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2003/04/10

Van Hallen. «1984»

WEA, 1984

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace algunos años más de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
Hay discos publicados hace pocos días que suenan infinitamente más antiguos que estos. La edad no estropea los buenos discos, al contrario, los rejuvenece.

Album en Spotify

La guitarra eléctrica de Eddie Van Halen es un deleite para los admiradores del instrumento. El dominio absoluto de las seis cuerdas del que hace gala este holandés de nacimiento debe haber enrabietado a muchos guitarristas amateurs y haber servido de ejemplo e inspiración a otros muchos. La batería del grupo pertenece a Alex Van Halen, hermano del genio, y particular señor de la percusión con una curiosa manera de entender su parcela musical. Completan la formación Michael Anthony, al bajo, y David Lee Roth, un cantante cargado hasta las cejas de glamour, polémica y un buen puñado de aficiones varias, además de excelente atleta, tal y como demuestra en el vídeo clip de "Jump", el mayor éxito jamás alcanzado por la banda. En este tema Eddie Van Halen asume la introducción del sonido de un teclado -pecado mortal para los seguidores más ortodoxos del heavy metal-. El resultado es espectacular. Este 1984 fue Disco de Oro, Platino, Diamantes, etc. "Jump" permaneció en los puestos de cabeza de las listas de éxitos estadounidenses más de un año, y también tuvieron alcance los temas "Panama", "Hot For Teacher" y "I´ll Wait". De los 10 millones de copias que se han vendido de este disco, servidor conserva como oro en paño uno.

Juanjo Talavante

Escrito por: Juanjo Talavante.2003/04/10
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2003/04/01

Xabier Montoia. «Ni ez naiz Xabier Montoia»

Metak, 2002

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

Album en Spotify

Xabier Montoia es un músico y escritor vasco que rebasa ya la cuarentena y que tiene publicados cuatro discos en solitario, amén de sus trabajos con un grupo de culto en la pequeña historia de la música rock, de la música urbana, de Euskal Herria: M-ak. También estuvo, por poco tiempo, en otra conocida banda de rock de la década de los 80, Hertzainak. Como escritor, tiene publicados varios libros (tres de poesía, dos novelas, tres recopilaciones de cuentos y algún libro-crónica).

Montoia lleva un tiempo en el que se le ve cabreado con todo el mundo y así ha aparecido en varios medios de comunicación vascos ciscándose en todo bicho viviente y sin dejar títere con cabeza: medios, filibusteros de las discográficas, público, etc. Y no le falta razón, aunque, a veces, no acierte en las formas. Algunas de sus declaraciones criticando la FM pública vasca, Euskadi Gaztea, han debido de sentar como un tiro en dicho medio y algunos seguidores han denunciado que ello le ha acarrado ser censurado en la misma. Así ha quedado reflejado en Sustatu y en Euskal Herria Indymedia .

Dice él que en su primer trabajo sacó material que no tenía cabida en M-ak; con el segundo, cumplió su deuda con el rock; con el tercero, abrió el camino que ahora trata de profundizar. El disco, titulado "Ni ez naiz Xabier Montoia" (Yo no soy Xabier Montoia), tiene en la portada y contraportada la foto, de cara y de espaldas, del bajista de la banda. Cuenta en la producción con un antiguo compañero, Mikel Irazoki, y sigue rodeado de músicos de Bera (hay en este pueblo navarro, tan unido a la familia Baroja, un colectivo de personas atentas siempre a las vanguardias, no sólo musicales, ver Ertz).

Su escucha es agradable; pop, con guiños a la música negra, muchos detalles y buen gusto. Las letras también están a la altura exigida y son "un reflejo de lo que veo cotidianamente a mi alrededor: la dificultad de cualquier relación (amorosa, amistosa...), la imposibilidad de vivir sin amor o amistad, el paso del tiempo o el estado de nuestro desgraciado planeta. En pocas palabras, la vida misma vista por mis ojos".

