Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Creo no equivocarme, y no dejarme llevar por lo enganchado que estoy, si digo que es uno de los mejores discos (y no sólo de un autor local) que he escuchado en los últimos meses. Desde luego que tiene ya por derecho el título de "mejor disco de marzo 2005".
Rafa Berrio es un histórico de la escena donostiarra que a comienzos de los 80 anduvo en UHF (Donosti sound), durante los 90 lideró Amor a Traición y formó Deriva con el cambio de milenio.
Recuerdo haber visto una vez un concierto de Amor a Traición. Diría que fue en el Teatro Principal dentro del ciclo "Los jueves del Principal". De todas formas, mi recuerdo de aquella noche no va mucho más allá. Vamos que no debíamos de andar en la misma sintonía musical.
Esta vez, sin embargo, en cuanto me enteré de la publicación de su último trabajo, "Harresilanda", algo despertó mi curiosidad. A primeros de marzo, en un cartel pegado en una pared de la Parte Vieja, vi anunciados tres ensayos abiertos del grupo en el Bar El Muro de Sagüés. El viernes 4 de marzo fui al último de ellos. Por 10 euros te dejaban entrar y te llevabas el disco. Había una fórmula más barata: 5 euros sin disco. Opté por la primera y no me arrepiento.
Dejando a un lado problemas de sonido y espacio, el directo tiene muy buena pinta. Rafa, voz y guitarra, se acompaña de una segunda voz y guitarra llamada Virginia Pina, complemento perfecto. El bajista y el baterista no los conozco, pero cumplen sobradamente su papel.
A lo largo de este mes de marzo ya ni sé cuántas veces he escuchado el disco "Harresilanda", extramuros en euskara. Así se siente también Berrio, fuera de sitio, con su fama de maldito a cuestas. Después de que el primer disco de Amor a Traiciónfuera publicado por una multinacional (cuyo nombre no voy a mencionar), ha ido publicando en compañías pequeñas, hasta llegar a la auto-edicion de este trabajo, grabado en los Estudios De Lucas durante la segunda mitad de 2003 y que ha visto la luz en enero de 2005. Sí, habéis leído bien: ha tardado más de un año en salir a la calle.
Eso sí, la espera ha merecido la pena. Dice su autor que la escucha es amable, siempre y cuando no prestes demasiada atención al texto. Hay una canción, interpretada por Cristina Monge y titulada "Bronca", que pone los pelos de punta. He leído por ahí que esta canción bien vale un disco. Desde luego que sí, pero es que aparte de esa hay otro buen puñado de canciones y frases redondas: amores y desamores, melancolías, algo delicado y difícil, no sólo del amor, del aire también se vive....
En la carrera musical de este hombre, hay dos personas que no conviene olvidar: los dos Iñakis, De Lucas y Berrio, su hermano. De Lucas está en la producción de este trabajo (y de otros anteriores), además de tocar varios instrumentos. Iñaki Berrio simplemente está, pero ha sido autor de varias buenas letras en ocasiones anteriores.
En la grabación han tomado parte un buen puñado de músicos: Borja Iglesias, Alberto Bosch, Jon Intxausti, Mikel Azpiroz, Joserra Senperena, Cheli Lanzagorta, Diego Vasallo, etc. Las colaboraciones demuestran que tiene buen rollo con los músicos locales. Y no sólo con los poco conocidos. En créditos anteriores aparece también Txetxo Bengoetxea, ha hecho canciones para Duncan Dhu, Mikel Erentxun, La Buena Vida, etc. Por cierto, que éste es uno de sus sueños: vivir de sus canciones, porque dice sentirse más a gusto como letrista que como cantante dando la cara delante del público.
Este "cuelgue Berrio" que tengo, me ha llevado a comprarme los dos anteriores: el último de Amor a Traición y el primero de Deriva, titulado "Planes de fuga". Este es más maquinal, más vitalista, más cañero, más urgente quizás.
