Dice Manuel Fraga que él se morirá sin ponerse un condón. Bueno, ya teníamos claro que don Manuel era un experto en la "marcha atrás". Tras apuntarse al carro franquista de don Francisquete, supo aplicar su coitus interruptus con todo desparpajo y decidió dejar de dar por saco al personal mientras sonaba de fondo la música de la Transición. Se supone que fue una alianza popular, pero en realidad era un manual de supervivencia del conservadurismo, un profiláctico gigante para el interés de los ricachones que temían perder voz y voto (qué paradoja). Fraga cambió (no tenía más remedio) la pornografía política por un erotismo aperturista que miraba al futuro y al destape de las películas de Pajares y Esteso. Los españoles asistimos a un orgasmo constitucional, protagonizado en parte por don Manuel, integrante de aquella orgía de artículos y derechos bien orquestada. Ahora, muchos quieren convertir en dogma nuestra Constitución, como si las circunstancias en las que fue redactada fueran las mismas que ahora. Fraga hizo la Constitución como sus faenas sexuales, o sea, a pelo, sin preservativo. Quizá la culpa la tengan en parte los fabricantes de las cosas. Si en vez de Durex o Control, se llamasen "Condones el Caudillo" o "Preservativos Una Grande y Libre", otro gallo cantaría para don Manuel, un gallito galleguito que no usa condones. Él, que siempre jodió al personal sin poner los medios.
2005/01/21 09:00:00 GMT+1
Póntelo, Manuel
Escrito por: Marat.2005/01/21 09:00:00 GMT+1
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2005/01/21 08:00:00 GMT+1
El encantador de votantes
Compareció Zapatero en TVE ante una cuadrilla de periodistas políticamente muy correctos. Parece que en el gremio de la prensa se ha formado una gigantesca costra de moderación bien retribuida que ha mandado a hacer gárgaras el espíritu combativo o escudriñador de antaño. O sea, que ya nadie osa tocar las pelotas al señor presidente. Y si queda algún plumilla con entereza, desde luego no lo van a sentar enfrente de Zapatero. Lorenzo Milá reprodujo ese estatismo de los responsables de medios que se empeñan en llevar una y otra vez a los platós televisivos y a los estudios de radio a los mismos periodistas: Fernando Jáuregui, Victoria Prego, Carlos Carnicero, José Antich, Nativel Preciado, Isabel San Sebastián... Parece que no hubiera otros. ¿No podrían, por ejemplo, invitar a un corresponsal británico, aunque sólo fuera por cambiar? Nativel Preciado, sin ir más lejos, puede hacerle la misma entrevista a Juan Pablo II, a Maradona, a Joselito o a Bin Laden. González Ferrari, sin embargo, es más un ejecutivo preguntón que un periodista propiamente dicho. Lo suyo es un zumbido de altos vuelos, pajarita, chófer y cena en Jockey. ¿En qué país vive González Ferrari? Mejor dicho, ¿en qué palacio vive González Ferrari alejado de la realidad y del vulgo? ¿Pues no dijo el tipo que los precios de la vivienda han bajado últimamente? El presidente de Onda Cero (patatero) suspendió en conocimiento de la actualidad. No está precisamente en la onda. Se nota que la hipoteca no le quita el sueño. Bien pensado, ¿qué es capaz de quitarle el sueño a este hombre de negocios?
Yo al que eché de menos en el burladero de la prensa que le puso la alfombra roja a Zapatero fue a Urdaci, literato florido ocasional de rencores sin fronteras. El pájaro, o sea, Urdaci, presenta ahora un libro encuadernado en victimismo surrealista y artificial. Y lo malo no es que el hombrecillo venda la historia de su pasión aznarina, sino que nos pretenda colocar en la estantería del salón su vía crucis zapateriano, ganado a pulso con su corona de espinas y triquiñuelas, obtenido justamente en forma de 39 latigazos o días de excedencia voluntaria. ¿Qué esperaba Alfredito Urdaci después de quitarse la cofia? Los nuevos señores tenían todo el derecho del mundo a cambiar el servicio doméstico de la casa.
Zapatero, una réplica logradísima de aquel "Yo, Claudio" televisivo, se manejó a las mil maravillas ante la delegación diplomática elegida por Milá (un pozo sin fondo para los amantes de la comunicación no verbal, aunque yo me he apostado unos euros a que un día se le quedan los ojos pegaos y ya no los abre). El presi se hartó de trazar conjuntos en esa atmósfera de absorta contemplación ajena. Que si el "conjunto de los españoles", que si "el conjunto de la ciudadanía vasca", que si "el conjunto del Estado español", que si "el conjunto de las fuerzas políticas"... Pero dejando de lado el contenido del conjunto de su discurso, uno puede detenerse a contemplar cómo alguien puede soltar una frase inacabable llena de matices expresivos y no decir absolutamente nada. Ése es Zapatero, el hechicero de la palabra, el flautista de Hamelín de los discursos, el encantador de votantes. ¡Y cómo dice las cosas que dice! Su modus operandi es pausado, al ralentí, como si fabricase un código Morse imperecedero. Degusta sus vacíos semánticos, esparce su diarrea de verborrea, reparte sus maneras de charlatán, y cuando te quieres dar cuenta, ya le ha sacado a su entrevistador un gesto de asentimiento.
