Ugrafías

Esta es la tercera entrega -la primera en 2008, y la segunda en 2010- de una serie de análisis sobre la lectura de determinados resultados electorales en la prensa. Y, como ya dije, sobre todo es un análisis de cómo no se leen, no sea qué.

Esta vez sobre los de Grecia el pasado domingo. Es preciso empezar aclarando que el sistema allí es turnista como en prácticamente todo el mundo, pero además -quizás por aquello de que, ya que es el país que puso nombre a la democracia, pueden calzarla con apodos- incluye una variable que podríamos llamar 'el jackpot', 50 escaños redondos para el partido que sea más votado.

Tamaño despiporre de gratificación gratuita puede excusarse en eso que viene en conocerse eufemísticamente como mecanismo para la estabilidad. Así el Pasok (el Psoe griego) y la ND (el PP griego) han venido turnándose cómodamente décadas y más décadas. Total, que ese 'jackpot' ha hecho que a los 58 escaños que ha sacado ND se le hayan sumado, con el retintín del premio de una tragaperras, 50 más. Porque sí, oigan. Porque ese es el sistema y le llaman democracia desde Pericles, que no fue ayer pero que fue.

Vamos pues por partes, como diría Jack, pero el otro.

Esta vez, mucho más que otras, el turnismo se revelaba, como nunca quizás tan claramente, continuismo. Pasok y ND son los partidos que han acordado -y bien acordonado- con la Troika, el Merkelmarket Común Europeo, la Financiera Madrastra Internacional y las Agencias de Recalcificación, toda la sucesión de rescates -por no llamarlos recontraendeudamientos- que hace que la mayoría de los griegos no puedan imaginarse el final del túnel ni a base de buscarlo en los clásicos de la ciencia ficción.

Y esta vez casi cascan. Pero, entre el bono de +50 propio y
la tragicomedia-mass-media externa, podría ser que en unas semanas el continuismo gane. De aquella manera, pero que al tener el sello de 'así vale', pues valdría. Porque, aunque suene a pucherazo más que a ánfora, el bloque ND&Pasok (el PPOE griego) está a solamente dos 'tamayos' de manejar la mayoría en el parlamento, incluso siendo su apoyo, matemáticamente comprobable, el del 20,35 % del censo. Sí, sí, como lo leen. Con ¡un quinto! dueños del grifo y amos que parten y reparten... qué partenones!

Vamos ahora a la fuente y así podemos llegar a los números que no publica ni dios -ni Marhuenda siquiera...

-ND 11'98% del censo, 36 % de los escaños
-Pasok 8'37% del censo, 13,6 % de los escaños
Entre los dos partidos pro-rescate (y pro-recortes), con un quinto escaso del censo, el 49,6% de la cámara. Y olé.
Contrarios a esos pro...
-Syriza, izquierda radical, 10'66% del censo, 17,3% de los escaños
-Escindidos de ND, 6'74% del censo, 11% de los escaños
-KKE, digamos PC 'pata negra',  5'38% del censo, 8,6% de los escaños
-Nazis, y no digamos otra cosa, 4'43% del censo, 7% de los escaños
-Escindidos del Pasok, 3'88% del censo, 6,33% de los escaños
Y ya sin representación parlamentaria:
-Otros 25 partidos (16 de ellos nuevos), 12% del censo, ná de ná.
-Nulos y en blanco, 1'53% del censo, nada ya de entrada.
-Abstención, 34'90% del censo, "ir por ir es tontería".

Esa es la aritmética que refleja el país de Pitágoras.
En el del primo de Rajoy, por si alguien quiere comparar, el 20N pasado, del censo, se abstuvo el 31'05% , el PP obtuvo voto del 30'37%, el Psoe 19'57%, IU-ICV 4'71% y UPyD 3'19%.