Dejo por aquí algunos cuantos enlaces:
La web de Rafa Berrio, donde podréis escuchar el tema que abre el disco "La Piel a tiras".
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
«Kroke» significa Cracovia en yídish. El grupo está fuertemente ligado a Kazimierz, una antigua ciudad judía autónoma hasta el siglo XIX y que luego se convirtió en un barrio judío de Cracovia. Hasta 1939 Cracovia y especialmente Kazimierz fueron uno de los centros más importantes de la vida cultural judía en Europa.
Kroke se forma 1992 cuando tres viejos amigos y estudiantes de la Academia de Música de Cracovia deciden fundar un grupo cuya música se inspirase en la tradición klezmer. Aunque la "etiqueta" klezmer pueda indicar una cierta dirección, la música de Kroke no está necesariamente vinculada a ninguno de los estilos que hoy se relacionan con este concepto. Partiendo de material tradicional como base sobre la que construir sus propios arreglos e improvisaciones, explotando su experiencia anterior y transmitiendo la profundidad de los sentimientos y la naturaleza del hombre, Kroke crea una música nueva y única así como un sonido nunca escuchado hasta ahora en la tradición judía.
Su primera casete titulada Kroke y editada en 1993 les llevó a numerosos festivales y conciertos por toda Europa. Entre sus muchas y exitosas actuaciones cabe destacar el E.B.E. Contemporary Folk Music de Roskilde (Dinamarca) y sus dos apariciones en el Womad de Las Palmas y de Reading (Reino Unido).
Al mismo tiempo, el grupo intensifica la búsqueda de un mejor sonido desde el punto de vista técnico y -a través del estudio de los libros sagrados- profundiza en la tradición y la filosofía judías. La mística atmósfera de Kazimierz, la inalterable dignidad de una tradición que sigue viva después de seiscientos años, sus reflexiones sobre los sufrimientos del pasado, sobre el presente, sobre la esperanza y la confianza en el hombre, además de su esfuerzo creativo común dieron como resultado el álbum titulado Trio, editado en 1996. Luego vino Eden (1997), que representa una nueva etapa, seguido por Live at the Pit (1998), The Sounds of the vanishing world (1999) y Ten pieces to save the world (2003).
Tras la intensa actividad en directo que le ha llevado por toda Europa desde los comienzos de su carrera, el trío ha querido agradecer el apoyo de sus seguidores con este disco en formato de cuarteto "en directo y en casa'", que recoge los dos conciertos que dieron en los estudios de Radio Cracovia el 9 y 10 de octubre de 2003 ante un gran número de seguidores y amigos. Para la ocasión, la banda invitó a Tomasz Grochot a la batería y las percusiones.
El grupo, tal como aparece en este disco realmente interesante, está compuesto por Tomasz Kukurba (violín, viola, voz y percusión), Jerzy Bawol (acordeón), Tomasz Lato (contrabajo) y Tomasz Grochot (batería y percusiones).
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Dice el folleto de presentación que manda Resistencia:
«En 1988 y logrando mucha más repercusión allende nuestras fronteras que en el panorama musical patrio, ve la luz uno de los trabajos más revolucionarios editados en España: "Los gallos de Londres". Disco prematuro para un mercado aún por hacer, "Los gallos de Londres" de Manuel Luna fue punta de lanza por donde las distintas fusiones nacidas a partir de las músicas norteñas de raíz, pudieron, y aún pueden, desarrollar un camino autóctono no contaminado de celtismo anglosajón u otras modas paneuropeas; modas que han terminado, las más de las veces, relegando a un segundo plano la identidad musical propia. Exenta pues de influencias ajenas a su tradición natural, y sin entrar a valorar lo adecuado o no de las mismas en un mundo que oscila entre la globalidad y la identidad personal, la obra obedecía a criterios creativos que entroncaban directamente en las raíces culturales del norte peninsular.
