La tele de Marat

Cuando Chaves premiaba a la moza -¿por qué méritos?-, la policía apaleaba a los jornaleros que protestaban por el hecho.

Un premio pretendidamente andalucista traicionaba rotundamente el ideario de Blas Infante, una de cuyas propuestas más importantes, si no la que más, fue la del reparto de la tierra de los latifundistas para dar dignidad y modo de vida a los jornaleros.

Ese es el "socialismo" que nos gobierna: pura farsa.

Salud.

Siento no cambiar de tema querido Marat pero es que la cosa es excesiva.
Se premia a la mayor terrateniente de las Españas, dueña y señora de la friolera de 34000 hectáreas, receptora de 2 millones de euros anuales de subvenciones europeas para explotaciones agrícolas...
Y ¿cómo no? mientras recibía su galardón y apaleaban a los campesinos, se permitía el lujo de hacer el siguiente comentario: "tantos locos me dan igual"
Con su "cordura" y la de quienes le rinden patéticos homenajes como el de ayer,  seguiremos por mucho tiempo dándole a la pandereta y a la castañuela.
Ayyy, qué asquito más grande, ozú...

Totalmente de acuerdo, pero.... Manuel Chaves y los veinticinco años de gobierno socialista andaluz no nacen por generación espontánea, alguien los pone allí, alguien coloca en sus manos la medalla que luego ha de lucir en la vitrina de la Grande de España. Los votos de muchos andaluces, muchos jornaleros también, son los responsables de mantener esa política de papel cuché, de la lisonja al poderoso, de la loa al señorito. De nada sirve - lo siento, hoy estoy pesimista - dejarse machacar por las porras de la Guardia Civil si babeamos al paso de la calesa real.

Se cumplen hoy 30 años de la masacre de Vitoria y lo más triste, aparte del abandono de las víctimas, es que muchos que salieron arrastras por las ventanas de la iglesia de San Francisco, los que levantaban el puño al paso de los féretros, los que vieron ensangrentadas las calles del barrio de Zaramaga, mantienen ahora en el poder al partido que fundó el responsable de aquellas muertes, una tambaleante reliquia del absolutismo que morirá sin haberse puesto nunca un condón ni haber pisado un juzgado para responder por los hechos de 1976.

Es una frase hecha, pero es más cierta que la luz.: Tenemos lo que nos merecemos.

Totalmente de acuerdo, Javi.

Pues sí, estoy de acuerdo, pero podría ser peor.

Podríamos no saber o no querer saber, que es peor, que somos (o podemos ser) herederos de aquellos republicanos anarquistas (o marxistas, al gusto) que lucharon por la democracia.

Podríamos plegarnos al sistema y beneficiarnos de sus prebendas.

Podríamos ir a favor de la corriente y promover el catolicismo monárquico más mediocre.

Podríamos tirarnos al monte y acabar en una cuneta. O molidos a palos en una comisaría. En parecidas me he visto. Hoy ya no hace falta este tipo de sacrificio personal.

Cada ciudadano tiene que asumir unas responsabilidades. A la mía -una de ellas- la llamo compromiso político. Este compromiso no entiende de partidos políticos, ni siquiera de personajes lúgubres, como el que dices con muertos a su espalda, es mucho más que eso.