Os dejo con algunos enlaces: Metak y E-boza (para oír alguna canción y compraros su disco, por ejemplo) / Egunkaria 1 y Egunkaria 2 (una entrevista en euskera y su ficha literaria en el diario Euskaldunon Egunkaria) / La Factoría del Ritmo (una reseña sobre el tercer disco aparecida en la revista musical del mismo nombre) / Todas las novedades (otra reseña sobre este cuarto trabajo en esta revista digital).

Mikel Iturria

Escrito por: Mikel Iturria.2003/04/01
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2003/03/26

Scorpions. «Wind of Change»

Polygram, 1991

Este disco estaba incluido en la sección de Discos difíciles de encontrar de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
Nada, que no hay manera. Llevas años buscándolo, lo tienes en una cinta inaudible que proteges más que a tu vida... y no encuentras el CD por ningún lado. Aquí verás que no eres el único. Pero al final aparece, seguro.

Que un español encuentre en Francia un CD japonés de un grupo alemán cantando en ruso, no sucede todos los días. A mí me pasó. Klaus Meine, vocalista de Scorpions, se las apañó para cantar en el idioma de Tolstoi su gran éxito "Wind of Change". En este disco de ocho temas destaca también la particular y frenética versión del clásico de The Who "I Can´t Explain". Además, añejos éxitos de la banda grabados para la ocasión en vivo en Moscú: "The Zoo", "Big City Nights" y "Holiday". Esta rareza incluye también la traducción al japonés de las letras de todos los temas, por si algún nipón está interesado en comprender las andanzas y preocupaciones de estos cincuentones alemanes.

Juanjo Talavante

Escrito por: Juanjo Talavante.2003/03/26
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2003/03/24

Varios artistas. «Canções com História»

Movieplay Portuguesa, SA. MOV 30.413 A/B. 2 CDs. 1999

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de recopilación de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
Seguro que te has sentido alguna vez atraído por una música de la que no conocías nada. Habías oído algo de música brasileña, o de jazz, o de música griega, pero no sabías por donde empezar. Aquí hay algunas sugerencias para encontrar esa puerta, sólo tienes que empujarla y entrar... estás en tu casa.

No todo es Grándola, Vila Morena, aunque también esté en este doble CD. La reciente Historia de Portugal está jalonada por otros aires y otras voces, aparte de la inolvidable de Zeca Afonso. José Mario Branco, Fausto, Manuel Freire, Luís Cília, Sérgio Godinho, el grandísimo José Manuel Osório -al que tuve el enorme placer de escuchar en una reunión privada en Lisboa-, Vitorino, con quien también compartí una deliciosa velada, gracias a Mísia... Es un repaso por las canciones más significativas del Portugal progresista de las últimas décadas. Qué país, qué gente. Los tenemos ahí al lado y no sabemos nada de ellos. Qué vergüenza. Este disco, que se distribuye en España, llena un porción, así sea mínima, de ese agujero bochornoso.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2003/03/24
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2003/03/20

Tomás San Miguel. «ten»

Nuevos Medios, 1998

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

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Dos novedades.

Primera: esta vez no me voy a extender en comentarios sobre el disco que traigo de paseo. Me conformaré con decir que me ha parecido fascinante. Maravilloso. Me lo regalaron el 29 de noviembre de 2002 en Irún, adonde fui a presentar el libro Repensar la Prensa, y contribuyó a redondear una jornada agradable a más no poder, en la que disfruté de muchas cosas, incluida una charla fraterna con Jabier Muguruza . Jabier Muguruza: un tipo del que sabía que es un excelente músico y descubrí que también es una bellísima persona.

Convendrá que reconozca que no tenía ni pajolera idea de la existencia de Tomás San Miguel, por lo que no me las voy a dar de experto. La verdad es que lamento enterarme tan tarde de su trabajo, porque es de quitarse la boina. Compenso la ausencia de comentarios míos largándoos un largo exordio que he encontrado en la Red, que aporta la tira de datos sobre el menda y sobre el disco.

