Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace algunos años más de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: Hay discos publicados hace pocos días que suenan infinitamente más antiguos que estos. La edad no estropea los buenos discos, al contrario, los rejuvenece.
Ha muerto Cuco Sánchez, y la prensa española -por lo que he podido comprobar: la que he visto- apenas se ha dado por enterada. Supongo que será una cuestión generacional. Cuco Sánchez ha sido durante el último medio siglo, junto con José Alfredo Jiménez, el más original de los representantes de la canción ranchera mexicana. Mientras los demás cantaban las rancheras en plan gallito y achulado, él las volvía íntimas y sensibles como lamentos (gracias también a la labor de su inseparable Antonio Bribiesca, que punteaba la guitarra española como si fuera portuguesa, convirtiendo las rancheras -y los boleros- en medio-fados). Cuco Sánchez fue popularísimo en España en la década de los 50 y primeros 60, cuando las radios aún ponían música foránea no anglosajona, con canciones como Guitarras, lloren guitarras, La cama de piedra, Anoche estuve llorando, Grítenme piedras del campo y Tú, sólo tú. Entre finales de los 40 y el primer tramo de los 50 hizo también de actor mediocre en cinco películas francamente prescindibles. El año pasado me vino un súbito ataque de nostalgia mexicana y comprobé que en Amazon y otros sitios similares hay un buen lote de discos de Cuco Sánchez. El que recomiendo es bueno para acercarse a sus títulos más conocidos.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Rachid Taha es un músico nacido en Orán (Argelia) en 1958, pero que vive en Francia desde que tenía 10 años. En los 80 estuvo en un grupo llamado Carte de Séjour. No tengo el gusto de conocer su música, aunque las referencias son muy buenas. ¡Al loro! He leído por ahí que su trabajo pionero inspiró a bandas como Les Négresses Vertes o Mano Negra: mensajes reivindicativos contra la discriminación y alusiones políticas. En 1989 disuelven la banda y Taha inicia su carrera en solitario: "Barbés", "Voilà, Voilà", "Olé, Olé" y el aquí comentado "Diwân". Parece ser que este otoño-invierno publicará un nuevo trabajo (¿"Made in Medina"?). El pasado julio tuve la ocasión de verlo en directo. Fue en el Festival Pirineos Sur. Este festival, importante referencia de la música étnica, world music o como ustedes gusten, dedicó la edición del año 2000 a las músicas de aquellos países que cruzan el Meridiano. Era el 14 de julio. Fête de la République. Últimos tragos de San Fermín en Iruñea-Pamplona. Allá que nos fuimos a verlo a Sallent de Gállego, al escenario flotante del Lago de Lanuza. El lugar, muy recomendable. Tras la actuación del primer grupo, sale el señor Taha con una tajada maja (Bo-rachid Taha; "¡estás taja, cabrón!"). Como diría mi madre, "un pinta". Se tambaleaba. Físicamente y por su mala vida me recordaba a Andrés Calamaro. La banda le salvó el concierto. De repente, creías estar en una sesión techno, saltando y bailando. Venía Taha, mandaba parar y daba paso a su lugarteniente, uno que tocaba (creo) el banjo. Los ingredientes de la coctelera son rock, raíces árabes y techno. El disco "Diwân" es una puesta al día de algunos clásicos de las músicas árabes norafricanas. Grabado y mezclado en Londres y París, cuenta con la producción de Steve Hillage (colaborador en discos Discos anteriores). También conviene citar aquí ese disco de los tres espadachines de la música rai: Taha, el ya consagrado Khaled y el más joven Faudel. "1, 2, 3, soleil!" es su título. Grabado ante 16.000 personas en septiembre de 1998 en el Palais Omnisports de Bercy. Salseando en internet, he visto que aparece en el disco "Cairo to Casablanca" del sello Putumayo (en una de las series tan elegantes que ha publicado sobre músicas del mundo). ¡Muy buena pinta! No olvidar que en la Península Ibérica-España-Estado Español ya se ha grabado el primer CD de rai. El autor es un chico que atiende por el nombre de Chab Samir. Es marroquí y anda por Barcelona.
EmiNent Records, 1998. (Ningún problema para conseguirlo). El concierto está también en vídeo: "Live from the legendary Exit/In", EM-25100-3 VHS Hi-Fi Stereo
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace algunos años más de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: Hay discos publicados hace pocos días que suenan infinitamente más antiguos que estos. La edad no estropea los buenos discos, al contrario, los rejuvenece.