Pero claro, todo eso son números. Entonces llega la comedia de los mundiales mass-media... Por ejemplo con estas lindezas en Vocento...
Uniendo sus fuerzas, Nueva Democracia y el Pasok sólo obtienen 149 diputados de un Parlamento con 300 escaños. Y con esos 149 diputados corren el riesgo absoluto de que la oposición (integrada por ultraderechistas, neonazis, extremistas de izquierdas y comunistas, que aunque se odian entre ellos comparten su rechazo radical a las medidas de austeridad) les tiren por tierra todos los ajustes que Grecia aún tiene que hacer.

Acabáramos. Así de ojetivamente nos explica la prensa de orden el evidente desorden que hay cuando un sistema turnista se hace trizas y trenzas.

Pero acabemos con algo más, que si bien no es la matemática, es también, la geografía, ciencia que en casos así también ocultan, aunque sea siempre muy clarificadora... Tras leer en el análisis de Diagonal que Syriza ha sido el partido más votado en todas las grandes ciudades: Atenas A y B, Pireo A y B, Salónica, Patras. Y el primero en la franja de edad hasta 55 años... tuve la curiosidad de comparar mapas, y bien... puede compararse un mapa oficial, además interactivo, que da sorprendentes resultados según prefecturas con este otro, más estático pero que puede superponerse al anterior, con la densidad de población.



Más claro, agua del Egeo homérico... Creo que puede decirse sin caer en exageraciones que en Grecia la opinión más emergente, en las ciudades grandes y entre las capas jóvenes, es la opinión de la izquierda radical. Y esa opinión ha conseguido crecer, y casi romper el marmóreo turnismo, desde abajo, sin mass-media que les apoye. Y esa opinión coincide con la de los desengañados y por ello escindidos de los partidos de turno, más allá de coincidir con los grumos patrioteros que salen tras los latigazos de las finanzas de la econocracia sin fronteras.

La imagen que agitó, en todo caso, la lectura oficial de esas elecciones, fue la la payasada del 'queselevanten, coño' del furercillo Nikolaos. Normal, porque esa es la imágen que da miedo y alimenta el poder de las pesadillas.

Prefiero apuntar a lo que dicen allí de que quizás estemos ante una suerte de first Latin America-style leftist government in Europe y prefiero invitaros a leer sobre el movimiento político tras Alexis Tsipras. Acerquémonos este mayo a la democracia real en vivo. Disfrutemos de la otra imagen, la que no emitieron ni pensaron emitir, pero tampoco callarán, ni su alegría transnacional, popular -en el buen sentido de popular- y radical -propiamente dicho.

 

Tiene su inri que, tras más de tres décadas de silencio al respecto, sea precisamente en un 28 de diciembre cuando el ente -o mayúscula Casa- del monarca desglose su presupuesto cara al público. Y tiene su qué, también, el que sea inmediatamente relativizado con las cuentas de otras coronas europeas. Parece que nos está resultando un outlet la borbonía.

Se nos supone pues de santa inocencia, y dado el mesurado nihil obstat de toda la prensa corifea, entre el discurso y la pormenorización de dónde se colocan los cuartos, parece que ya hace costra lo de la cosa noóstra.

De la sopa de números nos resulta que aquel saetón que podemos ver, videoteca mediante, se deshizo en elogios a Su Excrecencia el Anterior, percibe solamente una mensualidad de unos 24.000 leuritos. Al año lo que vale un pisito promedio. Ya. Claro que hay otros cálculos que resultan en que el coste del tinglado es cuatro veces mayor al declarado y pasa de 30 milloncetes.

Pero el caso es que sigue siendo 'el campechano'. La subditez congénita de las mayorías no se desboba ni con la evidencia: yernos de cortafuego y a seguir con el paripé. Dice el diccionario que es campechano quien trata a los demás sin ceremonias y prescindiendo de categorías o posición social, con llaneza. Así pues un rey campechano es un oxímoron. Quizás por eso aguanta el cetro, pero alguna vez el anacronismo se hace tan patente como maloliente. Y también puede resultar que la palabreja tenga su origen en un gentilicio de raices mayas, pero sonar suena a campestre igualmente. Oirle lo del 'todos somos iguales' deja como un aroma de mierda de vaca, se le llame metano o zutano al heredero fulano.

