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2000/08/27

Jabier Muguruza . «Fiordoan»

 

Esan Ozenki, 1999

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

Album en Spotify

Jabier Muguruza es un músico y escritor irundarra nacido en 1960, aunque aquí y ahora hablaremos de su trabajo como músico. Ha colaborado con clásicos de la música folk vasca: Xabier Lete, Imanol, Antton Valverde, Mikel Laboa y Amaia Zubiria, sin olvidar sus trabajos concretos con grupos de rock, también clásicos, como Kortatu, Zarama y Delirium Tremens. En 1989 publicó un disco titulado Ja, Ja, dirigido a los niñas-os. Fue su primer trabajo personal. En 1990, fundó el grupo Les Mecaniciens y grabaron tres trabajos: Erabakia, 1991, Ia xoragarria, 1992 y Euskadi, jende gutxi, 1993. En 1994 dió un giro a su carrera y se decidió a firmar sus trabajos con su propio nombre: Boza barruan, 1994 (Elkar), Kitarra bat nintzen, 1996 (Elkar), Aise, 1997 (Elkar) y Fiordoan, 1999 (Esan Ozenki).

En 1995 entró a formar parte del grupo liderado por su hermano menor Iñigo, Joxe Ripiau, formación que, tras cinco años de patearse fiestas y verbenas de Euskal Herria, con cuatro trabajos bajo el brazo, todos ellos en la discográfica "familiar" Esan Ozenki, acaban de hacer público que el próximo mes de octubre disuelven la banda. La etapa en solitario de Jabier se mueve entre la canción de autor, la poesía, el pop y el jazz. La línea marcada por aquel primigenio Boza Barruan ha ido creciendo hasta llegar al alto nivel de Aise y Fiordoan. En estos dos últimos discos, la incorporación del piano a la formación habitual que le acompaña ha dado mayor calidez al conjunto. Cualquiera de los dos puede aparecer en esta sección. He de reconocer que Aise me impactó mas, pero quizás me he decidido por Fiordoan porque es el último; porque aquí aparece la versión del tema Niño, canción publicada en el disco-homenaje a Jackson Browne, Cántame mis canciones; porque está el tema Amatxi Pirata, que me encanta; porque vuelve a hacer una versión de un tema viejo Euskadi, jende gutxi, letra de Iñaki Irazu, y en el cual susurra a los cuatro vientos (si cabe la expresión) el mestizaje que nos debe de venir si queremos crecer como sociedad; y, finalmente, porque colaboran en él Lídia Pujol y Amparo Sánchez "Amparanoia". Un músico minoritario en Euskal Herria y con mayor proyección en Catalunya.

¡Cosas de la vida! Un lujo que se permiten menospreciar algunos.

Mikel Iturria

Escrito por: Mikel Iturria.2000/08/27
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2000/08/26

Cherish The Ladies. «At Home»

 

BMG Music 09026 63377 2, 1999

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

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¿Pues qué queréis que os diga? Que con esa delicia de voces, ese dominio de los instrumentos y ese buen gusto está tirado cherisharlas. Su anterior disco ya era una joya, pero éste es todavía mejor. Me he puesto a tratar de destacar alguna de las 12 canciones que componen este CD y me he visto en un auténtico aprieto: arranca con un instrumental que es pura alegría celta, sigue con una balada tristísima de desamores (Matt Hyland), continúa con un popurrí de temas más o menos tradicionales (tiene un último apartado, The Tapas Reel, compuesto por una de ellas -durante un memorable viaje por España-, según confiesa), en el que se escucha el fiddle de Eileen Ivers, ya mencionada en esta sección... ¿Sigo? No vale la pena. ¡Si es que es todo; no tiene desperdicio! En este disco, las ladies han abierto las puertas a la participación de hasta cuatro sesudos caballeros. Oyéndolos tocar, se entiende la concesión.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/26
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2000/08/23

Benito Malasangre. «Derecho a la locura»

 

Barataria © 2000.
Distribuye Alía Discos.