Segunda novedad: os proporciono una muestra del trabajo comentado. En mp3. Es sólo orientativa, porque para que el fichero no ocupe una barbaridad lo he "jibarizado" espantosamente, con lo que suena algo sucio, y es una pena, porque una de las características fundamentales de este ten es la limpieza del sonido. Además, como las composiciones son tan variadas, la muestra es eso: sólo una muestra. La pieza que he seleccionado (por su brevedad, que tampoco es tanta) se llama Sideral. Podéis escucharla pinchando aquí

Observación complementaria: el texto que sigue no es sólo informativo; también publicitario. Quiere decir que a veces dice cosas que son innecesariamente exageradas. En particular, me ha chocado que pretenda que las músicas de Tomás San Miguel "no recuerdan a nadie". Eso, aparte de que en música es imposible, lo es doblemente en alguien que practica la fusión. Tiene influencias como para parar un exprés, y además me parece de perlas.

Bueno, ya me vale. Lo que sigue es el texto que he encontrado en Internet.

 

«TOMÁS SAN MIGUEL (Vitoria- Gasteiz 1953, afincado en Madrid) pianista, compositor, músico multiinstrumentista de dilatada experiencia, siempre en búsqueda de nuevos horizontes sonoros, publica su segunda entrega del proyecto con txalaparta denominado ten tras su primer disco (Lezao) con el que obtuvo reconocimiento en España y triunfó en EE.UU, donde la prensa especializada (Billboard, Rolling Stone, Spotlight) dedicó titulares como: «Es realmente diferente», «Magnifico trabajo», «Melodías evocadoras de misterio y encanto», «Fascinante y exuberante música», «Meditaciones portentosas», «Original e impresionante fusión»...

Después de estudiar en Berklee College of Music (Boston, EE.UU) y de una estancia de más de 6 años en Estados Unidos, ha publicado desde 1985 varios CDs y diversas grabaciones para músicas de teatro, danza, cine, documentales y largos (acaba de finalizar la composición y producción en Los Angeles del film Big City Blues de Clive Fleury que ha supuesto el resurgimiento definitivo del actor Burt Reynolds).

A lo largo de éstos años ha intervenido en múltiples colaboraciones y proyectos con músicos como Jorge Pardo, Dissidenten, Airto Moreira, Stan Getz, Gerardo Núñez, Gary Burton, Enrique Morente, Kepa Junkera... Ha compuesto y producido numerosas músicas para televisión y las cabeceras del canal Teledeporte y de Radio Nacional de España.

 

Discografía:

.Esta Noche ( 21 Récords 1985)

.Vida en Catedrales (con Jorge Pardo - Sonifolk 1991)

.Lezao ( Nuevos Medios -España 1993/ Narada -EEUU 1993)

.De dos en dos ( con Jorge Pardo - Nuevos Medios 1995)

.Banda sonora de la coreografía para danza "Q" (Andanzas 1996)

.ten ( Nuevos Medios -España 1998/ Narada -EEUU 1998)

 

ten

La música es un territorio sin nombre. Esta es la filosofía que encierra esta segunda entrega -después de Lezao- del proyecto musical con txalaparta de Tomás San Miguel. ten es una impresionante galería sonora, arropada por las voces del Coro Samaniego, la txalaparta de Perdi e Ibon y otras valiosas colaboraciones integradas por la producción maestra de Marlon Klein (Dissidenten) y el propio autor. Dicha fusión de instrumentos consigue un universo de melodías y resultados emocionantes, originalísimos, que no recuerdan a nadie. Identidad entre el ritmo primitivo y la futura sofisticación. Notas que se visualizan, perfiles de almas dispersas. En este trabajo, las voces tienen una importancia especial en el tratamiento melódico y la txalaparta en el tratamiento rítmico de algunas danzas vascas.

El tratamiento vocal de las canciones, por medio del uso de sílabas y melismas extraídos del carácter onomatopéyico del euskera, confieren a la música un carácter propio, a la vez que ancestral y universal, prescindiendo del idioma hablado.

