En la prensa del corazón andan un poco revueltos con el asunto de la desaparición de Ylenia Carrisi, hija de los cantantes Al Bano y Romina Power. No hay rastro de ella desde hace más de una década, pero la pitonisa Lidia Lozano, periodista en sus ratos libres, dice tener pruebas de que la hija de los cantantes está viva. Lo cierto es que su pretendido trabajo de investigación tiene más goteras que el PP madrileño. La chillona pluriempleada no es capaz de aportar ni una sola prueba concluyente.
En el programa Salsa Rosa invitaron a Yari Carrisi, hermano de la desaparecida. El chico respondió paciente y educadamente a las cuestiones planteadas por los habituales compañeros de Lidia Lozano, cosida a "navajazos periodísticos" sin piedad alguna. En un momento dado, a Yari Carrisi le dijeron que un testigo había asegurado haber visto a Ylenia arrojarse al río Misisipí al grito de "Pertenezco a las aguas". Le preguntaron a Yari si era posible que su hermana hubiera pronunciado esa frase. Su hermano dijo que quizá, que esas palabras las pronunciaban los viajantes, los hombres de la "Beat Generation". Al presentador del programa le faltó tiempo para traducir: "Sí, la generación de la playa". Y en ese instante me imaginé a Kerouac con una ración de boquerones fritos en una playa de Benidorm, a Allen Ginsberg surcando los mares en una moto náutica y a Lawrence Ferlinghetti dándole a las palas en las orilla, achicharrado.
¡Qué le vamos a hacer, así es la generación de Salsa Rosa!
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