»Manuel Luna, antropólogo, investigador, músico e intérprete, retoma aquel trabajo (editado en su día tan sólo en vinilo y ya descatalogado), le añade nuevas canciones, arreglos, remasterización y mezclas en dos sucesivas etapas que van del 2000 al 2004 y, junto al grupo Brena la Música, reinicia con el mismo espíritu la andadura del camino de "Los gallos..." presentando este "Papelería Rocío (Objetos de Escritorio)" y comenzando con él la forja de otros nuevos proyectos en los que seguirá acompañándole esta banda de música norteña.
»Son aquellas melodías, arregladas y trasformadas junto a otras nuevas, las que conforman esta novedosa propuesta convertida ahora en ensoñación musical, casi poética, y que recupera la memoria de infancia del autor. Desde la Alameda santanderina, la Papelería Rocío nos introduce en al cancionero cántabro para aterrizar en esta recién comenzada centuria con una propuesta de sabor contemporáneo. En el trabajo, músicos de nivel: los primeros registros, con la impronta de Luis Delgado, Cuco Pérez y Quique Valiño, quienes, entre otras colaboraciones, marcan las pautas de una primera aportación, quedan ahora en las manos de Chema Murillo, Paco San José, José Luis Yagüe, Chisco Guazo, Fernando Gómez y Gorka Hermosa. Nuevos criterios de expresión para una voz que se inscribe con personalidad en la larga tradición de la "tonada" norteña.
»Por Papelería Rocío desfilan cantos de ronda en su variante tabernaria y ritual, romances, jotas pasiegas y bailes a lo "ligero", tonadas con alternancias de modos mayores y menores, melodías de picayos, rumbas y pasodobles que nos relacionan íntimamente con las particularidades cántabras, montañesas y pasiegas, donde aún la ganadería trashumante tiene cabida y las tonadas nos hacen respirar distintos conceptos de vida y relación social.
»Manuel Luna, biografía
»Manuel Luna nace en Santander en el año 1955, en medio de una tormenta cerrada que dejó a la capital montañesa sin la luz del día. Quizá fue esto la premonición de un carácter inquieto e incorformista de quién ha decidido compartir su futuro académico y profesional con la habilidosa función de contagiar a propios y extraños las esencias de la cultura campesina.
»Emigrado de su tierra natal, el camino de su experiencia vital se ha desarrollado por territorios madrileños, andaluces, manchegos y murcianos si perder un ápice de su raigambre cántabra y norteña. En sus conciertos ha divulgado lo recogido y aprendido a lo largo de estos terrenos. Más allá de las fronteras, ha tomado puerto en escenarios noruegos, portugueses, griegos, italianos y franceses, lo que le ha permitido combinar la perspectiva del investigador que analiza desde la etnomusicología su patrimonio, con las mezclas e importaciones que da la vida y sus aconteceres.
»No contento con comunicar su experiencia musical en conciertos y talleres de interpretación, a lo largo de la década de los 80, el autor lleva a cabo la realización de distintos programas radiofónicos y foros de debate en los que de forma beligerante y partidaria defiende el derecho a tener y mantener una cultura propia.
»Su vinculación a la música tiene que ver con una larga tradición familiar donde hay compositores de Sinfónica e intérpretes de canción popular. Él calcula que a esto debe su temprana inclinación, aunque sospecha que algo tuvo también que ver alguna coral de colegio salesiano mezclado a su irreprimible apetito por las bondades de la gastronomía de todas nuestras regiones y nacionalidades. Su afición por la etnomúsica es una mezcla de todos estos elementos y su resultado un rico potaje aderezado con hierbas de aquí y de allá.
»A la postre, todo podría venir a concretarse sobre el siguiente esquema:
-Participaciones adolescentes en incipientes grupos de folk.
-Trabajos de campo sucesivos que le permiten conocer las culturas campesinas sin traducciones S.F. (Sección Femenina).
-Experiencias contestatarias en los años de la transición política, trato con bandas de aquí y de allá que le permiten conocer las más modernas reelaboraciones de la música de raíz.
-Una profunda convicción en que nadie que tiene un millón de pesetas lo tira a la papelera, lo mismo que un patrimonio cultural creado en generaciones no puede ni debe dilapidarse alegremente.