El soporte rítmico se expresa con la txalaparta que ahonda en los ritmos de danza ancestrales vascos como la espatadantza (danza de la espada) en los temas Izar y Dindon, el zortziko (danza en 5x4) en el tema Elegy, extrapolando lo puramente folklórico hasta un plano de trance hipnótico, y el arin arin ( ritmo rápido festivo) en Ten con ten.

El tema Santa Águeda es una personal versión épica de una melodía tradicional muy conocida en Euskadi.

En ten, las canciones al elevarse como plegarias, buscan la manera de revivir el mito que solo la música puede expresar, el espacio de la totalidad, el reino del equilibrio, más allá de las barreras del tiempo y de los límites del espacio donde la música es un territorio sin nombre.

Tomás San Miguel se perfila como un músico donde todas las expectativas están depositadas en él, no en vano ten habla de ello. Solo falta que los genios de la mercadotecnia descubran el filón.

 

MÚSICOS

TOMÁS SAN MIGUEL (piano, teclados y acordeón) - PERDI eta IBON (txalaparta) - CORO SAMANIEGO - YOLANDA MATEOS (voz) - JAVIER PAXARIÑO (saxos) - IBON OTERON (alboka) - LUIS DELGADO (percusión) - JOSU SALBIDE (flautas) - KEPA JUNKERA (trikitixa, pandereta) - PEPE PEREIRA (bajo) - MARLON KLEIN (percusión) -

TXALAPARTA: PERDI ETA IBON

Txalapartaris consagrados, entre los viejos maestros y la nueva generación. Imprescindibles en este proyecto pues expresan sus toques desde el inicio en el proyecto Lezao. Individualmente han hecho numerosas giras por Europa, India, Italia,... Desarrollan en Euskadi una labor incansable en la investigación de este instrumento. También participan con otros proyectos como el denominado STRONK, factoría accidental del silencio.

CORO SAMANIEGO: Aitor Saéz de Cortázar

El Coro Samaniego está formado por 40 personas bajo la dirección de Aitor Saez de Cortázar. Ha efectuado inumerables conciertos tanto dentro como fuera del país recibiendo numerosos premios entre los que destacan entre otros las medallas de oro en los Certámenes de Tolosa de 1983, 88, 90 y 93, las de plata en Folcklore y bronce en Polifonía en 1987, clasificados cuartos en Neuchatel (Suiza).

Entre otras grabaciones citar las realizadas junto con el Coro Araba de una selección de obras del compositor Sabin Salaberri y sus colaboraciones en los dos últimos trabajos de Tomás San Miguel.

PRODUCCION: MARLON KLEIN

Alemania 1957. Desde 1981 ha produccido los trabajos de Dissidenten y ha realizado con ellos giras por todo el mundo. Es batería, percusionista, teclista, compositor y productor. Ha colaborado con numerosos grupos y músicos como Gary Wright con George Harrison, Angelique Kidjo, Dieter Meier (Yello), Einstuerzenden Neubauten, Nina Hagen y Pili Pili entre otros. El que haya realizado la producción de ten ha supuesto imprimir un carácter especial a este trabajo debido a su importancia como productor representativo en el nacimiento y desarrollo del llamado estilo world music del que fue líder y pionero junto con su grupo Dissidenten. Para Tomás San Miguel ésta colaboración ha supuesto el poder redondear y elevar su creación musical a un nivel de calidad definitivo.»

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2003/03/20
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2003/03/07

Scorpions. «Love at first sting»

EMI, 1984

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace algunos años más de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
Hay discos publicados hace pocos días que suenan infinitamente más antiguos que estos. La edad no estropea los buenos discos, al contrario, los rejuvenece.

