Los gritos racistas resonaron un día más en un estadio de fútbol español. "No, si yo no soy racista, pero..." No hay pero que valga para el absurdo. Esta vez fue en La Romareda, en Zaragoza.
Me hubiera gustado que Eto´o hubiese cumplido su amenaza de abandonar el campo en pleno partido. El camerunés es un tipo distinto, de temperamento, de raza, valiente (aunque en ocasiones meta la pata con torpeza). Me hubiera gustado saber qué habría pasado, cómo habría actuado el árbitro, el Barça... Porque el Zaragoza ya se vio cómo reaccionó. Eché de menos una implicación de los jugadores del club maño. Podrían haberse dirigido a esos aficionados macarras, a esos fascistillas de medio pelo recriminándoles su vergonzante actitud. Hubiera sido un ejemplo que habría dado la vuelta al mundo. Si ganan la Copa del Rey y acuden a brindar el triunfo a la Virgen del Pilar, espero que ésta que les insufle de esa valentía necesaria para actuar sin tibiezas frente al racismo. Porque de los seres terrenales cabe esperar más bien poco.
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