Aun con toda la escenografía del talante de nuevo cuño, aun con su esencia teatral, aun con sus parásitos de cultura haciendo propaganda en los escenarios al ritmo de una mala balada, aun con sus evidentes carencias, pueden estar seguros de que Zapatero no tendrá su Urdaci. Y el conjunto de los españoles se lo agradecerá.
Escrito por: Marat.2005/01/21 08:00:00 GMT+1
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2005/01/12 08:00:00 GMT+1
Forofismo periodístico (o del arte de opinar en lugar de informar)
¡Por el amor de Dios, la religión no es el opio del pueblo! ¡Tampoco la tele! ¡Ni siquiera el fútbol! El pueblo es el opio del pueblo, una endogamia maléfica, un bucle repleto de conformismo, una noria embriagada y deformable. Vale, bajaré al terreno de juego, donde las cosas se ven mucho más claras. Reconozco que ésta no es manera de empezar a hablar de fútbol, pero es que yo lo que quiero es sacar a relucir el asunto del periodismo deportivo, el tiovivo de la información, el cuento de nunca acabar de la realidad irreal. Voy a ir al grano, que si no acabaré citando a Hume con soberbia y pedantería infinitas en un ejercicio anacrónico sin precedentes.
El pasado domingo se veían las caras en el Vicente Calderón los eternos rivales en un choque en la cumbre disputado a cara de perro (me estoy metiendo en la piel del cronista deportivo, no me dirán que no). El Madrid venció al Atleti por cero a tres. Bien, pues en el programa "Fútbol es fútbol" (Telemadrid) aparece un tal Juanma Cueto, y me cuenta que el resultado ha sido totalmente injusto. Bueno, me digo, habrá sido cosa del árbitro (argumento muy socorrido histórica e histéricamente para los eternos perdedores), o quizá algún espontáneo ha lesionado a Fernando Torres, estrella de los rojiblancos. No sé, puede que algún colchonero se haya vendido a los merengones a cambio de unos milloncejos y se haya marcado algún gol en su propia portería, o a lo mejor un tornado ha transportado el balón a la portería atlética sin que el guardameta Leo Franco haya podido hacer nada. Cualquiera de estas situaciones encajaría en el diagnóstico del periolisto deportivo. Pero no, ni siquiera un arcángel vestido de blanco bajó del cielo para incidir en el partido. Entonces, ¿por qué ha sido un resultado injusto?, ¿qué ha pasado? Es más, ¿por qué lo primero que hace el informador es darme una valoración personal de los hechos? ¿Por qué no me deja sacar mis propias conclusiones tras ver el resumen? Este tío se pirra por decirme lo que le ha parecido a él el partido, y a mí me importa un comino lo que crea, piense o sienta. Para eso están los expertos, se supone. ¿O es que los informadores son expertos en la práctica y teoría del fútbol? ¿Se imaginan abrir un telediario con el titular: "El PNV no mereció ganar las elecciones vascas"? Vale, vale, el ejemplo no es el más adecuado. Prescindo de ejemplos, no hace falta con situaciones tan absurdas. El chico de Telemadrid insiste: "El Madrid no mereció este resultado". Pero, coño, ¿por qué? Dé usted una sola razón. A ver, callen, callen, un momentito, que va a explicarse... "Y la prueba -dice- es que el Madrid tan sólo ha disparado a puerta en tres ocasiones y ha anotado tres goles". ¡Pero si ésa es la máxima del fútbol, el culto a la infalibilidad, la adoración a la contundencia, la salsa, el pragmatismo, incluso, el delicatessen balompédico (uy, qué ñoño me ha quedado esto último)! Confieso que no entiendo nada: ni el formato del programa, ni a los presentadores, ni los resúmenes surrealistas de los partidos, ni el lenguaje, ni las gracias sin gracia caídas en la más absoluta de las desgracias para el televidente.
Prosigo con interrogantes espirituales que no me solventan estos analistas de la información deportiva, estos consultores de la realidad futbolística: ¿es mala suerte o resulta injusto que pierda un equipo que es incapaz de anotar un solo tanto después de rematar en la portería contraria en 26 ocasiones?, ¿es tan bueno como dicen estos mismos aduladores sin fronteras del periodismo deportivo un delantero que yerra una vez tras otra incluso a puerta vacía?, ¿es injusto que un equipo que aprovecha cada ocasión que se le presenta le gane la partida a un equipo que desaprovecha continuamente clamorosas oportunidades de gol? ¿Qué concepto de la injusticia y de la justicia manejan estos jueces de la información?