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No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

Viaje anacrónico de Don Quijote por la España de hoy. La emprende contra todo, con mucha razón y muchísima mala uva. Divertidísima Arde la ETT ('Daría fuego a su ETT... y a usté', acaba su conversación con el jefe) y, en general, todas las letras, que rezuman espíritu crítico. Las músicas, sin embargo, tranquilas. Se escucha muy a gusto y con una sonrisa perpetua: es estimulante comprobar que hay gente que resiste la estupidez medioambiental con firmeza, pero sin perder el buen humor.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/23
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2000/08/20

Kris Kristofferson. «The Austin Sessions»

 

Atlantic, 83208-2, 1999

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Como actor lo conoce todo pichichi. Como cantautor, menos. Como individuo, no se conoce ni él. Turbulento, pendenciero, borracho, ligón, progre, comprometido con causas excelentes, compositor muy aceptable, letrista de alta calidad... En este disco hace repaso a sus mayores éxitos (incluido, por supuesto, Me and Bobby McGee, que Janis Joplin convirtió en número 1). A mí siempre me ha divertido el cutrerío de La resaca del domingo por la mañana (aquello de 'me puse la menos sucia de mis camisetas sucias...') y conmovido Amarla fue más fácil que ninguna otra cosa que haya podido hacer jamás. A no descartar tampoco Why Me?, desgarrado diálogo de un ateo con Dios. Sólo echo en falta en el disco ese impresionante mosaico de soledades urbanas que es Alguien a quien nadie conoce. Tiene ya para estas alturas la voz hecha unos zorros, pero no importa nada: nunca la ha tenido muy bien. Como su buen amigo Leonard Cohen, éste es otro de los que, más que cantar, recita.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/20
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2000/08/16

Connie Dover. «The Border of Heaven»

 

Taylor Park Music, Inc.
Editado y distribuido en España por Resistencia, RESCD098, 2000-08-27

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'Los emigrantes que viajaron desde Escocia, Irlanda e Inglaterra y posteriormente fueron cruzando el continente en dirección al Oeste llevaron consigo su música: la más portátil de sus pertenencias, sin duda. Al igual que la gente, hubo canciones que lograron sobrevivir y otras que cambiaron y adaptaron para reflejar nuevos entornos y nuevas circunstancias', escribe Connie Dover en la presentación de este CD. La peripecia personal de la propia Dover también ha seguido ese recorrido, pero de ida y vuelta. Nació en el Missouri occidental, acabó sus estudios en Inglaterra, pasó luego un buen tiempo en Escocia y regresó a los EUA. Trabajó en varias granjas de Wyoming, ya en el Far West, al pie de las Rocosas, y allí comprobó cómo entre el country y lo que ahora se llama 'música celta' no hay sino una finísima línea... cuando la hay. Lo subraya estupendamente con la doble versión enlazada que hace de The Streets of Laredo / The Sailor Cut Down In His Prime, en la que ella corre a cargo del estilo original irlandés y Skip Gorman, un vaquero de profesión, del característico country. Hay dos canciones en gaélico (una en irlandés y la otra en escocés) y otra que se sirve de una melodía de estilo irlandés para adaptar un poema de amor amerindio shoshone, con flauta de hueso de águila y todo. Este es el cuarto disco de Connie Dover. El primero (Somebody, 1991, grabado en Escocia) fue editado en España por Sonyfolk (Lyricon CDF 1020).

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/16
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2000/08/14

Eileen Ivers. «Crossing the Brigde»

 

Sony Classical, SK 60746, 1999

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El fiddle -el violín irlandés- ha roto fronteras. El cuarto CD de Eileen Ivers bucea en músicas foráneas: se pasea por España, se va a Africa, navega por el Caribe, fondea en Cuba, recorre EEUU... y regresa a Irlanda. Jazz, jigs, hip hop, reggae, flamenco, blue grass. La tía tiene un valor de aquí te espero: no retrocede ante nada, y sale airosa de todos los envites. Lleva en la sangre las ganas de innovar.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/14
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2000/08/07

Kari Bremnes. «Erindring»

 

