiguiente, la motivación para combatir los abusos de poder.
Pero resulta que el poder que, por tendencia y con indecencia, nos indigna, consigue cíclicamente aburrirnos, desmotivarnos, atolondrarnos.
No me refiero solamente al aburrimiento contencioso administrativo monumental de cada una de las penúltimas y últimas investiduras en el Parlament, pero también. Nos tienen aburridos con tanto trueque y retrueque, con tanta mayoría presunta pero nunca presente, con tanta rauxa de bote y tanto seny volador no identificado.
Y suerte que nos queda el poder reirnos de ellos al verlos retratados. Porque nos tienen aburridos pero es a base de retratarse. Se repiten en sus memeces superventas pero es que las venden muy bien y por eso se repiten. Es el círculo vicioso del aburrimiento de la política.
Me da por googlear eso y me teletransporto a un artículo de 2005 escrito por Juan-Ramón Capella en la revista Mientrastanto. Tiempos tan distintos aquellos... y tan parecidos, si no en lo formal, en todo lo demás... acomodados rentistas unos, ahogados por la precariedad otros, y flotando entre el aburrimiento y el entretenimiento, casi todos.
Y bien, paro a mirarme de lejos lo que escrito hasta ahora y me veo, y cómo no, aburrido y aburriendo.
De aquí a un mes se cumplen doce años de la muerte de Javier. Durante los primeros tiempos de esta web, a diario nos resaltaba una 'frase del día', como una guindilla (o mejor como una gilda) para desayunar. No hay sucedáneo de sus apuntes ni de su afilada lucidez. Pero está ahí la huella de su compromiso, contra el tedio y contra el vacío, destapando 'verdades incómodas' y ejercitando la autocrítica, necesaria para no aburrirnos solo a base de diversión.
Total, que... invertir en más procesos y procesiones, pues va a ser que no; investir más santos desvistiendo estampitas, pues va a ser que tampoco. Habrá que pararse a pensar algo nuevo, como cuando nos indignamos porque todo nos parece viejo. Lo difícil es cómo. Y dónde. Y todo... buff... nos tienen aburridos pero, aun peor, nos tienen rodeados.
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