Un lector que me ha leído citar a Emmylou Harris me pregunta si puedo recomendarle algún disco suyo. He mirado mi discoteca... ¡y cuento 32 volúmenes, entre LPs y CDs! Y eso que no contabilizo sus dúos, que los tiene por docenas. Y que no computo los discos de Gram Parsons, que es quien la descubrió y presentó en sociedad.
Me declaro incapaz de elegir. Me gusta todo lo que ha hecho. Y me gusta ella. Sobre todo después de que en 1992 tuviera el detalle de concederme una entrevista tras un concierto en Barcelona, pese a que llevaba sobre sus espaldas una paliza de muchísimo cuidado, con la tira de kilómetros encima, y a que eran ya las tantas de la madrugada. Respondió a todas mis preguntas con paciencia infinita -mi inglés deja mucho que desear- y las respondió, además, con inteligencia, demostrando que esa cabeza que tiene, realmente hermosa, le da también para pensar las cosas bien pensadas. Fui yo el que hubo de poner fin a la entrevista, porque me daba pena verla tan agotada. Un cielo de tía. (La entrevista nunca fue publicada por El Mundo. Aquella noche murió Camarón. Levantaron la página y, luego ya, como yo estaba de vacaciones y no podía quejarme, se olvidaron de ella).
Emmylou Harris empezó su carrera, tras la muerte de Parsons -íntimo amigo de Mick Jagger, por cierto-, haciéndose acompañar por buena parte del grupo que respaldó a Elvis en su última época: artesanos de primera, músicos de estudio de la mejor categoría. Luego ya fue formando su propia banda. Mucha gente por aquí la oyó cuando cantó con Bob Dylan su Hurricane, pero no reparó en ella. Pronto se convirtió en una estrella del country, divirtiéndose con sus amigas Linda Rondstat y Dolly Parton, con sus amigos de The Band, con su amigo Willie Nelson... y llegando al número 1 del Top Ten una y otra vez.
Bueno, pero algo tengo que recomendar. Con el paso del tiempo, Emmylou ha generado su propio estilo, que ya no tiene gran cosa que ver con el country. Es personalísimo. Lo más halagador que cabe decir de un artista es que lo mejor que ha hecho es lo último que ha hecho. Es lo que voy a decir de esta señora que, por cierto, nació una semana después que yo, aunque por su aspecto (y el mío) parezca que lo hizo diez años después.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Conocí a Vic Chesnutt en una recopilación de música independiente que tenía el atractivo título de: "El día que matamos al grounge". De dicha recopilación he ido sacando bastantes cosas interesantes (Kristin Hersh, por ejemplo), pero ninguna tan significativa como la de este cantante de Athens (Georgia). Recuerdo que aquella canción me llamó la atención por su letra desgarrada. No hacía aspavientos, no usaba palabras fuertes, pero en aquella "Where were you?" había bastante más angustia que en toda la rabia que trataba de trasmitir los, por entonces, "pose-grounges" y "pseudo-punkies" que por aquellas tierras salían como setas. Con el tiempo me he ido haciendo con todo lo que ha publicado, y he ido conociendo la historia de este cantautor. Con 18 años sufrió un accidente de coche que le dejó en una silla de ruedas. A los dos años de aquello empezó a tener algo de fama en la Atenas norteamericana. Un vecino suyo, entonces cantante de un desconocido grupo universitario, se interesó por él. Con el tiempo aquel vecino se convirtió en productor del primer disco de Chesnutt. Para los que no sepáis todavía de quien hablo, os diré que el grupo universitario no era otro que REM, y el productor del primer disco el hoy famoso Michael Stipe, que hacía también coros y luego tomó prestadas sus inflexiones de voz para discos como el maravilloso "New adventures in Hi-Fi". Pero eso es otra historia, volvamos a Chesnutt. En este disco que os presento, las letras son acaso más surrealistas, más enigmáticas y, en ocasiones, más incomprensibles que en los primeros. Algunas canciones son de transición y otras auténticas perlas en medio de la nada más existencial. Arrimándose peligrosamente al country, no abandona la rabia con la que empezó y, debajo de las guitarras "folkies", se puede apreciar cierta dosis de lo que en su día dio justificación al rock: su rebeldía contra lo establecido. Para los que les perezca muy árido su sonido, pueden empezar por el disco homenaje que le hicieron grupos como: Smashing Pumpkins, los propios REM, Garbage, Live, Madonna y alguno más. Este CD lleva por título: "Sweet Relief II: The Gravity of the Situation. The songs of Vic Chesnutt".
