La tele de Marat

Echando la vista atrás, uno se encuentra con un Aznar medianamente ocurrente, chisposo y  generoso a la par que casposo, absurdamente divertido y negociador.

Los aznarines están reunidos estos días en Madrid. La derechona, los liberales compulsivos de nuevo postín, los bisnietos políticos de Fraga adoptan el "look and feel" de los republicanos yankees, sus posturas, sus postulados, su petulancia, su pasteleo y su pestilente doctrina. ¡Qué pastiche! 

Ánsar continúa con su enfermizo papel evangelizador. La mediocridad de su discurso resulta apabullante. Su último adoctrinamiento poético, precisamente ante sus aduladores, comenzaba así: 

"Querido Mariano, queridos amigos, queridos compañeros, muy buenas tardes a todos.  

Voy a empezar pidiéndoos comprensión. Y es que estoy un poco desentrenado en este tipo de actos. Y además, no tengo ninguna intención de entrenarme. Mi especialidad ahora es dar conferencias, normalmente en inglés –fijaros las cosas que uno tiene que aprender a los 50 años-."

 No sé cómo llevará el inglés Aznar, aunque resulte extremadamente fácil imaginarlo. Sirva como referencia que destroza como pocos su idioma natal.  Dice que su especialidad es dar conferencias. (Yo conozco a un político que es un especialista en leer las conferencias que le escriben, pero no daré su nombre). Que tome nota el intelectual Aznar del uso correcto de los imperativos en el castellano. O que alguien se lo explique. Así podrá comenzar sus próximas conferencias sin triturar la lengua de Cervantes... y de Fraga.  Es lo mínimo que uno tiene que aprender. No basta con saber leer.

Si hay algo que me reconcome, me enciende la irascibilidad hasta límites insospechados y me pone de mala leche a una velocidad superior a la de la luz,  es el pelotilleo nacional, el acompasado e indolente baboseo oficial de los lameculos. ¿Puedo cambiar de tema? Gracias

Ayer, en la celebración del día de Andalucía, Manuel Chaves, en su condición de presidente de la Junta, concedió  el título de Hija Predilecta de Andalucía a la duquesa de Alba. 

Según la agencia EFE, Chaves afirmó en su discurso oficial  que Andalucía juega un "papel equilibrador" y "clave" para la cohesión del conjunto de España. Además, el socialista consideró "fundamental" la igualdad entre los españoles. Con un par de narices. ¡Toma igualdad!  Fácil lo hubiera tenido este amante de la poltrona andaluza para promover entre sus conciudadanos la igualdad. Por ejemplo, repartiendo la predilección entre todos los andaluces a partes iguales, incluyendo a esos jornaleros de manos encalladas, madrugón vitalicio y cara abrasada por el sol.

Arrodillarse ante una coleccionista de títulos nobiliarios - gilipolleces  sublimes a la hora de crear distinciones clasistas-    no es precisamente fomentar la igualdad entre los españoles, sino cagarse en ella. (Permítaseme la  referencia escatológica, aprovechando que estamos en el año Mozart) 

Esto es todo. Pero, que conste, hubiera preferido cambiar de tema.

La Liga se le escapa al Madrid y, lo que es más traumático para su presidente, a los medios de comunicación ideados para los madridistas. La Copa voló un año más, sin que ni siquiera una estúpida invocación al  espíritu de Juanito pudiese evitarlo. En la Liga de Campeones el equipo de Florentino tiene un pie fuera. El Madrid va rumbo directo al fracaso.

Los equipos que han mostrado las carencias de un club de boutique, diseño y pasarela no pasan de ser modestos (Zaragoza, Mallorca) o buenos equipos en horas bajas (Arsenal). Dicen que el club blanco es el más rico del mundo, apelando a un concepto equívoco e incorrecto de la riqueza. No es más rico el que más ingresa. Vamos, digo yo. Algo tendrán que ver los gastos y la pérdida de patrimonio. Si el señor Pérez insiste en llevar al club  de esta forma, los niños ya no  querrán vestir las camisetas de ese equipo.

La gran paradoja - no me canso de repetirlo-  es comprobar cómo un constructor que desde que llegó  a la presidencia del Real Madrid es cada día más rico  lleva al club más laureado del fútbol mundial directo a la ruina. Así, FP se va a convertir en un constructor especializado en derribos. 

Y no olvidemos que a  estas alturas sólo les queda ya invocar al mismísimo Espíritu Santo. 

Los gritos racistas resonaron un día más en un estadio de fútbol español. "No, si yo no soy racista, pero..."  No hay pero que valga  para el absurdo. Esta vez fue en La Romareda, en Zaragoza.

 Me hubiera gustado que Eto´o hubiese cumplido su amenaza de abandonar el campo en pleno partido. El camerunés es un tipo distinto, de temperamento, de raza, valiente (aunque en ocasiones meta la pata con torpeza).   Me hubiera gustado saber qué habría pasado, cómo habría actuado el árbitro, el Barça... Porque el Zaragoza ya se vio cómo reaccionó. Eché de menos una implicación de los jugadores del   club maño. Podrían haberse dirigido a esos aficionados macarras, a esos fascistillas de medio pelo recriminándoles su vergonzante  actitud. Hubiera sido un ejemplo que habría dado la vuelta al mundo.  Si ganan la Copa del Rey y acuden a brindar el triunfo a la Virgen del Pilar, espero  que ésta que les insufle de esa valentía necesaria para actuar sin tibiezas frente al racismo. Porque de los seres terrenales  cabe esperar más bien poco.

En la revista (es un decir) Época entrevistan (es un decir) a Mayor Oreja (es una triste realidad).   El rey del fiasco pepero en  política vasca se sincera cuando le sacan a relucir la política antiterrorista del Gobierno: "Estoy seguro de que esto será el final de Zapatero".