Para colmo, ahora el periodismo deportivo lleva un tinte humorístico que no acierto a comprender; parece que hay que tomarse las cosas a chufla. Pero dejando de lado a humoristas frustrados y otras especies, lo que no consigo asimilar desde mi limitadísima capacidad receptiva es el análisis filosófico de estos grandes pensadores del esférico. "Resultado injusto", insiste de manera machacona el rostro parlante de la tele. Y a continuación sale el míster derrotado y dice que el fútbol no ha premiado al mejor equipo. Pues nada, que un comité de expertos en bioética decida a la conclusión de cada encuentro quién es el vencedor moral y se acabó. Y la guinda la pone Irureta en Antena 3, pidiendo solidaridad con el maremoto (sic)".
Ahora sí que sí
Ya puestos, echo mano de los recuerdos para contarles un caso desternillante del periodismo deportivo más recalcitrante. Jugaban un equipo francés y uno ruso. Lo emitía TVE y ganaban los galos por seis a uno en el minuto 84. Tres más tarde, en el 87, anotó el séptimo un centrocampista internacional del equipo francés. El periodista (español y funcionario, lo juro) se desgañitó y sentenció con una rotundidad a prueba de bombas: "Ahora sí que está sentenciado el encuentro".
Escrito por: Marat.2005/01/12 08:00:00 GMT+1
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2005/01/05 08:00:00 GMT+1
El medio no media; el medio atrofia
Leo en el Diario Montañés una entrevista a la periodista Isabel Gemio, otrora heroína de las ondas hertzianas, diva de la sonrisa artificial y celestina mayor del reino. Me llama la atención su talante crítico con el medio:
-¿Cómo encuentra la televisión que se hace ahora?
-Muy clónica. Y está llegando muy lejos en temas fundamentales como son el derecho a la intimidad y el honor. La televisión de hoy la están haciendo personajillos, inmorales en muchos casos, que no han demostrado ningún valor, y al final el medio lo terminará haciendo esta clase de gente y no verdaderos profesionales. Cada día ocupan más espacio y parecen dispuestos a llegar mucho más lejos porque están dispuestos a pagar cualquier precio por seguir, mientras que los demás tenemos unos límites. Está degenerando demasiado.
Conclusión: Esta chica lo que necesita es amor... aunque sea por carta.
Otra de entrevistas, esta vez a Carlos Lozano, un guaperas dicharachero que ha alcanzado la cima dando cancha a los triunfitos. Es simpatiquillo, graciosote, tiene buena planta y tablas, pero le falta modestia. Dicen las malas lenguas (que son las mejores) que al chico se le ha subido a la cabeza el éxito y que ha pedido una pasta por seguir presentando ese programa con forma de máquina de churros musicales.
"¿Estaría dispuesto a rebajar su caché para volver a conducir Operación Triunfo?", le pregunta un redactor de ABC. Y contesta Lozano con enorme humildad: "Nunca, jamás lo haría. Mi caché es el que es por la audiencia. (...) En ese programa había mucha gente que cobraba más que yo, que lo único que he hecho es darle audiencia al programa". Ahí es nada. La gente no veía "O.T." por el formato, ni por la incertidumbre o la expectación que generaba, qué va; la audiencia se pirraba por verle a Carlos Lozano los mofletes. David Bisbal, Rosa, Bustamante y Chenoa eran muñecos secundarios, actores extras del show de Lozano, auténtico vendaval de la televisión, creador todopoderoso de audiencias, maestro sublime de ceremonias, tótem, volcán, sensei e imán de televidentes.
Conclusión primera: Ésta es la gente que se come el mundo.
Conclusión segunda: "Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen". (Alfonso X el Sabio)
Conclusión tercera: "Era como un gallo que creía que el sol había salido para oírle cantar" (George Eliot)
El pasado miércoles encendí el televisor y se me apareció el tío Argiñano (que así le llama mi abuela Carmen). El hombre andaba de aquí para allá en su cocina con su gorrito inmaculado, vendiendo recetas con desparpajo y gracejo, cuando de repente soltó una frase que me puso de mala leche, vamos, que me encabronó colosalmente: "No penséis en el dinero; para ser felices no hay que pensar en el dinero". Podría haber tomado la sugerencia como una recetilla improvisada y bienintencionada, sin más, pero se me atragantó ese ramillete de perejil en forma de bienaventuranza. Si me tocó las narices el simpático Argiñano fue por su tremendo descaro. Si el sueldo no te llega para vivir, se antoja difícil, por no decir imposible, no pensar en el dinero; si tienes mucho, se hace complicado no darle vueltas a la mejor forma de conservarlo... Pero no van por ahí los tiros, no. El autor de la frase acaba de desembarcar en Telecinco tras protagonizar una intensa polémica con TVE. La cadena pública y Telecinco anduvieron un largo tiempo a la gresca (demanda incluida) a cuenta de los derechos de emisión de los programas de Argiñano. Algo olía a podrido en esa cocina (y no en Dinamarca, precisamente).
Debe de ser fácil dar ese consejo de no pensar en el dinero para alguien que posee una productora audiovisual (Bainet TV), acciones en Asegarce (que ha obtenido amplios beneficios del deporte de la pelota vasca), restaurantes, un hotelito, escuelas de cocina...
Debe de resultar sencillo dar ese consejo cuando has llenado miles de cerditos de barro con los ingresos que te han dejado tus libros de recetas, tus anuncios publicitarios vendiendo la burra y tus programas (emitidos por cientos en España y Sudamérica).
