Presentarse como radical tiene su qué. La palabra es usada a menudo con un sentido distinto, incluso opuesto -radicalmente, para más inri- al que queremos darle muchos radicales. Queda como ilustrativo de todo ello la columna con que Javier inauguró su participación en el diario Público: Perdonen, aquí un radical.
Más allá del ruido de 'banderías y partidos radicales' lerrouxistas o peronistas, hoy en día por radical entiende el rodillo desinformante lo violento. Traigo aquí una cita de Emmanuel Lévinas para exorcizar esa acepción simplista y dirigista que impera: Es violenta toda acción en la que se actúa como si se fuera el único en actuar, como si el resto del universo no estuviera ahí nada más que para recibir la acción. Es violenta, por tanto, toda acción que padecemos sin ser sus colaboradores en todos sus puntos.
Y ahora la de arena: Enfrentamos una previsiblemente tediosa campaña de urnas. En dos semanas vuelve el circo de la propaganda partidaria, del bipartidismo contra las periferias y contra sí mismo. Y es también previsible el resultado: victoria irónicamente 'crítica' de los populatas por unas décimas sobre los sociatas y de guinda subidita de la Rosa upeydiana. El 8 de junio parece ser que volverán a vencer, sin convencernos, los números que llevarán a una mayor involución y regresión, en lo social y en lo nacional.
Por ello creo que deberíamos, de alguna manera, hacer cosas espontáneas en esa arena, en ese ruedo de mentiras amplificadas que será la campaña 'por las ¿dietas? europeas'. Ayer mismo lo propuse en la asamblea abierta que el Grup de Suport a Enric Duran celebró y de la que queda redactada el acta en su propia web.
El motivo es sencillo de entender: es una barbaridad digna de mulás o ayatolás lo de encerrar a un hereje del divino crédito. Es una barbaridad si se entiende que en democracia las creencias son libres. Enric cree, como bastantes personas de bien y bien pacíficas, que podemos vivir sin capitalismo. Y bien, pues eso o su consciente morosidad, tan provocada por quienes la generaban como por quien la alimentaba, que esa es otra, no son, no deberían ser, en democracia, motivo de prisión.
Y por tanto, ante tal injusticia, e igual que Supervivienda apareció, irrumpió e interrumpió, como archiva San Yutube, en mayo de 2007, en varias de esas 'misas de campaña' patéticas, para denunciar el uso electoralista del tema de la vivienda, también ahora sería positivo, y sería de agradecer, que alguien, disfrazado o no de dibujo, interpusiera entre las cámaras y los guiñoles 'eurodiputadizables', una pancarta en estereo: "¿quién debe a quién, quién estafa a quién?". Porque no está claro. Y cada día está menos claro qué raiz cierta tiene eso que llaman 'crisis'. Y se nota más que quienes abonaron el terreno para que creciera tan mala hierba son muchos de los que ahora se presentan como los que van a cortar el césped del sistema y a cuidar sus jardines... en Estrasburgo.
2009/05/09 01:58:00 GMT+2
El radical y la arena
Escrito por: pakua.2009/05/09 01:58:00 GMT+2
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