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Descubrir a Scorpions en 1984 fue algo así como crear una nueva necesidad en la cesta de adquisiciones diarias. Desde que hallé casualmente este disco, pasé a formar parte de la enorme tropa que estos teutones había acumulado desde principios de los años 70. Su carácter y espíritu incombustibles convierten esta admiración en un ejercicio de mantenimiento. Nunca se cansan de crear música, de seguir tocando en vivo, de entrar en terrenos prohibidos. El dominio de los sonidos melódicos y los ritmos constituye una de las principales virtudes del líder del grupo Rudolf Schenker. La voz es cosa de Klaus Meine, un tipo menudo, pero enorme cantante, con unos registros agudos que desesperan sin remisión a quienes nos empeñamos en seguir sus letras con mucha intención pero fatal resultado. "Love At First Sting" incluye temas como "Big City Nights" o "Rock You Like An Hurricane", convertidos en leyenda viva de esta banda. La concepción de buena parte de las composiciones que aparecen en esta álbum nos lleva al personaje de Stevenson, al mismísimo Dr. Jekyll. "Coming Home" arranca con acordes tenues y en pocos segundos nos introduce en el hard rock que llevó a Scorpions a ser uno de los grupos de referencia de los 80. Es como una lucha sin tregua entre la inspiración que predomina en sus baladas y el salvaje deambular por corrientes más "heavies". Alguien dijo en una ocasión que estos chicos no eran grandes músicos, pero que hacían su trabajo de maravilla. La incógnita quizá estribe en saber si quienes copan las listas de éxitos son realmente los mejores músicos -uno está convencido de la relación inversamente proporcional entre calidad y discos vendidos, salvo honrosas excepciones-. ¡Y qué decir de "Still Loving You"! ¿Quién no ha vivido alguna vez los mismos sufrimientos que esa desgarradora voz narra? ¿Quién no ha dicho nunca sin la más mínima esperanza "I´m still loving you"?

Juanjo Talavante

Escrito por: Juanjo Talavante.2003/03/07
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2003/03/02

Van Morrison. «Down The Road»

Exile - Polydor, 2002

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

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«El viaje es más largo de lo que pensaba», nos anuncia Morrison en Steal My Heart Away, y realmente lo ha sido. Es un viaje que ya dura 35 años y más de cuarenta discos. El viaje ha sido largo y, como nos aconseja pedir Cavafis, «rico en aventura y experiencia».

Down The Road es la continuación de Back On Top (1999), con un sonido bastante similar pero con unas letras mucho más optimistas (siguiendo con Ítaca, sabemos que ha descubierto "la delicia de entrar en las mañanas del largo estío en puertos nunca vistos"). Puertos que sólo descubrimos si es su voz quien nos invita a atracar en ellos. Puertos que nos abren paso a la conquista de estilos como el blues, el country, el soul, el r'n'b y el rock and roll.

Un poco todo esto tenemos en el último disco: la armónica, el órgano hammond, la guitarra acústica y sobre todo, sobre todo, la misma voz que sigue poniéndonos los pelos de punta.

Con Morrison tengo la misma sensación que con Woody Allen: no sé muy bien que estilo es el que usará esta vez, pero estoy dispuesto a entregarme a lo que venga, estoy dispuesto a que haya alguna canción de relleno (si las hay), si a cambio encuentro las nuevas maravillas que al oírlas (o verlas, en el caso del de Nueva York) por primera vez siento emociones que sé que se harán más intensas según las vaya disfrutando más y más.

Tenemos estilos para todos los gustos: nostalgia mística en la citada Robas mi corazón, blues con Talk is Cheap, reminiscencias country (sí, ya lo digo sin ambages) como en What Makes The Irish Heart Beat (y eso me pregunto yo, qué hace que al final me enamore de esos sonidos sureños) o música de los años 60 al estilo de Sam Cooke como el single Hey Mr. DJ.

Desgraciadamente para mis gustos personales, en esta ocasión ha prescindido de su banda habitual de los último años. No tenemos a Georgie Fame, ni a Brian Kennedy, pero a cambio nos descubre nuevos nombres que sé con el tiempo llegaré a apreciar y disfrutar de lo que hagan en solitario, como disfruto lo que hacen a la sombra de este genio.