Debe de estar chupao decir cosas como ésa, cuando te cae todos los meses una pasta gansa (mucho más del sueldo medio de los españoles) por colocar estratégicamente en tu cocina de la tele dos o tres marcas (aceite, cocina...) comerciales, así, como el que no quiere la cosa.
Pero coño, si hasta sus palabras preferidas demuestran a las claras cuál es su filosofía vital y culinaria: "Rico, rico".
Conclusión primera: "La vida es tan amarga que abre a diario las ganas de comer" (Jardiel Poncela).
Conclusión segunda: Qué morro tiene el Argiñano.
Escrito por: Marat.2005/01/05 08:00:00 GMT+1
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2004/12/28 08:00:00 GMT+1
Telecinco: sin pecado concebida (y dos más)
Telecinco: sin pecado concebida
Primero se cargaron de mala manera El Informal, y ahora "invitan" a hacer las maletas a los redactores de Pecado Original, un programa con críticas templaditas (que no destempladas) y humor irreverente lejos de la genialidad, pero con esa dosis de mala leche que le resulta incómoda a los mediocres. Telecinco ya ha afilado la guillotina. La simpleza de Carolina Ferre tratará de suplir el despelote característico de Pecado Original, aunque imaginamos que dejando de lado las incursiones en la política nacional. Hoy, cualquier cosa se considera irreverente. La autocrítica es un tabú y los controladores de mentes ultiman los preparativos para poner en el mercado un nuevo producto que uniformice los pensamientos. Ni populares ni socialistas aceptan las críticas ni que algunos intrépidos reporteros les dejen en ridículo, aunque sean ellos mismos, envueltos en su máxima incompetencia, quienes se aturullen ante los micrófonos que les asaltan en busca de discursos improvisados sobre temas mundanos. En este programa de Telecinco no se han cortado un pelo a la hora de ejercitar su ironía con Acebes, Bono, Aznar, Zaplana, Carod Rovira, Bush, Fidel Castro, Blair, Chirac, Maragall, Fraga, Caldera, Zapatero e incluso con algún miembro de la sagrada monarquía española (por no hablar de lo que han hecho con Ernesto de Hannover). En las altas esferas de Telecinco la cosa no hacía mucha gracia, así que han esperado a que el puñetero share del programa se metiese en la cama con fiebre para preparar su misa de Réquiem.
Gran Hermano 2004, una odisea en la tele
Hace tiempo que descubrí que el verdadero mérito del programa reside en el talento de su equipo de psicólogos. Ellos han sabido encontrar a los personajes más rocambolescos que quepa imaginar. Han buscado con lupa entre miles de aspirantes y han extraído lo que más jugo puede ofrecer para una audiencia ensimismada en vidas ajenas. Tíos más ceporros es difícil hallar aquí o en Sebastopol. (¿En qué edición participó aquel concursante que creía que Brunelleschi era una marca de champú?)
Por supuesto que la nueva camada de jóvenes concursantes tiene muy claras las ideas: escándalos, noviazgos de cartón piedra, ruptura, exclusiva en cutre revista, despelote en el Interviú, insultos en la casa de Sardá, abrir un bar de copas y llenar la cuenta corriente de ceros gracias a una colaboración excelentemente remunerada en los programas de turno de Telecinco. Esta asociación de cantamañanas unidos (y sin fronteras) lleva grabado a fuego en la piel el cuento de la lechera y sólo come y duerme con el fin de convertirse en una gallina capaz de poner huevos de oro.
Cada año irrumpen en la casa de Guadalix seres más primitivos. El ganador de este año (un tal Juanjo; taxista para más señas) nos ha dejado clara una cosa: aún no ha encontrado el monolito. Por no saber, no sabrá ni quién coño es Kubrick.
¿Por qué?
No hay dios que entienda lo que está pasando en Telemadrid. Pase que los informativos se hayan convertido en una granja para neoliberales. Pase que Manuel Soriano, paje de Esperanza Aguirre, esté colocando a lo más rancio de cada casa al frente de la programación que pagamos "religiosamente" los madrileños. Pase que Telemadrid se esté convirtiendo en el portal de Belén. Pase que la presidenta no se conforme y quiera más canales para asegurarse la reelección. Pase que Curry Valenzuela, Germán Yanke, Isabel San Sebastián y cía sienten jurisprudencia televisiva y amarren algunos votos en favor de la causa. Pero lo que no comprendo es la necesidad de hacer cambios en el programa "Fútbol es fútbol". ¿A quién se le ha ocurrido la idea de colocar como presentador a Carlos García Hirschfeld? ¿Quién elige a los contertulios (Inocencio Arias, Mabel Lozano...) de esa presunta tertulia futbolística? ¿No será cosa de Madame Tussauds?
Sinceramente, no creí que fuera a escribir esto nunca: ¡Javier Reyero, te echo de menos!