Todo pasa y todo queda, y cambia el mes pero bastante más. Es tiempo de cambios a muchos niveles y en muchos sectores. Pero cuando hay matiz es por algo. Y no es lo mismo mudarse que mutar. Las indignadas nos mudamos. Los indignantes mutan.

Mutan banqueros y políticos. Oigo a un tal Nin, vicepresidente de CaixaBank, diciendo que 'todo nos afecta en este momento de la construcción europea', alabando el 'acompañamiento de los accionistas' y hablando del 'valor de liderazgo' y del 'valor de anticipación' y de que 'el alma de La Caixa continúa siendo la misma'. Bla, bla. Rematando con la ufana 'seguridad que da la institución' en un contexto en que cajas y cajones más pequeños hacen malabarismos por no ser engullidos por 'los mercados' . Tanto positivismo seguramente será el mismo de Rato en el primer dia en Subolsa de Bankia o de los presidentes de Banca Cívica, de KutxaBank, etc.

Y cambiando de canal, otra mutación en el Ajuntament de Barcelona. El discurso del saliente y el del entrante son las dos caras de la misma moneda. Cómo les motiva la vocación de servicio a las personas y a los barrios. Cuánto hay que ilusionar y mejorar. Quiénes son los próceres y las esencias. Bla, bla. También es una mutación de zombie a zombie, de trilero a trilero, de bastón a porra o de porra a bastón, que tanto monta, monta tanto.

En cambio, las indignadas no mutamos, pero andamos de mudanza. Las plazas símbolo vuelven a estar bajo el toldo de la normativa, pero la 'normalidad' nunca será ya la misma. Mientras grandes almacenes cambian etiquetas y revenden rebajas, nuestro bagaje se traslada a las asambleas de barrio, y la fuerza que nos da el haber superado los obstáculos en la primera ronda nos alimentará ahora que entramos en la segunda.

Queda mucho camino y habrá que moverse una y otra vez. Aunque tal como alguien comenta en el documental #AcampadaSol de Adriano Morán, lo que el 15M ha provocado -y añado, el 19J ha demostrado- es que estamos en un nuevo escenario, y esto se va a ver en muchos campos y de muchas maneras, no solamente en guiños comerciales como el de alguna marca de agua. No, esto se va a ver en el día a día, semana a semana, convocatoria a convocatoria, palabra a palabra y acción a acción. Desde donde cuadre, para lo que queramos.

Poder podemos, precisamente, si nos movemos.

En vispera del 19J cualquier cosa que uno escriba es poca cosa. Hay en el aire un pulso entre lo futuro y lo pasado. Como en una reválida, la movilización popular afronta un paso clave. Los discursos de los políticos y sus corifeos son previsibles. El pueblo no.

Y así y todo siento que mañana puede nacer un mundo nuevo. Pero sin euforia, sin urgencia, sin estridencia. Me asombra más el silencio y la sonrisa que el grito necesario. Este mes ha sido muy largo, muy tenso. Han caído máscaras y se han levantado esperanzas.

Quizás, de nuevo, trato de encontrar, más que consignas, rimas:

Contra la sordina, bocina. Los medios de desinformación de masas ponen desde siempre un silenciador al palpitar de lo nuevo. Hemos de responder siendo más y en más lugares y de más maneras.

Contra la caricatura, frescura. Hace un lustro 'mileuristas', ahora 'perroflautas', pero siempre dibujados como incapaces de torcer velas y timones. Tendremos que seguir inventando y remando.