Un comentario material entre tanta filosofía: Van Morrison ha vuelto a Polydor, en la que estuvo desde el Irish Heartbeat hasta el maravilloso The Healing Game. Pues bien, esta casa parece que no quiere que en Europa su músico gane mucho dinero. Me explico: si compras religiosamente el CD en las tiendas tiene exactamente 14 canciones, una menos que si la compras en los Estados Unidos o en Inglaterra. Concretamente falta la canción Man Has To Struggle, que podría ser perfectamente del citado juego curativo. Eso sí, si vives en el resto del mundo (no sé si habría que decir en el Eje del Mal), siempre te queda el recurso de buscar en Internet la canción de marras. Y ya que buscas ésa, por qué no buscar el disco entero y ahorrarte los 20 euros que te clavan por lo mismo...

Cada uno que saque sus propias conclusiones.

Manuel Couceiro

Escrito por: Manuel Couceiro.2003/03/02
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2003/02/26

Abdel Ali Slimani. «Mraya»

Real Worl, 1995

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace algunos años más de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
Hay discos publicados hace pocos días que suenan infinitamente más antiguos que estos. La edad no estropea los buenos discos, al contrario, los rejuvenece.

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No sólo tiene todos los ingredientes para gustar, sino que además es bueno. Slimani se las arregla para fabricar una música compacta, envolvente, y lo hace con músicos de primera. Además, consiguió en esta ocasión que Sinéad O'Connor se interesara por su trabajo y le hiciera algunas segundas voces. Y que Virgin le produjera el disco, y que se lo distribuyera la prestigiosísima Real World Records. O sea: la pera. Pero hay algo -un pequeño algo, un algo apenas- que me mosquea. Lo noto en esos mítines en francés que se echa en medio de las piezas, diciéndonos lo muy hermanos que somos todos los humanos y lo mucho que deberíamos querernos. Lo noto también en la estética narcisita de la portada. Hay algo que suena a hueco. No en la música. (¿O también? No lo sé: tampoco soy tan experto en música magrebí.)

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2003/02/26
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2003/02/18

Muzsikás. «Szól a kakas már - Máramaros»

Muzsikás, 2002
Resistencia, 2002

Este disco estaba incluido en la sección de Discos de hace pocos años de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
No todos los "clásicos" tienen que pasar la prueba del carbono 14. Aquí tienes unas cuantas pruebas.

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Alguna gente que se pasea habitualmente por este rincón de la Red alimenta el mito de que me gustan (y de que suelo recomendar en esta sección) músicas «extrañísimas». No es verdad. Mis gustos son de lo más normalitos, aunque admito que en algunas ocasiones pueda parecer lo contrario.

En ésta, por ejemplo. ¿Un disco de canciones judías transilvanas rescatadas del olvido e interpretadas por un conjunto húngaro? Bien, vale, de acuerdo: suena exótico. Pero si cuento que el conjunto en cuestión, llamado Muzsikás, ha sido aclamado en sus giras por Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, donde ha merecido las críticas más elogiosas, y que su cantante solista, Márta Sebestiyén, ha grabado hasta en euskara (ver, en esta misma sección, la crónica sobre Lorius, disco del grupo Alboka) y que participa de las glorias de un Óscar, en tanto que voz solista de la música de El Paciente Inglés, lo mismo ya empieza a parecer que la cosa no es tan rara.

Tengo sólo dos discos de Muzsikás, grupo que cuenta ya con su propio sello y cuya discografía se compone de trece grabaciones, si incluimos las de Márta Sebestyén en solitario. El otro disco que tengo de ellos, también muy interesante (Bártok Album, 1998), es una recopilación de muy hermosas canciones populares húngaras que influyeron decisivamente en la obra de Béla Bartok.

Este otro disco recopila 14 piezas, la mayoría de las cuales encaja en lo que por aquí siempre hemos llamado «zardas», pero que ahora me entero de que hay que escribir csárdás. Yo me pensaba que era una música gitana, pero resulta que no necesariamente: ésta era judía, y además húngara, aunque ha sido recogida en Rumania. Se trata de canciones que tocaban los judíos del lugar sobre todo en las bodas.