Escrito por: Marat.2004/12/28 08:00:00 GMT+1
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2004/12/21 08:00:00 GMT+1
Herederos de la sinrazón
Gorka se había levantado aquel día malhumorado. Pocas cosas le enojaban más que tener que acudir al hipermercado a llenar un par de carros y después desembarcarlos en el maletero del coche, subir dos docenas de bolsas hasta la quinta planta y terminar ubicando meticulosamente cada producto en el sitio adecuado. Lo de la meticulosidad era cosa de Ana. En realidad, todo era cosa de Ana. Gorka hubiera continuado durmiendo hasta las doce, pero el despertador inapelable de su esposa resultaba más efectivo que una diana militar.
El plan se siguió a rajatabla, culminando con el empaquetado casi profesional de los muslos de pollo de dos en dos, que no era sino el menú diario de la perra Sugar, que completaba el trío "familiar" del domicilio.
Cumplidos los deberes, Ana optó por dar un paseo con Sugar, mientras que Gorka prefirió el avituallamiento en la taberna del Milikeras, un personaje, un verdadero personaje del barrio.
Nada más atravesar la puerta del bar se encontró con Félix, un compañero de su época colegial. Félix era policía nacional; destinado durante varios años en Salamanca, acababa de regresar al pueblo, según comentaba la gente, por algunos problemas. Parece ser que se le había ido la mano con un detenido y había tenido que ser su suegro, un alto mando del Cuerpo, quien tuviera que mediar y buscar una solución, llevándolo de vuelta a casa, a la pequeña localidad guipuzcoana, antaño tranquila.
Las cosas habían cambiado mucho, especialmente en los últimos años.Gorka, sin ir más lejos, veía las cosas de una manera muy distinta. No era nacionalista, pero su amplitud de miras crecía a diario, casi tanto como su indignación con la situación general de su entorno.
Félix se sorprendió al verlo, sonrió y se dirigió hacia él dispuesto a fundirse en un abrazo que Gorka no rehuyó.
-¿Cómo estás, campeón?
-Pues como siempre, aquí, tirando -respondió Gorka.
-¿Qué tal?, ¿te casaste, no? Joder, es que no aprendemos, Gorka, macho. Mira que hay antecedentes penosos, pero bueno. ¿Qué tal, tío? ¿Cómo te va la vida por aquí? Ahora podrás volver a aprender baloncesto de la mano del número uno. ¿Sabes que me quedo? Pedí el cambio. Estaba hasta los huevos de Salamanca. Un coñazo -continuó diciendo Félix, mientras golpeaba con su puño derecho una y otra vez el brazo de Gorka en una actitud de confianza, de cariño.
Gorka sabía que el verdadero motivo de su vuelta al pueblo no era precisamente una solicitud voluntaria, pero comprendía que su viejo amigo no quisiera entrar con la verdad pegada en la frente. El pueblo se había convertido en un enjambre, en un volcán con distintos ríos de lava. Por un lado, el fuego de los nacionalistas radicales; por el otro, los poderes fácticos, los señoritos, las clases altas, los ricos del pueblo, con su legión de seguidores. Los enfrentamientos no se limitaban a las urnas; ni siquiera a la dialéctica, sino que se habían formado dos especies de bandos irreconciliables. Y en medio de aquel maremagno de odio se encontraba la gente como Gorka. No simpatizaba con las ideas ni de unos ni de otros. Aunque él respetaba las ansias de separación de los independentistas, repudiaba la violencia como medio para conseguirla, lo que le convertía en enemigo precisamente de los violentos.
En el pueblo se exigía la militancia. "No puedes andar con medas tintas", le decían desde los extremos siempre que salía la conversación de marras. Y no se hablaba de otra cosa. Si acaso, de fútbol, pero desde hacía veinte años, los equipos vascos no rascaban bola, sólo daban disgustos, así que las charlas -que derivaban inevitablemente en broncas- versaban siempre sobre política.
-Me alegro de que vuelvas- dijo Gorka, - ¿Y tú, te has casado?
-Ahí va, la hostia, ¿es que no te enteraste? No me lo puedo creer. Estoy con Cristina. Tenemos un par de críos. Me separé, bueno... Lo de siempre, te equivocas de persona, te casas con una hijaputa... Pero rectifiqué; Cristina es la hostia, su padre es un jefazo, y me ha echado un cable para que me autorizaran la cosa ésta del cambio. Joder, macho, podemos quedar para comer mañana. Os invitamos en el Txontxu. ¿Sigue abierto, no?
-Sí, pero..- Gorka dudaba de la conveniencia de explicarle justo en ese momento cómo estaban las cosas, a qué sitios debía ir uno y a cuáles no-, ya hablaremos. Está la cosa un tanto rara con lo de la política, ya sabes. Donde va uno, no va el otro...
-No me jodas. Es que están echando leña al fuego, los muy hijos de puta. El Ibarretxe éste de los cojones -Félix elevó el volumen y echó un rápido y disimulado vistazo alrededor para saber quién le rodeaba- está armando un cisco de cojones.
-Mira, es mejor que hablemos de esto en otro sitio y en otro momento. La cosa no es tan sencilla. Verás...