Contra el foco, el megáfono. Desde bien arriba deciden qué es noticia y por qué. Desde abajo la comunicación social y la construcción de una gramática del reconocimiento ha de ser el fruto de la indignación.

Contra la portada, la sorpresa. Tienen centenares de pies de foto precocinados. Podemos cambiar el menú a cada día, en cada esquina, con cada idea. No nos dictarán ni el cómo ni el qué. Ya no.

Contra la división, reflexión. Esta no es una guerra de posiciones sino de resistencias. Sus grietas, sus avaricias, sus contradicciones, pueden sernos útiles. Pero solo mientras no consigan que nuestros disensos naturales aborten esa suerte de multiconsenso que es el saber lo que no queremos.

Contra la reacción, más revulsión. Tienen el monopolio de la violencia y armas de manipulación masiva. Da igual. Nos une el convencimiento de que vamos a hacerles una úlcera ética de la que no podrán salir sin cambiar de régimen. La indignación se les va a atragantar.

Y punto y seguido. Seguimos como en el verso de Ángel González, con los pies en el suelo y sin demasiada esperanza. Pero con fuerza, haciendo camino. Marchando hacia delante. Quieran o no, somos más y queremos algo más que ser más: poder hacerlo mejor. Ni un paso atrás. Las calles, las plazas, la vida es nuestra. Ya.

Allegro vivace.
Queremos un mundo donde quepan muchos mundos. Tenemos un mundo y -lo- consumimos como si tuviéramos seis. Nuestro pequeño mundo interior, nuestra conciencia, puede ahora encontrarse y reflejarse en las de nuestros vecinos, prójimos próximos. "Es la (r)evolución, estúpidos". Es la única salida y es la única entrada.

Andante con moto.
Sin internet era imposible, con internet es imparable. Tenemos redes que son, de por sí, populares, tenemos imaginación para darles a esas redes el poder que la desinformación mediática de masas quiere preservar en las plazas reservadas de la oligarquía y en sus acampadas consolidadas, las de sus círculos ecuestres, suites strausskhánicas y limusinas. Podemos juntas porque contactamos y multiplicamos nuestros ánimos y nuestras esperanzas al clicar en el botón de enviar, pues ya enviar es crear y ya abrir es aprender. Tan fácil como frágil. Pero tan inevitable como necesario.

Pizzicato.
No sabíamos que éramos tantos. No sabíamos que, en nuestra diversidad, la indignación nos convierte en la nueva fuerza energética. Vemos y vivimos en las plazas cómo esa energía de la indignación, metabolizadora de impotencias y cabreos, esa energía se traduce en unos maravillosos pellizcos intelectuales y sentimentales, cada vez que leemos o vemos en nuestras plazas revolucionadas un lema o un dibujo que nos entusiasma y nos alimenta.

Presto.
Deprisa, sin crédito. Deprisa, con el cuentarevoluciones a la velocidad de disco de vinilo sencillo de los setenta. Sin crédito, pues la minoría oligarca -valga la redundunda- y a sus pies su esclava mayoría sedada, no van a dar crédito de ningún tipo. Al contrario. A poco que nos adormezcamos sacarán sus inercias y sus miedos para acusarnos de disturbios -vaya paradoja, siendo el sistema tan turbio- y procurarán sabotajes a nuestra natural manera de echar raíces, léase radicalizarnos... y nuestra natural manera de dar frutos, periódicamente, cada muchos años. En consecuencia de todo ello, recordemos: hemos de ir tan despacio como vaya el último de nosotros, tan lejos como queremos y debemos ir, y creyendo, creyendo justa y necesariamente en que todas nuestras creencias deben acompañarnos a las plazas como bagaje, pero nunca como lastre. Si lo que creemos es lastre de la (r)evolución, dejémoslo atrás. Si queremos compartir nuestro bagaje, recordemos que no hay prisa, que ese bagaje no va a caducar, que estamos en camino y no se deshacen las maletas a medio camino porque eso es contraproducente.