»...Y así nacen las canciones, cargadas de música tradicional y con el añadido de nuevos textos acordes al siglo en que vivimos bajo la sensación de no estar haciendo arqueología sino música contemporánea, aunque a veces esto sea una china en el zapato para quienes, pretendan crear un único mercado del gusto, un mundo de la homogeneidad sin respeto a la diferencia.
»Manuel Luna da clases de antropología en la Universidad y está implicado en diversos proyectos de desarrollo rural.
»Brena la Música
»En las comarcas pasiegas de Cantabria tienen la particularidad lingüística de llamar brena a la braña o pasto de altura. Un lugar desde donde se divisa el horizonte y que marca el territorio de alguien, una referencia en la toponimia local para un cántabro visitador de espacios rurales que sin embargo se ha criado en la ciudad, en frente de unos Agustinos que ya no están, al comienzo de la Alameda santanderina, entre los recuerdos de una papelería llamada Rocio, donde viven el Capitán Trueno, el Jabato, Pantera Negra, el Sargento Gorila y el profesor Franz de Copenhage con sus inventos para el TBO.
»El grupo que acompaña a Manuel en esta aventura musical está formado por: Alfredo Valero (acordeón), Enrique Valiño (rabel y violín), Fernando Gómez (flautas, gaitas y requinto), José Luis Yagüe (bajo y contrabajo) y Eduardo Meco (batería y percusiones).»
Y aquí se termina lo que dice el folleto, que está bastante bien contado.
¿Algo que añadir? Bueno, si: que, para aquella gente a la que le guste la música tradicional renovada, hecha con arte y con gracia, éste es un disco de primera. Y eso no lo dicen los que lo han editado, sino mi menda, que lo ha oído ya varias veces.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Empiezo manifestando la agradable sorpresa que sentí cuando escuché por primera vez este disco. Conocía a Miquel Gil de los tiempos en que estaba en Al Tally tengo que confesar que "me cuesta" la música tradicional, seguro que por una errónea concepción y una falta de apertura por mi parte. No dudo que en mi interés por Katà ha influído notablemente el aire fresco y actual que acompaña a los instrumentos tradicionales, la familiaridad del toque mediterráneo que desprende todo el disco, y el reconocimiento del esfuerzo de este cantaor (como él mismo se define) por sacar adelante un proyecto diferente por el que ha tenido que luchar durante años. El resultado es un trabajo atractivo y de excelente calidad.
Como tanta gente en su tierra, el Pais Valencià, Miquel Gil empezó en la música siendo crío tocando en una banda. A los16 años fundó Al Tall. Después vendría Terminal Sur y finalmente sus dos trabajos más personales Orgànic (2002) y Katà (2004).
Katà, es un recorrido por las tierras mediterraneas: Andalucía, Pais Valencià, Catalunya, Ses Illes.. con algunas escapadas al Magreb, a Grecia, a Turquía. Miquel Gil dice partir de lo local pero incorpora, fusionándolas, otras aportaciones de lugares más o menos lejanos consiguiendo una naturalidad que sólo es explicable, además de por su excelente trabajo y el de los músicos que le acompañan, por el constante intercambio que se ha producido durante tantos siglos alrededor de este pequeño mar, encuentro de civilizaciones.
Las letras son del mismo género que las de su anterior disco: obra de poetas contemporáneos de lengua catalana, a excepción del tema que da nombre al disco, que se basa en una experiencia personal y está escrita por el propio Miquel. La voz de Gil suena a tierra: áspera y tierna, salvaje y acogedora, pero sobre todo es capaz de expresar de forma intensa sentimientos profundos.
Mención especial merecen los músicos que le acompañan en Katà: sus procedencias reflejan también el recorrido geográfico de todo el disco y consiguen mostrar el parentesco entre las músicas de diversas zonas mediterráneas. En los vientos está el integrante del grup valencià L'Ham de Foc, Eduard Navarro. También del mismo grupo es el percusionista Diego López. Cristobal Rentero y Eduard Iniesta se encargan de los instrumentos de cuerda. David Ferran, del bajo eléctrico. El toque flamenco lo pone el guitarrista sevillano Raúl Rodriguez.
