La tele de Marat

¿Qué es Europa? Ésta es la primera pregunta que se me viene a la cabeza cuando contemplo los datos de las erecciones europeas… Glups… ¿he dicho erecciones? Es que con eso de las fiestas de Berlusconi…

En España ganó el Partido de los Abstencionistas (dieciocho millones y medio de almas), aunque el hiperbólico e hipercatólico Mayor Oreja se apoderó del triunfo en medio de la apoteosis pepera, que quedó como muy de diseño en la madrileña calle Génova, mire usté. Le faltó caballerosidad en sus discurso. Se le calentó la lengua. Y es que no podemos olvidar que el señor Mayor quiso ser microondas  en el País Vasco y acabó chamuscado. Y  aburrido en un despacho del Parlamento Europeo.

Lo primero que dijo Zapatero tras conocer la derrota fue la palabra “misión”. Supongo que respondiendo al deseo de las juventudes rajoynianas, que se desgañitaban con un coro musical triunfalista:  “Zapatero, dimisión”.

Leire Pajín se bañó en la demagogia planetaria y chapurreó todo lo esperable en una nefasta  y previsible noche de amargura socialista. Tiene tanto poder en el PSOE como vanidad desmedida en su organismo.

Claro que para demagógico y flatulento, el discurso petulante y chabacano de Mayor Oreja, que fue poco deportivo, tan exultante como estomagante, y rematadamente cavernícola, a la vez que dócil,  cuando sacó a relucir a esa sombra con forma humana apellidada Aznar.

Rosa Díez se anunció como alternativa a los dos grandes partidos. Total, entre pitos y flautas, sólo le han sacado unos seis millones de votos cada uno.

Que con la que está cayendo, el PSOE haga pie en la piscina es ya un éxito para Zapatero. Parte de sus tradicionales votantes prefirieron echarse la siesta.

En definitiva, los resultados son pésimos para Aznar. Mira por dónde, al final el pequeñín y yo tenemos algo en común.