Allegro ma non troppo.
Démonos poca importancia. Pero seamos conscientes de que cada palabra, cada chispa, la tiene. Esta vez es una revulsión ética. Esta vez es sin banderas, ni nacionales ni políticas. Esta vez sentimos el sol aunque se nuble o llueva. Esta vez no sirven las aduanas ni valen para nada las fronteras. Sigamos y sobre todo contagiemos. Como esporas lleguemos a las plazas de los barrios, a lo más vecino donde la escala es más la de lo humano que la de lo urbano. Eso hacia dentro. Y hacia las plazas de otros lugares y de otros acentos, agitemos, animemos y disfrutemos de que esta es una indignación internacional.

Adagio solemne.
Lo de los canes y los peces, lo explico. Querrán contagiarnos, con porrazos y con todo tipo de violencia, la rabia del cánido rabioso. Nos muerden no para que paremos de ladrar, sino para que se mute a una algarabía de mordiscos. No caigamos en esa trampa. De nuestra mayor o menor perrería usemos solamente la fidelidad, la mirada cariñosa y la paciencia. Y bueno ¿a qué lo de los peces? Pues a dos sentidos. Uno, el de que no hay pan para tanto chorizo pero además, no hay pezqueñines para tanto tiburón. Vuelve el pez y vuelve el mensaje gráfico: El pez grande se come al chico, pero unidas, solidarias, conscientes, las personas chicas de mayo de 2011 vamos a poner a régimen a los acomodados depredadores grandes, a los oligarcas que empiezan a saber ahora a qué sabe el miedo de la precariedad. Ay... y cómo se sufre que quien se te enfrenta no esté frenado por ningún miedo, y cómo deberán sufrir que quien se les enfrente tenga una creencia nueva, resplandeciente, poderosa, telúrica, imbatible, pachamámica, democrática, inmensa.

"Democracia boreal ya". Y esta vez no solo en Islandia. Del calor hacia el frío, y todo a fuego lento, bien cocinado, sin angustias y sin prisas traicioneras. Podemos. Juntas podemos. Despacio podemos. Utópicas y lindas, venceremos.

Take the square, handle with care
Oir, sentir y respirar. Esa puede ser la nueva consigna de la gente. Esa debe ser, y está en nuestro haber.
Gracias por escuchar.
A ver.
Y a amar.

Vamos despacio porque vamos lejos. Ellos en cambio tienen prisa porque se les acaba el mundo. Mantengamos la fuerza de lo que no pueden desalojar. Creo que esta vez no es una batalla material sino una lucha por un cambio moral, por un cambio también de roles, de máscaras y de funciones. Paciencia y dignidad y, estemos donde estemos, seamos y sigamos. A este mayo le quedan mucho más que cuatro días.

Hoy el conseller Puig ha desvelado qué porra propone.
Anoche la Asamblea de la Acampada, de forma natural, se cerraba planteando que el viernes reflexionáramos.
No hay empate ni victoria ni derrota posible, mientras el juego sea por pelotas.

El miedo que tiene Puig es que no damos miedo. Así que sin diálogo de ningún tipo, y sabiendo que los mass-media son del mismo amo del que él es lacayo, trae cizaña sin número de placa.

Pero este mayo ha abierto la nueva ola, que conecta Islandia con Tahrir pasando por la spanish revolution y hace eco ante las columnas griegas. Y es que cuando lo imposible es imparable no hay vuelta de hoja.

Persistencia pacífica desde todos los puestos.
Seguiremos trabajando.

Solo dos verbos. La batería no da para más, vivir despierto esto que está pasando en mayo de 2011 supone dormir muy pocas horas. Así que en pocos minutos voy a ugrafiar la hasta ahora última rima que me ha pasado por el bihemisferio de pensar -greguería para lo cerebral-.