Un tema particularmente destacable: "Memòria". Reproduzco una parte del poema de Manel Rodríguez Castelló. Para ponerle la música no os quedará más remedio que haceros con el disco. Vale la pena.
MEMÒRIA
Aixeque l'arbre dels mots des de la soca pregona dels ulls. Hi puja fructífera saba d'antiga memòria assedegada de llums, erta en polsim
Les branques s'eixamplen al vent que esbufega i n'arrenca unes fulles. Cull espases groguenques del llim per redreçar el nou arbre de clara nuesa.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Incombustibles, incansables, irrompibles, los escorpiones han vuelto con un nuevo trabajo: Unbreakable. Un disco esperado por los viejos fans de la banda, algo desilusionados tras los últimos avatares musicales de esta leyenda viva del rock germano. Sus nuevas composiciones deambulan por el terreno del hard rock, la morada de Scorpions durante casi las tres últimas décadas. Las nuevas canciones de Unbreakable beben de la fuente que abasteció los últimos trabajos de la banda antes de que emprendiera un cambio de estilo a mediados de los noventa. Para los seguidores del grupo de Hannover esta especie de déjà vu es, sin duda, una buena noticia. Vuelven los viejos riffs poderosos de Jabs, regresa el ritmo delirante de las canciones compuestas por Rudolf Schenker. Todos los miembros de la banda han participado de lleno en la composición de este trabajo, a excepción del recién llegado Pawel Maciwoda, un polaco que reemplaza en el bajo a Ralph Rieckerman, que abandona el grupo para emprender una carrera en solitario.
Dos baladas, inexcusables en todo trabajo de Scorpions, aparecen en Unbreakable, aunque con distinta fortuna. Maybe I, Maybe You es una de las piezas básicas de este trabajo, en la que sobresalen el poder vocal de Meine -acompañado inicialmente por un piano y un sintetizador- y la ruptura súbita del clasicismo de las baladas escorpionianas, -permítaseme el término- con un final marcado por la irrupción de las guitarras eléctricas. La otra canción lenta del álbum es She Said, escrita por Meine y el austriaco Kolonovits, y a mi juicio la más floja de la lista.
Para estos experimentados roqueros cincuentones este trabajo les reconcilia con sus fans más exigentes, con aquellos que disfrutaron con Blackout, Love at First Sting o Animal Magnetism. Scorpions marca de nuevo su territorio en la senda del rock duro en temas como Blood Too Hot , o del hard rock con temas como New Generation, toda una llamada de atención a los jóvenes para que cambien el rumbo que está siguiendo el mundo (You are the only ones who can make a change). Destacan también Through My Eyes (recuerda al We´ll Burn The Sky, de los 70), This Time, Love ´Em or Leave ´Em y Remenber The Good Times.
Este nuevo trabajo de Scorpions viene a confirmar lo que tantas veces hemos comprobado con satisfacción: los viejos roqueros nunca mueren. Ellos acaban de firmar otra página inmortal de la historia de rock.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Ignoro si será necesario presentar (otra vez) a Mary Black, varios de cuyos discos ya han merecido comentario en esta sección. Por si fuera preciso, diré que Mary Black es, como afirman no muy en broma sus infinitos admiradores celtas, «la mujer más conocida en Irlanda, después de la Virgen María».
Con la ventaja de que ella no es conocida sólo de oídas, como la otra, sino de muchos más modos (aunque también de oídas, claro, tratándose de una cantante).
Mary Black es, en todo caso, la irlandesa que más discos ha vendido en el mundo. Lo que quiere decir que ha vendido más que Enya, más que Sinéad O'Connor, más que Dolores Kean, más que Máire Brennan..., o sea, más que todas las que venden y venden discos sin parar, gracias a la bien ganada fama de la que gozan hoy en día las vocalistas folk y pop del Eire republicano.