Una muestra de sus "alegres" versos: "Free of hope / free of the past / Thank you God for Nothing / I'm free at last". Que en mala traducción sería: "Libre de esperanza / libre del pasado / Gracias Dios por nada / Por fin soy libre". El actor no sé si será feliz, pero desde luego el cantante no lo parece.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Lo mío es algo personal con este hombre. He hablado con él en un par de ocasiones por escasos minutos y es de esa gente que con decir la primera palabra crea ya una atmósfera de buen rollo a su alrededor que te hace querer hablar y hablar durante horas. En la música pasa algo parecido: viajas con él al su Puerto de Santa María, ves a una belleza de Mozambique en Lisboa, imaginas "qué tendría aquel cuartito, que albergaba un universo, y a nosotros dos, donde me hablabas bajito o reprimías un grito presa de la excitación", degustas las bulerías que Sabina "corrigió" a García Lorca, te presenta a la reina de África, recuerdas a Erik Satie con la flor de Estambul y, en fin, escuchas una de las voces más personales, más árabes y más cálidas de cuantas paran por nuestra península.
Si después de todo esto no quieres ir a comprarlo sólo te daré algunos nombres de la gente que toca: Chano Domínguez, Martirio, Jorge Pardo, John Parsons, Tino Di Geraldo, Marcelo Fuentes, y dios encarnado en guitarrista: Antonio Toledo... "tremenda la banda". De estos músicos podemos sacar una idea de lo que hace: jazz, flamenco, pop, música árabe... da igual, lo que es seguro es que encontraremos una sensibilidad y emoción que, en ocasiones, duele. Siempre que puedo voy a verlo en directo, y por ahora no ha habido nadie al que haya llevado que no le haya gustado. Tiene otros cuatro discos (por el "Duna", que no está en CD, me pedían diez mil pelas). Javier Ortiz puede dar fe de que fue uno de los primeros que le recomendé [1]. No está mal que piensen en uno cuando escuchan esta obra maestra.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace algunos años más de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: Hay discos publicados hace pocos días que suenan infinitamente más antiguos que estos. La edad no estropea los buenos discos, al contrario, los rejuvenece.
No me atrevería a decir que sea éste el compendio más barato que me haya topado yo en los últimos años. Sí, desde luego, uno de los mejores.
Incluye un folleto amplio y cuidadísimo, en el que se da cuenta de la vida y la obra de Ochs -uno de los más valiosos y radicales escritores de canciones y cantantes de los USA- y 3 CDs con lo esencial de su obra.
Para quienes no conozcáis a Phil Ochs -un crimen imperdonable-, os incluyo a continuación algunas declaraciones suyas:
"I Ain't Marching Anymore [‘No desfilaré más'] navega entre el pacifismo y la traición a la patria, combinando lo mejor de ambas cosas. El hecho de que las radios se nieguen a ponerla demuestra sobradamente que hice bien en escribirla".
"Cuando los tiempos se ponen feos, la protesta radical se vuelve bella".
"No puedo vanagloriarme de lo que escribo. Sé que mi vida nunca estará a la altura moral de mis canciones".
"Lo característico de una canción de protesta es que resulta imposible confundirla con una mierda de vaca".
"Cada titular de periódico es una canción en potencia".
"Nuestra generación de actores-comediantes-revolucionarios ha emprendido una batalla imposible, pero digna".
Era así. Pete Seeger le escribió en una ocasión: "Sería feliz si tuviera la mitad de tu talento como escritor de canciones".
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Tras una "incruenta discusión" sobre música brasileña mantenida con el "dueño" de estas páginas, hemos llegado a la conclusión de que Marisa Monte no es muy conocida en España. Bien, de ser esto cierto habrá que hacer todo lo posible para que las futuras generaciones tengan algo por lo que alegrarse de haber venido a este mundo.
Exageraciones aparte, este disco es una buena carta de presentación tanto para esta cantante como para lo que se está haciendo actualmente en aquel país. Se puede decir que su sonido es el resultado de mezclar bossa nova con música africana, con jazz, con rock y con lo que en ese momento se le pase por la cabeza a esta inquieta mujer. No es un mérito exclusivo el suyo. En este disco vemos canciones de otros muchos músicos (Arnaldo Antunes, Paulinho da Viola), destacando las de su amigo Carlinhos Brown (de hecho, el último de éste lo ha producido Marisa Monte). En "A Great Noise" tenemos canciones nuevas y otras en directo de sus Discos anteriores discos. Yo destacaría tres títulos suyos más: "Rose and Charcoal", "Mais" y el reciente "Memories, chronicles and declarations of love".