-¿Qué pasa, es que no hay libertad aquí para hablar, es que vamos a andar con miedo? No me jodas, Gorka. Aquí hay que hablar sin miedo, que de eso se valen los cuatro cobardes y los cuatro hijoputas asesinos. Se valen del miedo, de los que se callan. Joder, que hay que plantarles cara. ¿Es que no viste al cabrón de Atutxa echando a Iturgaiz? ¿Es que eso es democracia? Si es que es para que les peguen dos tiros, joder.
-Yo no estoy de acuerdo.
-¿Cómo que no estás de acuerdo? ¿Es que te parece que ellos pueden insultarnos y nosotros no les vamos a poder contestar?
-Es que yo no soy no de ni de unos ni de otros. Ni estoy de acuerdo con la política del PNV, ni me parece consecuente la actitud del PP en Euskadi, ni estoy de acuerdo con eso que has dicho de que le peguen dos tiros a nadie.
-¡Qué cojones! Es una forma de hablar, coño. No me jodas, Gorka. O estás con unos o estás con otros. O estás con la democracia, con la libertad, con el poder hablar y pasear por la calle sin guardaespaldas, o estás con los de la pistola, con los separatistas, con los asesinos de niños, con los del tiro en la nuca y la bomba en la casa cuartel.
-Mira, Félix, vamos a dejarlo, porque no es el sitio...
-Que me toca los cojones lo del sitio. Que no tengo por qué callarme. Y además, que estamos en un puto país libre, y nadie me va a mandar callar.
-No es eso, coño, Félix. Es que no nos vamos a poner a discutir aquí nada después de diez años sin vernos, y además, que no vamos a arreglar nada. Yo tengo mi opinión y tú tienes la tuya.
-Pero ¿cuál es tu opinión, macho? Porque dices que no estás con unos ni con otros, pero luego te parece bien que el Atutxa eche a Iturgaiz del Parlamento.
-Yo no he dicho que me parezca bien. Pero creo que se pasó.
-¡Ah, se pasó! Joder, o sea, te llaman franquista, y tú no puedes llamarle etarra.
-No le llamó franquista, les dijo que eran los herederos legítimos del franquismo.
-Mira, Gorka, vamos a dejarlo. Mejor vamos a dejarlo. Es que me toca mucho los cojones la gente que no se moja, porque esto nos afecta a todos, joder. Lo de herederos es lo mismo que llamarles franquistas. Así que estos del PNV pues son etarras.
-No lo creo. Ni creo que haya una sola prueba o indicio. Sin embargo..
-¿Que no hay pruebas? Si quieren lo mismo, separarse, joder, Gorka, que es que es de cajón.
Sin embargo, te decía, es una realidad incontestable que el PP es el heredero del franquismo. Y es más, el rey Juan Carlos...
-No me toques los cojones, Gorka, por ahí no paso. Ten cuidado con lo que vas a decir. Que... un mínimo de respeto. Vamos a dejar al Rey en paz, eh. Vamos a dejarlo en paz. Que lo que hay que hacer es acabar con el terrorismo. Y dejar en paz al Rey. No me jodas, Gorka.
-Perdona, pero...
-.Que no, Gorka, que no. Que dejes en paz al Rey.
-Pero bueno, ¿qué pasa? ¿Es que no se puede hablar del Rey?
-Es que no sé qué cojones tiene que ver el tocino con la velocidad.. Estamos hablando de Atutxa, y tú sacas a relucir al Rey. Vamos a dejar al Rey.
-Perdona, pero yo no creo que me tengas que decir a quién tengo que dejar o no en paz. Y si no te importa, el Rey es el sucesor directo de Franco, que además fue quien decidió que él fuera precisamente su sucesor, y...
-Pero qué cojones estás diciendo. A cuento de qué viene eso. ¿Es que vamos a sacar a relucir otra vez lo de la guerra? Joder, que ya han pasado más de cincuenta años, la hostia. Es que no se puede estar siempre con lo mismo. Es que si en este país tenemos democracia es, entre otras cosas, gracias al Rey, coño.
-Mira, Félix, yo no saco a relucir la guerra, aunque habría mucho que hablar, pero ahí tienes al presidente fundador del PP, que fue ministro de Franco. Por poner sólo un ejemplo, aunque hay muchos más. O es que no te suenan muchos de los apellidos de los que nos gobernaron con Aznar.
-Macho, lo que no entiendo es que me digas que no estás con nadie. Se te ven los colores, se te ven los colores, macho. A la gente que hay en el Gobierno la vota la gente con plena libertad.
-Depende de lo que entiendas por libertad. Si ocultas las información, si la manipulas, si tergiversas las cosas y mantienes a la gente con una empanada mental de aúpa, no sé yo qué es eso de elegir libremente.
-Joder, macho, ¿está cuestionando la democracia?
-Yo no. Tú eras el que decías que había que darles dos tiros a no sé quién.
-Joder, cómo has cambiado, Gorka. No lo entiendo. Lo que me jode es que digas que no estás unos ni con otros. A mí me parece evidente que estás defendiendo la postura del PNV.
-¿Del PNV? ¿Pero qué he dicho yo para que saques esa conclusión?