Lo que hoy presento a vuestra consideración es una pequeña pieza de coleccionista recién puesta a la venta en nuestro mercado local. Incluye un CD con 14 piezas grabadas en directo -muy bien grabadas en directo- y un DVD (¡sí!) que incluye cuatro partes: el vídeo de un reciente concierto celebrado en el Olympia de Dublín (12 canciones), un bonus de otras 7 canciones grabadas en el mismo escenario, un clip con la grabación de una pieza que incluyó en el maravilloso trabajo colectivo Bringing It All Back Home y, en fin, un documental sobre Mary y, más en general, sobre toda la familia Black («Still Believing»), que no tiene desperdicio (ni el documental ni la familia, que también graba discos con ese nombre, precisamente: Black Family). En total, cerca de tres horas de vídeo.
La selección de las piezas, tanto del CD como del DVD, está muy bien pensada, porque incluye bastantes canciones (o interpretaciones) nuevas o no demasiado conocidas, lo que hace que el conjunto de la recopilación resulte apetitoso incluso para los que ya tenemos un buen taco de discos y CDs de la moza.
Bien podría proponerse este triple producto (CD, DVD y folleto) como una acabada muestra de lo que nunca podrá ser pirateado de manera convicente. Porque copiar el CD por un lado, el DVD por otro (éste a trozos, porque yo no he visto a la venta DVDs vírgenes con tamaña duración) y el folleto por otro (letras, créditos, etc.) requiere una inversión de tiempo y de habilidades que realmente no compensa: es preferible ir a la tienda y pagar lo que cuesta. Porque, además, lo vale.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Hace unos años tuve la suerte de ver a Miguel Poveda en un concierto durante la fiesta mayor de Mataró. Me impactó la voz y la fuerza con que cantaba flamenco aquel chaval catalán. A partir de entonces, no sé por qué será, pero todos sus discos caen en mis manos.
De este último trabajo, tan diferente de los anteriores y tan poco clasificable, sólo puedo decir que me entusiasma. Es una grabación en directo en el Auditori de Barcelona en mayo de 2003.
La poesía del exilio argentino de Rafael Alberti, la voz y el arte de Miguel Poveda y la música de Enric Palomar, son los protagonistas de este disco. En él, la música de cámara y el flamenco se fusionan, las percusiones flamencas se mezclan con el bandoneón, los aires de milonga suceden al martinete.... El resultado es genial.
Elijo, a modo de explicación, un fragmento del librito que acompaña al disco, en el que Enric Pomar escribe lo siguiente:
«La poesía de Rafael Alberti es el encuadre perfecto para explorar en música lo que él solucionó con magia literaria: un profundo andalucismo interior que despliega velas a influencias de las nuevas tierras y sus geografías, sus gentes, sus olores....
»Con este concepto nace esta obra: cantar Alberti tamizándolo con nuevos sabores, donde el bandoneón o los ritmos autóctonos actúen como evocadores. El instrumento argentino de la pasión al servicio del cante quebrado, a veces lleno de rabia, a veces visionario, a veces suavizando el optimismo. A pesar de la especificidad de la voz flamenca, creo firmemente que tango y flamenco tiene en común el "lamento", un elemento inherente a sus músicas».
Os lo recomiendo de todo corazón, hasta a los reticentes al flamenco.
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«David Anthony Clark nació en Dunedin, al sur de Nueva Zelanda, y pasó la mayor parte de sus años jóvenes siguiendo una dieta musical a base de folk británico y rock. A los quince años comenzó a tocar regularmente en bandas como guitarrista acústico y contrabajista, viajando hasta las zonas remotas del país.
La mayor parte de la tercera década de la vida de David transcurrió en Europa, particularmente en Irlanda, Francia, Alemania y Austria donde enseñó inglés y guitarra y comenzó a estudiar astrología. Un largo periodo de viajes por el sendero hippy le llevó a entrar en contacto con muchas de las culturas del Oriente Medio y el subcontinente indio al que ha vuelto en varias ocasiones.