Arrasar. Durante semanas se masticaba que el PP iba a arrasar el 22 de mayo. Y tanto se masticó que la papilla se hizo portada en los kioskos y los telediarios, en el día de hoy. Y va a ser que no. Por dos cosas. Primero porque arrasar es dejar algo a ras, sin flecos ni pequeñeces puntiagudas; y no: más voto nulo que nunca, más voto en blanco también, lo de Bildu en Gipuzkoa, los cien de las CUP en Catalunya, las fracciones populatas en Asturias y Navarra, el 'dispersionismo activo'... Segundo porque el voto al PP es el de poco más de uno de cada cuatro votos convocados. Si eso es arrasar es porque los otros casi tres, de momento, aceptamos pulpo.

Aplazar. Del toma la calle ha brotado el toma la plaza y de ahí, fractalmente, y es natural, está saliendo lo global, el toma las plazas, tanto las de cada barrio como las de todas las ciudades con indignación latente para que lo viral contagie la necesidad de compartir, contrastar, conjuntar, y revulsionar la sociedad desde abajo. Aunque parezca que no, la victoria es la de seguir, tras el ritual transgénico-cleptócrata, y seguir con convencimiento en pie de paz y darse cuenta de que este mayo no va a pasar a la historia porque un turno tome el de otro turno, sino porque es el nuevo mayo que muchos queremos vivir. Y seguimos. Al menos aquí seguimos, confiando en Sol ( In * we trust ). Vamos despacio porque vamos lejos.

En todos los sentidos. Y bien lejos.

PD: Propongo una proclama, o quizás proclamo una propuesta:
Take the square, handle with care.

Si hay -por encima de los demás- un hipertópico prosistema y pro-represivo es el de que las plazas se deben desalojar 'porque todos somos iguales ante la ley'.

Si la igualdad ante la justicia se hubiera demostrado cuando llamaban a juicio a los Millet, Botín, a los de la Pretoria, los del Gürtel... Si entonces todos hubiéramos sido iguales no habría habido ni fianzas ni escudos mediáticos que les sirvieran para volverse a casa con sus rapiñas intactas.

Si la igualdad realmente aplicada no hubiera sido la de 'te lo quito de los hospitales y las escuelas para dárselo a los pobres financieros', entonces el "spanishpasotismo", esto es, la democracia antiparticipativa que conviene y mantiene a las trillizas PPOECiU en sus poltronas reinaría ahora mismo en las plazas y gobernaría en las charlas de toda España y aledaños.

Si la precariedad, los sueldos miserables y la carestía de las necesidades primarias no hubieran empujado a los submileurizados a tener que poner en una pancarta "Me representaréis cuando cobréis 600 euros", ahora no estaríamos indignados ni los menos jóvenes ni los jóvenes sin futuro porque el futuro no dependería del crédito trilero ni de las rateras agencias de rating.

Si no se permite al pueblo decidir soberanamente dónde y junto a quién quieren estar reflexionando cada día, cualquier día, todos los días resultará que lo que se nos quiere imponer no es nada más que la desigualdad. Resultará que la teocracia bancaria y sus imanes desinformadores nos quieren arrodillar a diario y especialmente en día en que el indisimulado turnismo prescribe adorar a la divina resignación y al silencio sumiso como profeta.

¿Jornada de genuflexión? No, gracias.

