Ugrafías

Aunque escrita dos semanas antes, mi tarjeta de presentación en este blog de suelo consolidado fue publicada hace un año. Hoy toca balance, pues, aunque no tenga columpio a mano.

Primero de los dos palabros que lo titulan y firman. Ugrafias sigue siendo una palabra rarísima que viene aquí o a sitios amigos que también traen hacia aquí. Y Pakua sigue siendo un arte oriental no sé bien si para la calma o para los golpes -posiblemente para combinar ambos extremos humanos.

Pues bien, ugrafías propiamente dichas he escrito muy pocas. Lo son aquellas de etiqueta nunca-publicado. Mi intención es pasar a la web muchos borrones que arrastro perdidos en mi quijotera. También quiero ser mucho más gráfico en lo ugráfico. Por un lado, con lo mapómano que soy, casi me asusta no haber tirado del filón de mapas que imagino y recombino rumiante. Quizás al presidir todo esto el antimapa de cabecera me doy por contento antes de los tientos. Por otro lado, no solo mapas, muchas ilusiones tengo que solo pueden hacerse visibles sin palabras.

Y bueno, Pakua ya no es sólo un simpático apodo. Lo usé al meterme hasta la cocina del movimiento por la vivienda, y aunque no lleve tilde gráfica y oiga algún Pákua de vez en cuando, cosa normal, casi que es más mi nombre de guerrilla que mi pseudónimo bloguero. Pero bueno, persisto, luego existo.

Hay ¡ay! un vicio en la red, y es que sus muchas ventanas abiertas no invitan solamente a tejer, también a hacer rodar los ovillos. Así me encuentro con lugares donde disperso versos, foros donde lanzo flechas, espacios donde redacto penas, álbumes donde elevo iconos. Y vaya, ancha es la silla y cualquier día he de encolar sus patas, pero aún estoy tomando las medidas. Cuando lo tenga claro dejaré a mano un enlace que reuna mis perfiles centrípetos, que muchos son y encima se reproducen como roedores, malditos.

Pasado pues el primer año de anarquía, puedo prometer y prometo más desorden, pero mucho más ordenado, conciso, y en la medida de lo posible, asequible. Agradezco a los vecinos y al maestro Javier su paciencia para con mi voz. A ver si la modulo un poco esta segunda temporada y así no rompo el coro ni las pelotas con mi merecido maillot de la irregularidad.

Lo dicho, cumplo un año y soplo la velita con un deseo que me voy a reservar, por si acaso. Y pronto volveré por aquí con sorpresas y sustos varios. Ugrafiando, que es gerundio.

De todo corazón, gracias, gente, por estar participando en el participio de haber visitado este blog pese a estar patas arriba y como loko de atar.