Uno escucha a  Mayor Oreja y se pregunta qué sería más definitivo para los intereses del eurodiputado del PP:  el fin del Gobierno Zapatero o el fin de ETA. Para mí, la respuesta es evidente. Y no creo ser nada original en este punto.

El feliz Pedro Piqueras llega a Telecinco en calidad de director de Informativos. Apelando a mi natural estado de inmadurez permanente, me pregunto qué cualidades debe reunir un periodista para desenvolverse felizmente en puestos importantes de medios tan dispares (editorialmente también, por supuesto) como RNE, Antena 3 y Telecinco. Quizá mi candidez comience al considerar a dichos medios como dispares. Puede.

Piqueras dice que la única línea editorial que van a seguir sus informativos será "dar las noticias". Como doy por seguro  que este veterano profesional  no tiene un pelo de tonto, tendré por seguro, pues, que tal aseveración no es más que un chicle, una goma de mascar que se quita y se pone para tapar el agujero que se desee. O sea, que dice, pero no dice nada. O mejor dicho, dice mucho no queriendo decir nada. "Dar las noticias" no puede ser nunca un acto de feliz objetividad. Fundamentalmente, porque no existe la objetividad informativa. El simple hecho de seleccionar unas informaciones y no otras es ya de por sí un acto subjetivo. Por ejemplo, la línea editorial de los informativos de un medio como Telecinco  podría decidir silenciar asuntos turbios de empresas anunciantes, poderosos señores de postín... "Dar las noticias", sí, pero ¿qué noticias?  O sea, la línea editorial de un medio podría consistir en no dar determinadas noticias, tal y como sabe el propio Piqueras.

Si dos o tres directores de Informativos de las diferentes cadenas compartieran propósito, los telediarios serían idénticos, sin matices, sin diferentes perspectivas, tonalidades... Vamos, lo que son, excepción hecha de Telemadrid, feudo y fortín del PP, y avanzadilla propagandística del ronroneo reaccionario. 

El feliz y autocomplaciente Piqueras dice:  "Los informativos de aquí tienen que ser neutros, no nos tiene que parecer ni bien ni mal lo que hagan los unos o los otros, debemos contar lo que ocurre". Me troncho.Basta con imaginar la machacona sección de deportes de los informativos de Telecinco, con el forofismo desmedido del que hacen gala en favor de un tal Fernando Alonso,  para saber que lo de Piqueras es un falso  sueño imposible.

Este Piqueras sabe mucho. Yo, sin embargo, seré eternamente un periodista infeliz. Ni siquiera tendré oportunidad de dar noticias, que es, hoy en día, un reto antisistema. Lo habitual es leerlas. Las que te dan y no molestan. Es así. Felizmente para Piqueras.

¿No le da vergüenza promover la anorexia?, le han preguntado recientemente al  diseñador Ángel Schlesser en un encuentro digital en 20 Minutos . "Creo que la anorexia la promueven situaciones como madres borrachas o la poca atención a los hijos, creo que estas cosas promueven más la anorexia que la moda", ha espetado.

Su respuesta no ha dado la talla, ha sido  más un descosido que otra cosa, un zurcido chapucero. La soberbia viste mal con la justicia y la equidad. No sé si la psiquiatría investiga en la actualidad la anorexia intelectual, pero para mí que es un trastorno cada día más presente en la sociedad.  

Mal de muchos, consuelo de tontos. O sea, que no nos vale mirar de reojo a Italia. Allí, Mister Injertos supera, y con creces, al político friki español. Incluso sus ministros cometen aún más torpezas que los de aquí. Y ya es decir. Silvio  Berlusconi , el don Limpio del espectro humorístico transalpino,  es un potente generador de citas antológicas, una especie de aglutinador compulsivo de los pensamientos más  jocosos e hilarantes de los  comediantes Trillo, Ánsar, ZP, Zaplanator y demás lumbreras del pasado y del presente del hemiciclo, teatro irreal del costumbrismo patrio.

Del cacique italiano, matador, picador, banderillero y monosabio en el coso televisivo de su país, emanan frases sabrosas, epitafios, sentencias, humoradas, mamarrachadas, pintorescas monsergas y asilvestradas sandeces. Este hombre es un volcán y su discurso político es digno de figurar en la casquería política del horror. Prometió recientemente abstinencia sexual hasta pasado el mes de abril, se ha equiparado a Napoleón, acaba de concretar un acuerdo con el partido de la nieta de Benito Mussolini y aún huele a muerto    la publicación de  unos documentos  que confirmarían que   el abogado inglés David Mills habría  protegido de  las acusaciones de corrupción al primer ministro italiano, a cambio de 600 mil dólares.  Pero él sigue a su rollo, a su cantinela. Dijo de sí mismo que era  "el ungido del Señor", "el Jesucristo de la política". Además,  las encuestas auguran su victoria en los próximos comicios. Pues amén, señor mío Berlusconi. 

Y ni siquiera nos queda el recurso del perdedor,   eso de  "mal de muchos...".

El Ayuntamiento de Salamanca llamará "calle del Expolio" a la calle donde se encuentra el Archivo. No está mal la musiquilla. Ahora bien, tirando de archivo -nunca mejor dicho-, podrían tener el decoro de dedicar calles al "Glorioso Alzamiento", dar vida a la "calle del  Añorado Caudillo", o tener un recuerdo también para el bando derrotado con, qué sé yo, la  "calle de los Rojos de mierda" (porque supongo que no tendría mucho éxito una "calle de la fosa común").

 Seguro que el alcalde populista salmantino ya está tomando nota. De momento, prepara la publicación de libros y  la celebración de actos para dar rienda suelta a la rabia. Allí estará Pío Moa. Igual le dan una calle.