Kirkelig Kulturverksted, Aschehoug, FXCD 156. 1995

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Este disco no es nuevo, pero se ha empezado a distribuir en España hace poco. Yo lo encontré en El Corte Inglés de Bilbao, que tiene una sección de discos muy apreciable (y la manía de pegar la etiqueta del precio encima de las carátulas de cartoncillo: por eso la imagen presenta ese aspecto deteriorado). Aunque el disco está grabado en Suecia, Kari Bremnes es noruega, tiene una voz espléndida, escribe poemas que aseguran que son muy interesantes (no lo puedo certificar: no tengo ni idea de noruego) y crea un clima musical realmente singular, fascinante. Eventualmente, también compone las melodías. El disco incluye dos piezas con poemas de Edvard Munch y una versión noruega del Everybody Knows, de Leonard Cohen. Excelente para ampliar horizontes musicales.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/07
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2000/08/01

Mísia. «Paixões Diagonais»

 

Detour, Erato Disques, Paris, 1999.
Ref. 3984-28184-2

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Mísia me pidió que presentara su último disco. Lo hice encantado. Lo que viene a continuación es el texto que leí en ese acto, que tuvo lugar en la FNAC de Madrid el 19 de octubre de 1999.

PRESENTACION DE «PAIXÕES DIAGONAIS»

Conocí a Mísia en El Corte Inglés de Preciados, muy cerquita de aquí, exactamente el 22 de noviembre de 1994. No estaba en persona, sino en forma de CD, en un estante, con un rótulo que decía: Fado.

Me interesó de aquella mujer -de aquel disco- que incluyera en singular tropel varias de mis canciones favoritas: el fado Lágrima, La canción de los viejos amantes, de Jacques Brel, La Gavina catalana, la Canção do Mar, que fue uno de los primeros vinilos de 45 r.p.m. que entró en casa de mis padres -cantaba aquella versión Amália, por cierto que en inglés- y el As Times Goes By, de Casablanca. Compré el CD, como compro tantos y tantos otros. (A veces me pregunto que haría la industria discográfica sin mi sueldo).

Llegué a casa y lo oí. Me quedé fascinado. Según acababa de sonar, volvía a ponerlo. Jamás había escuchado una versión de Lágrima como aquélla. Ni siquiera -y ya es decir- en la voz de la propia Amália. Nadie como ella ha sabido ponerle tanta emoción, a la vez contenida y desbordada.

Al día siguiente, escribí una columna sobre el opio y las drogas. Reivindicando el placer cruento que producen algunas drogas duras. Como la voz de Mísia.

Pocas fechas después, ella me envió un fax manuscrito agradeciéndome la columna. Y ya, al poco, nos conocimos personalmente. En Guadalajara (también es cosa).

Como diría Rick en Casablanca, fue el comienzo de una hermosa amistad. De una amistad de la que me honro.

Quiero dejar claro con esto que no hablo bien de Mísia porque sea mi amiga. Que primero fue la admiración y luego la amistad. Lo cual me permite seguir diciendo lo mejor de ella sin que nadie tenga derecho a reprocharme prejuicio alguno. Para estas alturas, la querría como amiga aunque cantara de pena, y la admiraría como cantante aunque la odiara en persona.

Supongo que ustedes conocen bien a Mísia, de modo que no les daré cuenta de sus méritos audibles. Sí quisiera, a cambio, contarles algo que explica por qué el público con buen gusto puede disfrutar de su trabajo cuando tiene ya la forma final de disco.

Les relataré una anécdota. Esto era una noche de 1995. Mísia y yo habíamos quedado a cenar en algún antro de Madrid, no recuerdo ya cuál. Estábamos a los postres, entre risas, como siempre 'porque, aquí donde la ven, tan seria, es divertidísima', y me dijo: «Javier, tengo que ir a grabar una cosa para Aute. Acompáñame y luego nos vamos a tomar algo». Pues muy bien; ahí va Javier y la acompaña al estudio de grabación de Aute. Debimos de llegar sobre la medianoche. Saludos a los unos y los otros, y a trabajar. Mísia repasa su parte en la canción, por nombre Arrebato. Y la graba. Hacen el arreglo correspondiente. Lo escuchamos. Y ella, muy educada pero muy firmemente 'muy firmemente, de verdad', dice: «Ésa no soy yo. Ésa es Enya. Yo no hago new age. Yo canto fados». Bueno, pues eso fue sólo el comienzo. Dieron las 4 de la madrugada y Aute y este servidor de ustedes contemplaban pacientemente la pelea desde la barrera, whisky en mano. Arreglo tras arreglo, ecos y efectos de catedral, y Mísia que no: «Yo canto fados. Ésa no soy yo». Hubo un momento en el que, sin perder para nada la calma, dijo: «De acuerdo, pues no lo hacemos, y todos tan amigos». ¿Hará falta que les cuente que al final quedó grabado lo que ella quería, como ella quería?