En todo caso -y para mí que es lo principal- son canciones hermosísimas, muchas de ellas contagiadas de la ingenua alegría que caracteriza el ambiente de las bodas. Se escuchan muy a gusto.

El grupo Muzsikás (palabra que quiere decir «Los músicos») no tiene una formación rígida pero, por lo común, está compuesto por Dániel Hamar (investigador folclorista e intérprete de doble bajo y dulzaina), Mihály Sipos (miembro de la Academia de Ciencias de Hungría e intérprete de violín y cítara), Péter Éri (etnógrafo e intérprete de viola y mandolina), László Porteleki (violinista) y Márta Sebestyén (voz, flauta y grabadora). En las actuaciones en directo suelen hacerse acompañar de Ildikó Tóth y Zoltán Farkas, que bailan muy bien, pero que en los discos se les aprecia menos.

Javier Ortiz

Escrito por: Javier Ortiz.2003/02/18
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2003/02/17

Pink Floyd. «The Final Cut»

Sony, 1983

Este disco estaba incluido en la sección de Discos desconocidos de grupos conocidos de la anterior página web de Javier Ortiz (2000-2005), cuya cabecera decía así:
Misterios de la naturaleza, todo el mundo dando la murga con el "Dark Side Of The Moon" y nadie dice nada del "Final Cut" de los Pink Floyd... ¿tiene alguien una explicación convincente?

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Ya que yo fui el que puse como ejemplo este disco en la explicación que encabeza esta sección, seré yo quien hable del "desconocido" disco de Pink Floyd. Es probable que los muy fanáticos del grupo lo conozcan de arriba abajo, pero el común de los mortales se quedaron en "The Wall" -los hay también que dicen eso de: "Ah, Pink Floyd, ese tío es muy bueno", pero eso ya es otro tema-.

Para mi este es el último disco de del grupo que empezó en una fiesta lisérgica que organizaron los Beatles. Después han perpetrado cositas bajo ese nombre -hasta con luces en el CD que, como todo el mundo sabe, es un síntoma inequívoco de calidad musical-, pero es increíble que un guitarrista magistral como Dave Gilmur no se dé cuenta del ridículo que está haciendo.

Ciñámonos a lo que es arte, y hablemos de este disco descarnado, angustioso, deprimente, rabioso, bello y obsesivo. A medio camino entre lo que hizo Waters en El Muro, y lo que luego ha lanzado en solitario (muy próximo a "Amused to Death"). Es lo que los pedantes suelen llamar un disco conceptual, y que traducido significa que las canciones tienen relación unas con otras, que se repiten trozos de melodía y versos a lo largo de todo el disco.

El disco está dedicado al padre de Waters, muerto en la Segunda Guerra Mundial y habla de la, por entonces actual, Guerra de la Malvinas -"especial" cariño el que profesa Marggie Thatcher-. El sonido en ocasiones peca de efectismo, con ruiditos muy del gusto del autor de "Wish You Were Here".

En general es un disco que engancha -yo pasé toda mi adolescencia escuchándolo casi a diario, ¡y así he salido!-, la voz de Water inquieta con los gritos agudos que emite como nadie, las letras son crípticas y, a la vez, aplicables a cualquiera que las escuche: "Y si te enseño mi lado oscuro / seguirías abrazándome esta noche. / Y si te abro mi corazón / y te muestro mi lado débil / qué harías / venderías la historia al Rolling Stone / te llevarías a los niños / y me dejarías solo..."; o - muy propio del adolescente que todavía parece ser en su música- los versos que dicen: "Hay un chaval que tiene una gran alucinación, / haciendo el amor a las chicas de las revistas / Él se pregunta si alguien podría amarle / o es sólo un sueño de locos".

Manuel Couceiro

Escrito por: Manuel Couceiro.2003/02/17
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