Ugrafías

Este sábado, 21 de noviembre, en la Plaça de Sant Jaume, a las seis de la tarde, un número -aún indeterminado- de ciudadanos y ciudadanas se manifiestan. La convocatoria va ligada a un manifiesto contra la corrupción y la impunidad que ha sido suscrito por una retahíla de asociaciones, ateneos, asambleas, federaciones, colectivos, entidades ... es decir, por buena parte de la sociedad civil del todo el pais. Muy probablemente ya lo habéis encontrado en vuestro buzón de correo electrónico, dado que este tipo de escritos y llamamientos a la movilización, como es normal, es así como se pasan. Con el "pásalo" final que les hace mover -, al menos vía internet.



El manifiesto hace un llamamiento a "impulsar reformas en el funcionamiento de las instituciones y las políticas públicas que eviten que los hechos [caso Millet, caso Pretoria, etc.] se vuelvan a repetir". La Assemblea pel Dret a l'Habitatge - VdeVivenda también se adhiere al manifiesto. Aunque reivindicamos, desde el primer momento, en el 2006, la aplicación de medidas estructurales, y eso significa alguna cosa bastante más allá de reformas. Aunque somos conscientes que una parte pequeña, pero con representavidad, de las entidades abajo firmantes, también suscribieron hace veinticinco meses el Pacte Nacional de l'Habitatge, el cual continuamos viendo no sólo demasiado blando y de escaparate sino, de hecho, también contemporitzador con buena parte de los comportamientos políticos que generan corrupción. A pesar de todo ello, sin embargo, no queremos dejar de apoyar un texto que, además de señalar con contundencia las raíces del problema, acierta plenamente en la respuesta que tiene que dar la sociedad catalana: la movilización popular en defensa del bien público. En la defensa, pues, de la res publica. En la defensa, por lo tanto, de los derechos sociales, económicos y culturales, como el Derecho a la Vivienda.

Días después de empezar a moverse el Manifiesto, otro texto, titulado 'Rodarán chorizos',



se ha esparcido también como el aceite, por la red, con su pásalo, a partir de un blog 'ad hoc' y con la misma finalidad: hacer que el sábado 21 la plaza central de la política catalana esté llena a rebosar, y se exprese con fuerza el sentimiento de indignación y de rechazo a los corruptos y a los corruptores de la cosa pública. Este texto segundo, a la sombra del primero, añade rescoldo y arrebato (= rauxa) al juicio (= seny) propio, más serio, del Manifiesto. No acumula abajofirmantes pero sin duda anima a participar en la reivindicación de manera directa, pressencial, más allá de clics de reenvío desde el ordenador. En resumidas cuentas, son dos llamamientos bien diferentes, pero el grito en el cielo -y a los medios que lo tienen que recoger- es, de hecho, el mismo.

Los políticos de un gobierno de izquierdas tendrían que valorar positivamente que el pueblo exija en la calle nuevas políticas progresistas, y también -cuando toca, y ahora toca- políticas más radicales, en el sentido propio, profundo, de ser radicales; políticas, por lo tanto, que no convivan con la corrupción ni la toleren. Quizás soy demasiado crédulo pero quiero creer que en las administraciones catalanas hay un número -también indeterminado, claro está- de profesionales que no quieren verse en el mismo saco que los que han chorizado o lo continúan haciendo. La concentración del sábado 21 es contra el mal gobierno, contra el desgobierno y contra la corrupción de los que gobiernan con manejos bajo mesa de dineros públicos. Los latidos de la vida y de la voluntad ciudadana tienen que darse mucho más allá de las diadas de 'fiesta democrática' con las urnas. Hace falta que se oigan, y fuerte, en cada instante que hace falta que se escuchen bien fuertes. Vamos, pues, todas y todos: "Sábado a las seis en Sant Jaume. Pásalo".

(v.o.català) (conste que he usado un traductor utomático, sorry)