Sus grandes aficiones, la música, los viajes y la tecnología, se mezclaron cuando conoció a Jon Mark, antiguo miembro de la Mark Almond Band, y su compañera Thelma Buchell, quienes le invitaron a formar parte de su sello White Cloud. Ello dio como resultado cuatro discos, una colaboración con Jon Mark y planes para futuros trabajos.
Durante los noventa David ha continuado viajando por el mundo en busca de experiencias musicales y culturales. Ha explorado el Pacífico, el Extremo Oriente y el continente americano y su mayor fuente de inspiración la extrae de belleza natural de la tierra. Sigue viajando a menudo para grabar los sonidos de ambientes y culturas para futuras generaciones.
David vive ahora en Wellington (Nueva Zelanda) donde él y su socio Radha Sahar, artista de White Cloud, dirigen UCA Recording, un estudio de producción y masterización digital especializado en recursos educativos. También colabora con Jon Mark como técnico de sonido y mezclas de White Cloud.
Lo que más ambiciona David es viajar, pasar más tiempo en Europa y los Estados Unidos promocionando su trabajo y llegando cada más lejos con su música instrumental contemporánea.
Su fascinación por la música y la historia antigua de las culturas indígenas vuelve a ponerse de manifiesto en Sacred Sites. En esta ocasión su inspiración musical se ha nutrido de la belleza intemporal y la magia de varios de los lugares más sagrados de la tierra,
conduciéndonos hasta lugares recónditos del mundo: Nueva Zelanda, Himalaya, Palmira, Escocia y hasta sus antepasados irlandeses, haciendo uso de diversos lenguajes e instrumentos étnicos que funde magistralmente con extraordinarios sonidos inventados. Los evocadores panoramas sonoros representan así la culminación de su ingeniosa mezcla de instrumentación étnica, sonidos ambientales y ritmos modernos.»
Lo único que yo puedo añadir es que en los últimos diez días lo he escuchado no menos de cien veces. Es una preciosidad. Lo hago sonar de fondo y sigo trabajando.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Mestisay (Olga Cerpa y Manuel González) es una formación canariona, cuyos comienzos profesionales se centraron, a finales de los 70, en aprovechar la música tradicional de Gran Canaria. El gran talento artístico y la curiosidad musical y cultural de esta pareja de isleños no les permitieron estancarse en tal género, ni mucho menos. Continuaron investigando nuevas formas, tan mestizas como el propio nombre del grupo (un "mestisay" es un gallo de pelea fruto de la mezcla de razas inglesas y mejicanas), y sus composiciones se fueron llenando progresivamente de influencias magrebíes, cubanas, brasileñas y portuguesas.
En 1998 dieron el salto al gran público con este hermoso trabajo, "Viento de la isla", admirablemente producido por el lisboeta Julio Pereira, autor de la música de algunas de las composiciones allí incluidas, y en la grabación contaron con la ayuda de excelentes músicos, como Juan Carlos Monzón, y la voz "velosiana" de João Afonso en la canción "Na machamba". Este disco es el producto de muchos años de esfuerzo para conjugar todo su aprendizaje en un sonido nuevo, en la marca de la casa, que es una délicatesse para los oídos sensibles. Cada canción de las trece que componen el álbum es hija única, artísticamente hablando, para sus compositores.
Las letras de Manuel González son una gozada, llenas de humor y de ternura. En sus propias palabras, se trata de "historias cotidianas protagonizadas por héroes anónimos, que tienen mucho más mérito que esos tótems sin sentido creados por los medios de comunicación". Tales historias, a las que llena de alegría y dulzura la hermosísima voz de Olga Cerpa, cuentan los sentimientos de los canarios que sufren el clima y el jaleo de Madrid, alejados del mar:
El deseo por tus labios de uva tierna y este fuego de volcanes son más viejos que el mar y este sueño de farolas y escaleras por subir es antiguo como el frío seco de Madrid. ("A donde voy")
Vivo en Atocha, 53, Con una pena que usted no ve, Ya la alegría salió al balcón, Buscando el mar donde me crié. ("Atocha 53")
Y hablan de sus héroes musicales, como Silvio Rodríguez, a quien le dedican la canción "Trovador de sueños", "por llenarnos la vida de canciones". Y también de la hija de Manuel González, Candela:
Ay, niña Candela, Eres la brasa, enciendes la hoguera, Eres la llama, fuego que quema, Besa y consume mi corazón.
