Ugrafías

Entrado ya mayo me da por pensar en mayorías y de ahí paso a pensar en la gente mayor y de ahí a que en catalán se usa mayormente la expresión de gent gran para referirse, de manera general, a quienes ya cumplieron los 65. Y de ahí voy al hueso de esta entrada, ya entrado el mes.

Mayor es también Mallorca respecto a Menorca. Un dueto insular a quienes los romanos pusieron en la toponimia la relación de sus tamaños. Pero jóvenes y mayores habitan las dos, hay menores mallorquines y mayores menorquines. Ocurre parecido con algunas calles 'mayores'. Aquí en Barcelona, por ejemplo, hay 'mainstreets' como Gran de Gràcia o Gran de Sant Andreu.

Siguiendo con el paralelismo geográfico, lo principal no siempre es lo mayor y la capital no siempre es la ciudad más grande. Así ocurre con las capitales Washington, Berna, Ankara, Pretoria o Brasilia, entre otras pocas excepciones. Lo habitual es que la capital sea la más poblada.

Pero de la misma manera que es bien distinto una editorial de un editorial, tampoco son lo mismo una capital y un capital. Ahí la etimología es bien distinta: la capitalidad proviene de ser cabeza (quizás también cabo, pues al fin y al cabo, cabo y capitán no comparten rango pero sí étimo). El capital del dineral, en cambio, tiene su origen en el caudal : lo caudaloso es lo acaudalado, es decir, al capitalismo en realidad deberíamos llamarlo caudalismo, pues se origina en que unos pocos controlen los flujos y los grifos y la mayoría cobremos como por goteo. En rigor, los anticapitalistas, más que destruir el caudal lo que queremos es que se organicen de otra manera los embalses de manera que el caudal se reparta y no se nos seque tanta gente en la miseria.

Capital Madrid, pues, de lo que es el Estado, pero capital capital pues quizás de momento el Deutsche Bank, así a bote pronto por hacer una rima fácil. La cabeza, o más bien el cetro y la corona real, en el sistema capitalista la tiene el Gran Capital. Los enésimos Bank y los IBEX y demás 'excelentes' de milmillonesistas que chapotean en la abundancia de los embalses bien reembolsados del Forbes.

Y a todo esto un punto y aparte, pues por eso pensaba yo en la diferencia entre mayormente y mayoritariamente...

Dentro de dos días en la comunidad unilateralmente uniprovincial de Madrid, capital y tal y tal, se votará. Da un cierto reparo hacer apuestas porque pueden salir más feas que apuestas, pero el caso es que esperemos que se vote contra el rebrote de rebrutos y que se cuente con que, cuanto más devota, menos abstencionista. Así que o la izquierda se mueve y se vota o la señá Ida vuelve a joder con la pelota.

Mayormente uno es optimista en mayo, pero como las elecciones son recalentones de encuestas, podría ser que muchos precarizados (hace un siglo llamados proletarios) prefieran dar apoyo a presuntos caballos ganadores, como si desde sus precariedades (hace un siglo llamados trabajos) tuvieran opción de jugarse algo en los hipódromos. Ese creo que es el peor enemigo de la política: el absurdo que hace que gran parte de la mayoría vote por ser eso, aparente mayoría, mientras una minoría bien acaudalada y bien mimada por sus brunetes mediáticas recoje mucho más torrente de papeletas del que podría generar, como minoría y oligarquía que es, por sí misma.

El truco del trilero, vaya, de toda la vida. Hay mayores que lo saben y mayores que nunca lo han querido saber. Igual que hay no tan mayores que lo ignoran o que lo quieren ignorar.