-Pues que si el Gobierno es franquista, que si el Rey...
-Yo no he dicho que el Gobierno sea franquista. Otra cosa es que piense que algunos de sus miembros eran simpatizantes, o llámalo cómo quieras, de sus doctrinas. Y yo no he dicho que el Rey sea franquista, a pesar de que jurara en su día los Principios Generales del Movimiento. Yo lo que he dicho es que fue designado sucesor de Franco por el propio Franco.
-Mira, Gorka, el PNV y ETA quieren los mismo, ¿verdad? Unos mueven el árbol, lo agitan, y los otros recogen los frutos. ¿Tú has escuchado alguna vez a Arzalluz criticando a ETA?
-Muchas.
-¡Vamos, hombre! Pero si le están haciendo el trabajo sucio.
-Yo creo que es mejor dejarlo, Félix. De verdad. Hacía mucho que no nos veíamos y es una tontería discutir ahora nada. Tú tienes tu opinión y yo tengo la mía. Soy un escéptico. Dudo de todos. Creo que todos llevan a cabo un discurso erróneo, pero también te digo que como alguien no lo remedie con un poco de cordura, aquí vamos a terminar muy mal. E Iturgaiz no representaba la cordura, y Mayor Oreja no representaba la cordura, y Acebes no representa la cordura...
-¿Y quién es cuerdo, Ibarretxte, Egibar, Arzalluz, Otegi? No me toques los cojones, Gorka, tío, que se te ven los colores, que no me digas que tú no estás con nadie. Joder, que Iturgaiz tiene que ir con la calle con dos guardaespaldas.
-¿Qué le hubiera pasado a Ibarretxe en aquella universidad de Granada aquel día si se llega a presentar sin guardaespaldas?
-Esa fue la pena, que iba con guardaespaldas y no le pudieron dar dos hostias bien dadas. Probar de su caldo.
-O sea, que tú, Félix, estás de acuerdo con que hay que dar de hostias a los que piensan de forma distinta.
-Pero cojones, es que ETA lleva más de treinta años matando a gente. ¿Es que hay que poner la otra mejilla, coño?
-Primero, Ibarretxe no forma parte de ETA. Segundo, me estás diciendo que tú estás a favor de acabar con el terrorismo como sea, utilizando el medio que sea, incluido el de las dos hostias.
-Pues sí. Sí señor. Si por las buenas estos hijos de puta no se calman, habrá que hacer lo que se hace en todos los países. Mira la Thatcher, con dos cojones, a ver si los del IRA...
-Los del IRA han negociado, se han sentado en una mesa y han negociado. Y la Thatcher no puso remedio al conflicto con el IRA.
-Bueno, pues yo te digo que si se hiciera los del GAL, pero en condiciones, no la chapuza esa que hicieron los del PSOE de Felipe, otro gallo cantaría.
-O sea, que te pasas la Constitución y el Estado de Derecho por el forro...
-¿Qué dices? Pero si los que quieren joder la Constitución son los del PNV.
-Hombre, digo yo que el terrorismo de Estado tampoco es muy consecuente con los artículos de la Constitución.
-Claro, es que la Constitución está para echar mano de ella cuando nos conviene.
-No sé si ésa es la idea que se tiene de la Constitución, pero para mí no representa ninguna Sagrada Escritura, ¿sabes? Creo que desde 1978 ya ha llovido. Ya ha llovido.
-Bueno, vamos a dejarlo, que llega la hora de comer, y , además, no vamos a arreglar nada. Pero, tío, se te ven los colores. De neutral, nada. De neutral, nada.
-Es que no sé a qué te refieres con lo de neutral. ¿Qué es ser neutral para ti?
-Pues está claro, Gorka. Que no estás con nadie. Pero, macho, a ti se te ven los colores, no me jodas. Que vengo de Salamanca, y allí se ven las cosas de otra manera. Se ven distintas. Aquí el que no está acojonao, pasa del tema o es de Batasuna.
-¿Y dónde dices que estoy yo, entonces? ¿En los acojonaos, en los que pasan o en los de Batasuna?
-Pues tú sabrás, pero a mí me parece evidente que no estás con los que defienden la democracia. Estás ahí, como si se pudiera estar en tierra de nadie. Y eso es imposible cuando hablamos de libertad, de vidas humanas, del miedo con el que se levantan cada día un montón de vascos, que no saben si ése será su último día.
-¿Y tú, qué, defendiste a hostias la democracia, se te fue la mano y ahora vienes a dar charlas morales a la gente a la que hace años que no ves?
El resto de la escena es mejor no describirlo. Afortunadamente, el Milikeras estuvo al quite y evitó que la cosa fuera a mayores. Hoy aún, Gorka y Félix continúan sin hablarse. Y hay algo seguro: nunca volverán a hacerlo.