Este 14 de mayo se cumplen cinco años de la primera sentada por la vivienda digna. Un lustro ya. Parece que fue ayer pero es pasado mañana. A ver si me explico. Aquel domingo de 2006 no había, en teoría, crisis. Se trataba de indignación, de rabia, de la respuesta a un estado de las cosas tan denostable como fraudulento. De aquellas sentadas surgió un movimiento que durante más de dos años trabajó el asunto del derecho a vivienda y el colateral, si no radical, del derecho a la ciudad. De aquellas asambleas nacieron colectivos y grupos de afinidad que aun resisten y persisten. Creo que, en todo caso, puede decirse que la acción combinada de 'la crisis', la falta de coordinación entre asambleas y el sutil ninguneo de los medios de masas, frenaron el impulso de todo aquello que dábamos en llamar V de Vivienda. Ahora bien, este domingo 15, como hace cinco años, puede surgir algo nuevo de una protesta en la calle. Tanto en lo estético como en los argumentos parecen beber de aquellos zumos que exprimieron las asambleas contra la precariedad, contra los abusos y contra la especulación. Confluyen democraciarealya, juventudsinfuturo, nolesvotes y malestar, cuatro redes apartidarias que podrían, si la respuesta a la convocatoria genera energías, ser semilla de algo nuevo. De algo que, como en tiempos aquellas sentadas, estamos esperando que vaya más allá de una fecha y de unos lemas. Veremos. De momento en democraciarealya.es aparece el listado de las plazas donde se convoca. Tengo una sensación extraña, mezcla de un 'ya visto' y otro 'aun por ver'. Lo que está claro es que la protesta presencial es mucho más necesaria que papeletas o pseudoprogramas que se lleva el viento. El 15 de mayo puede ser un gran día. Participemos.

Hay polisemias que lleva uno como enzarzadas desde jovencillo. Me ocurre con la de los elementos. A ver si me explico: a caballo de la EGB y el BUP las distintas asignaturas iban como rellenando de bits la memoria ROM de la quijotera.

En ciencias naturales, la tabla periódica de los elementos. Con esa U uránica amenazante, proto-ugráfica, acompañada de plutonios y demás demonios.
En historia, la frase épica sobre la Armada -llamada- Invencible, aquella de 'yo envié a mis naves a luchar contra hombres, no contra los elementos'.
En ética, e informal y vulgarmente en todas partes, aquello de 'vaya unos elementos'.

Las tres acepciones juguetean cuando me planteo escribir algo sobre la conmemoración del suceso de Chernóbil. Y es que aquello ocurrió porque unos elementos -de los de la acepción tercera, esto es, unos tipos- irresponsables jugaron con fuego y se les quemó el tapete. Bien. Soviéticos tenían que ser, bramaban brahmanes... pero ¿y? Y ahora humean otros reactores en Fukushima porque en el país donde se acuñó el término tsunami a algunos preclaros invencibles del desarrollo se les ocurrió poner centrales nucleares en primera línea de playa.

Volviendo a la frase de Felipe II, le quedó bordada y de tan repetida incluso se asume como fundamentada, pero el caso es que a medida que se estudian detalles de aquel 'paseo militar' lo que resulta evidente es que fue un error táctico monumental : las grandes naves nunca deberían haber ido hacia el norte de Escocia, pues no estaban preparadas para ir tan allá. De haberse quedado en las latitudes flamencas, otro fandango se hubiera cantado. Pero no, se pasaron de frenada y les dieron para el pelo y por los siglos de los siglos, se ve.

Lo mismo ocurre con la energía nuclear : situar centrales en zonas sísmicas es ya de entrada apostar mal. Lo del Japón fue este mes de marzo pero -y ahí cabe una ucronía curiosa- podria haber ocurrido en los ochenta o en los noventa, con el mismo resultado contaminante y nefasto.

Lo irónico del asunto es que el sistema sigue la máxima de la excusa exculpatoria. Que si el maremoto fue tremendo, que si no se contaba con esos elementos de la naturaleza, que si 'tragedia', que si 'impredecible'... Blas y más blas! Qué malvada, qué traicionera, la madre Gea! Qué ramera, solo les falta decir. Y así vamos... con unos elementos -de nuevo la tercera acepción- tan soberbios, tan faltones y tan malos hijos, decidiendo dónde y cómo poner sus piezas en el tablero con pleno engreimiento y con aires de invencibilidad.

Lo normal, lo natural, es que, puestos así, tarde o temprano se líe parda.
Elemental.