Por último, invito a todo aquel que no los conozca a que visite a gente como los ya nombrados o como Chico Cesar, Daniela Mercury, Virginia Rodrigues o los clásicos, que no antiguos, Caetano Veloso, Gilberto Gil, María Bethania y una infinidad de nombres más que no hacen sino añadir calidad y elegancia a una música que te hace sentir alegría y nostalgia a partes iguales.
Amnistía Internacional / Resistencia, 2000. (2 CDs)
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de recopilación de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: Seguro que te has sentido alguna vez atraído por una música de la que no conocías nada. Habías oído algo de música brasileña, o de jazz, o de música griega, pero no sabías por donde empezar. Aquí hay algunas sugerencias para encontrar esa puerta, sólo tienes que empujarla y entrar... estás en tu casa.
Te ha llegado el momento de hacer una buena obra. O de unir lo útil y lo agradable, que diría un cursi. Aquí tienes 24 temas del folklore peninsular aportados generosamente por otros tantos intérpretes para configurar un doble CD cuyos beneficios van a parar a las necesitadas arcas de Amnistía Internacional. Hay desde folklolaris de toda la vida (Manuel Luna, Fuxan Os Ventos, Imanol, Marina Rosell, Nuevo Mester de Juglaría, José Antonio Labordeta) hasta modernos ya consagrados (Kepa Junkera, Hevia), pasando por veteranos que nunca se consagraron mucho y modernos aún por consagrar. Las versiones están muy cuidadas y aguantan dignamente el tirón. Podría haber sido una antología ñoña, pero no: se escucha con franco agrado y, por momentos, con verdadera complacencia. Regálaselo por su cumpleaños a los amigos y amigas concienciados: no descartes la posibilidad de que, aparte de Amnistía Internacional, también ellos te lo agradezcan.
Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así: No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.
Me comenta Javier que escriba alguna "ficha" para esta sección de discos. Acepto honrado la invitación y el primer músico que me viene a la cabeza es este guitarrista africano. Realmente mis intenciones son dos: primera, dar a conocer a quien no haya oído hablar de él a este pedazo de músico, y segunda, provocar un "efecto llamada" (esperemos que más real que el judicial) que nos haga fascinarnos por lo que se hace más allá de Tarifa. En este caso cuento con una ventaja: la música que hace Lokua Kanza es maravillosa. Lo puedo garantizar, es un disco que he grabado a mucha gente de distinta procedencia musical y a todos les ha encantado. La música que hace, si merece la pena hablar de música en lugar de escucharla, es cálida, muy influida de la de los países que le han acogido (Francia e Inglaterra) pero mantiene en la voz y en los cantos todo el acervo de su lugar de nacimiento. Este segundo disco es el equilibrio perfecto entre el primero ("Lokua Kanza"), de ritmos y sonidos eminentemente africanos, y el último ("3"), de sonido ya casi exclusivamente occidental.
Estupenda puerta para abrirla y entrar en una casa que tiene inquilinos tan ilustres como los conocidos Geoffrey Oryema, Youssou N'Dour y Khaled o los no tan famosos Cheb Mami, Baaba Maal, Ismael Lo, Ayub Ogada, Idir y muchos más que, siendo cada uno de su padre y de su madre, hacen música "africana".
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He escogido este CD para presentaros a John Gorka, pero lo mismo me habrían valido I Know (1987), Land of the Bottom Line (1990), Between Five and Seven (1996) o Gorka (1998). Este cantautor folk norteamericano es de lo mejorcito del momento: por la calidad de sus letras, por su compromiso con la decencia intelectual, por su voz y por la excelencia de su música. En este CD colaboran con él Kathy Mattea, Mary-Chapin Carpenter, Leo Kottke (el loco, el maravilloso Kottke)... y el inevitable Jerry Douglas, que por una vez y sin que sirva de precedente no toca el dobro, sino la guitarra, y hace segundas voces. Tengo oído que Gorka es de ascendencia vasca -así parece indicarlo el nombre-, pero no he conseguido confirmarlo.