Stunt Records, 2003. Distribuidora Karonte
Hace unos días sonaba por mi casa Hora Cero, yo estaba distraída con mis cosas y no le hacía demasiado caso a la música hasta que mis sentidos se aguzaron al escuchar un tema en el que la combinación de guitarra y violín me recordó a ese maravilloso dúo que formaban Django Reihart y Stéphane Grappelli allá por los años 40; al prestar atención reconocí en medio de los aires de jazz, los inconfundibles acordes de la música de tango de Astor Piazzolla, el genial compositor que en su día consiguió reconciliarme con un género musical que no me resultaba nada sugerente antes de conocer algunas de sus obras.
Interesada por lo que estaba oyendo busqué la caja del disco y descubrí que se trataba de Tango Orkestret una orquesta danesa formada por músicos de jazz que se unieron hace casi veinte años para interpretar tango moderno inspirándose en la música de Piazzolla y otros compositores de la nueva escuela musical argentina. Los nombres de algunos de ellos aparecen al lado de los grandes del jazz americano y todos forman parte del nada despreciable elenco de músicos de jazz escandinavos que ha dado figuras de reconocimiento internacional como Niels-Henning Ørsted Pedersen, por citar al que probablemente es el más conocido de una larga lista en la que se incluyen también en puestos destacados algunos de los componentes de la Tango Orkestret, como su bajista Jesper Lundgaard, que ha actuado y grabado con artistas de la talla de Hank Jones, John Scoffield, Winton Marsallis y Clark Terry, entre otros, y el violinista Kristian Jørgensen cuyo cuarteto (del que forma parte el guitarrista Fischer) grabó en 2003 el disco “Meeting Monty” junto al pianista jamaicano Monty Alexander.
Palle Windfeldt (guitarra), Kaare Munkholm (marimba y vibráfono) y Henrik Sveidal (saxo y clarinete) completan la actual formación de Tango Orkestret. Aunque en este disco también también participa Carl Quist Moller (batería y percusión), que después abandonó la banda incorporándose a ella de forma permanente el hasta entonces colaborador ocasional Lundgaad.
Los diez temas de Hora Cero son versiones de Piazzolla; el respeto y fidelidad que muestra la banda hacia la música de su inspirador es tan destacable como la aportación de su propia creatividad. La instrumentación poco ortodoxa y los originales arreglos que tan pronto se ciñen al tango de la forma más estricta, como lo funden con jazz, rock u otros ritmos, aportan a su música un particular sonido que junto a la extraordinaria calidad interpretativa, posiblemente ayude a explicar algo tan poco imaginable a primera vista como el triunfo del tango en Dinamarca.
Tango Orkestret ha recorrido media Europa con su repertorio e incluso han actuado en Argentina; han hecho hasta el momento seis discos, el último –Tango de Copenhague- es el único en el que todos los temas son composiciones propias. En todos ellos exploran las raíces del tango, sin bandoneón, sin dogmatismo alguno, pero con una originalidad y un sentimiento que seguramente habrían complacido al singularísimo Piazzola.
En conclusión, un disco muy recomendable para los amantes del jazz, del tango y sobre todo para mentes abiertas dispuestas a disfrutar de la buena música.
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