Hablan, en fin, de ellos, de sus amores, sus esperanzas, lo que les cautiva. Todo ello envuelto en deleitosos sonidos. Me gustaría que escucharais con calma este magnífico álbum. Acompañados de un chupito de ron canario, si es posible.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Henri Salvador nació en la Guayana Francesa en 1917. De padre español y madre caribeña, se instaló en París con su familia siendo aún un niño. Henri decidió bien pronto hacer novillos en la escuela, y se convirtió enseguida en un titi parisino que pasaba prácticamente todo el día en la calle. Aquel París de los años 20-30 que él conoció lo convirtió en un magnífico observador de los tipos característicos de la capital francesa. Siendo sólo un adolescente consiguió su primer trabajo como músico tocando diversos instrumentos (batería, clarinete y trompeta) en un restaurante chino, y comenzó a apasionarse por el cine y el circo. Poco después conoce la música de Louis Armstrong y de Ellington, aprende a tocar la guitarra y participa en la creación de un cuarteto de jazz. Tras la segunda guerra mundial, Ray Ventura lo "ficha" como estrella de su orquesta, cuyas giras americanas le facilitan conocer el nuevo continente. Los años 50 son sus primeros años de gran éxito mundial: escribe operetas; es estrella en el Bobino, l'Alhambra y L'Etoile; interpreta algunos papeles cinematográficos; Ed Sullivan lo ficha para su show en la televisión estadounidense; colabora en la televisión italiana durante doce semanas; edita un disco tras otro. En los 60 se convierte en el maestro indiscutible del género de variedades, y edita una magnífica recopilación consagrada al gran Boris Vian. En los 70 da un giro a su carrera: produce seis álbumes para los niños, y recibe el premio de la Academia Charles Cros por su canción "Les Aristochats", incluida en la banda sonora de la película de la Disney del mismo título. Tras unos años de poca actividad compositora, regresa en 1982 a la escena, con un magnífico espectáculo en La Porte de Pantin, y en 1988 es proclamado Caballero de la Legión de Honor. Siguen años de premios, actividades diversas, reconocimiento generalizado... Hasta la edición en 2002 de este espléndido disco que os recomiendo vivamente, Chambre avec vue, en el que quedan bien patentes todas las cualidades de este gran músico y hombre de espectáculo. En este néctar musical Salvador comprime todo su aprendizaje, toda su carrera: lo mejor que es capaz de componer e interpretar. Es un resumen excelente de toda una vida dedicada a la mejor música, que fue premiado como se merecía: fue disco de diamante en Francia.
En el disco colabora el tándem Keren Ann / Benjamin Biolay: dos jóvenes compositores inspiradísimos y poco conocidos hasta entonces. La combinación entre el talento consagrado y el talento por consagrar da unos resultados difíciles de imaginar: qué músicas tan inspiradas, qué letras tan evocadoras. Las canciones compuestas por Ann y Biolay armonizan perfectamente, sin embargo, con otros títulos también incluidos en el álbum, y que fueron compuestas 40 años antes por otros autores, como Paul Misraki. La deliciosa y bien modulada voz de Salvador hace el resto, y también la fusión de estilos en los arreglos: encontraréis influencias musicales tan variopintas como el propio maestro Henri (jazz-cool, hot jazz, swing, bossa nova, folk, etc.).
Dice el propio interesado, Henri Salvador, que éste es "el más bello disco de mi vida". Y ciertamente, también es uno de los más bellos discos de la mía.