«Qué terca», musitó alguien del equipo de grabación. «No, no es terca», respondí yo: «Es que lo tiene muy claro».

Mísia podría cantar lo que le diera la gana. Encierra en sus pulmones una máquina de discos: sería capaz de pasar sin inmutarse de un rock a una ranchera, y del repertorio de Edith Piaff al de Los Tres Sudamericanos. En el idioma que ustedes quieran. Hasta en coreano. De hecho hubo un tiempo en el que se ganó la vida haciendo gala de la increíble versatilidad de su voz. Pero llegó un día en que dijo: «Voy a ser yo. Nada más que yo. Aunque me muera de hambre». Y desde entonces está en ésas, y me da que no se va a morir de hambre. Pero sabe lo que quiere y no aconsejaría a nadie que cometiera la imprudencia de tratar de apartarla de su camino.

Mísia está hecha de la madera de la que se hacen los artistas de verdad. Los grandes.

Hay personas que cuentan con una estupenda voz. Las hay que incluso pueden dejarnos pasmados con sus dotes. Pero el arte no es eso. La emoción estética no se consigue así. Leonard Cohen hace ya bastantes años que, más que cantar, emite 'como dice él mismo' «un zumbido monótono». Pero es genial. El último Sabina perdió la voz Dios sabe dónde, pero está mejor que nunca. La suerte de Mísia es que, aparte de tener una gran voz, que a veces maltrata deliberadamente, ha sabido fijarse una línea musical, un trazo artístico propio, exclusivo y fascinante.

La prueba la tienen ustedes en estas Pasiones diagonales que acaba de grabar. En estos doce retazos de poesía y de sentimiento. Me viene el impulso de decir que se trata de su mejor trabajo, pero no quisiera ser infiel a los Discos anteriores. En todo caso, es magnífico. Las dos versiones de la pieza que da nombre al disco, con poema de João Monge; el Fado Triste, de Vitorino; el redescubrimiento del inolvidable Fado das tamaquinhas de Amália, convertido por la pluma de Monge en cuervo a flor de piel; el homenaje a la música del entrañable Alfredo Marceneiro, injustamente desconocido en España; la nueva y espléndida versión de las Liberdades poéticas... Hay de sobra para escoger.

Dirán ustedes que me pierde la pasión. Y es verdad: me apasiona el arte honesto y me apasiona el genio.

Escuchen este disco, si aún no lo han hecho, y me darán la razón.

Y esto es todo. Muchas gracias a ustedes por su asistencia y por su atención. Y muchísimas gracias a Mísia por existir.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/08/01
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2000/07/26

Seán Keane. «The Man That I Am»

 

The Grapevine Label.
Editado y distribuido en España por Resistencia, 2000

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

Seán Keane es un cantante irlandés interesado en muy varias músicas. Pero, una vez que las interpreta, todas las canciones parece que hubieran sido escritas para él. En este disco, primorosamente editado por el sello Resistencia, de Madrid, nos encontramos con temas tradicionales, con alguna canción country, con blues... Todas ellas con las letras originales y su correspondiente traducción al castellano. Destacan las colaboraciones vocales de Nanci Griffith, Katty Mattea y Maura O'Connell, tres voces de aquí te espero (yo compro todo lo que encuentro de ellas sin pestañear: sé que no corro riesgos). Incluye una espléndida versión del If I Needed You, del malogrado Townes Van Zandt, que no tiene nada que envidiar a la que hicieron en el año de la tarara Emmylou Harris y Don Williams. Su versión de When I Dream es, para mi gusto, mucho mejor que la de Crystal Gayle de 1979, con la que la hermanita pequeña de Loretta Lynn se forró. Para interpretar el Blackbird de Paul McCartney, Seán ha conseguido la colaboración de George Martin, 'el quinto Beatle', que le ha hecho un arreglo de cuerda de quitarse la boina. Si te gusta la música irlandesa, no te pierdas este disco. Si no, pasa. Seán Keane tiene página web: www.seankeane.com

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2000/07/26
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