Escrito por: Marat.2004/12/21 08:00:00 GMT+1
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2004/12/16 08:00:00 GMT+1
Pádel con bigote (y tres apuntes más)
Pádel con bigote
La Federación Española de Pádel y la empresa Padelmedia Europe S.L. han llegado a un acuerdo por el que la Federación cede a dicha firma los derechos de las retransmisiones televisivas de los torneos oficiales. El Consejero Delegado de Padelmedia, un tal Luis Pradera, está plenamente satisfecho: "Este acuerdo nos permitirá (...) ayudar en el desarrollo de un deporte que tiene cautivada a la sociedad española".
Ni el paro, ni el puñetero IPC, ni el precio de la gasolina, ni el sufrimiento de comprar una vivienda, ni la inseguridad ciudadana, ni Ana y los siete: lo que tiene a los españoles en un sinvivir es el pádel. Ahí es nada. O sea, que el que no tenga una raquetita de pádel, es poco menos que un pringao de tomo y lomo, alguien fuera de onda.
Pero la realidad es bien distinta. Basta con acercarse a un polideportivo para apreciar de cerca un singular cortejo que se repite a lo largo de decenas de canchas. Dóciles empleados de empresas de servicios se entregan en partidos a vida o muerte frente a sus respectivos jefes. No tienen ni puñetera idea de jugar al pádel, pero son conscientes de que está de moda, la moda que impone el señor presidente, o cuando menos el director de la división o del departamento. Marbella contó con las primeras canchas de pádel en España, pero quien verdaderamente lo puso de moda fue un señor pegado a un bigote. Desde entonces el pádel va bien. O eso nos dicen.
Primero fue el squash, luego el golf y ahora les ha dado por el pádel. Una prole de aspirantes y trepas de guante blanco y aliento sucio se confunden con los verdaderos deportistas aficionados a este deporte que nació en los barcos ingleses de finales del siglo XIX como entretenimiento para los pasajeros. Los pelotillas, eternos imitadores de sus superiores, se han comprado el equipo completo en El Corte Inglés y lo pagan a plazos. Su labor también es la de entretener. Se dejan arrastrar por los gustos de una elite que necesita vasallos que devuelvan la pelota al otro lado de la red.
"Muy buena, jefe", repite incesantemente el eco. Ya sabemos que ese tipo llegará lejos. Quién sabe si acabará dando conferencias en Georgetown.
Proust en la comisión del 11-M
De la prepotencia y la mezquindad que se desprendieron como carne podrida en la comparecencia de José María Aznar, pasamos al imperio del tedio de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero. Sopor, esta palabra define la comparecencia de quince horas del presidente del Gobierno. Todos los telespectadores fuimos un poco Proust ese día, sintiendo en nuestras propias carnes lo que significa buscar el tiempo perdido. Por una vez, y sin que sirva de precedente, Manuel Fraga ha estado acertado sugiriendo que se cierre la comisión "porque no va servir para aclarar nada". La pregunta básica desprende un tufo existencialista: ¿sirven para algo las comisiones de investigación en España? Quizá en este caso para comprobar el desparpajo y la indolencia de un Eduardo Zaplana, alabado por los diarios conservadores y vilipendiado por los... menos conservadores. El encefalograma zaplano resume lo que se puede sacar de provecho de horas repletas de palabras y vacías de sentido.
Madrid 2012
Cada vez tengo más claro que esto de Madrid 2012 es un reto de Gallardón y Esperanza que consiste en comprobar si cabemos 2012 madrileños en un vagón de Metro y en un autobús de la EMT. Pues que sepan que sí, que sí cabemos.
Hala, ya lo han logrado. Ahora, que dejen de joder con el invento.
Puteando al personal
"La prostitución existe porque TÚ pagas". Éste es el mensaje principal de una campaña publicitaria que ha lanzado el Gobierno municipal de Madrid. La frasecita figura en vallas, autobuses... Me sorprende que la cosa no haya pasado a mayores por cuanto tiene el mensaje de descabellado e irrespetuoso. Y no me vale eso de darse por aludido o no. Que cada cual haga lo que le venga en gana, pero que no se generalice de una manera tan torpe. ¿Qué demonios pensará un niño cuando lea el cartelito? Ya puestos que nos expliquen por qué nos jode la vida la inflación, por qué el Ayuntamiento saca tajada de la especulación inmobiliaria, por qué hay atascos en todas las carreteras madrileñas todos los días del año, por qué mueren tantos obreros de la construcción en nuestra ciudad, por qué se favorece a las grandes superficies llevando a los pequeños comerciantes a la ruina, por qué nos suben los impuestos, por qué Telemadrid se gasta una pasta gansa en los programas insufribles de Isabel San Sebastián o Curry Valezuela...
Ante esta campaña sólo se me ocurre aquello de "Piensa el ladrón que todos son de su condición".
Escrito por: Marat.2004/12/16 08:00:00 GMT+1
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2004/12/10 08:00:00 GMT+1
Votad, votad, malditos
TVE bombardea estos días al personal con la elección de la mejor canción española de los últimos cincuenta años. El ente nos invita a votar, pero pagando, claro, mediante el archiconocido sistema del envío de un mensaje corto a través del móvil o bien realizando una llamada a un número de tarifa especial desde el teléfono fijo. O sea, que te piden tu opinión, pero para darla tienes que soltar la guita. Eso sí, sortean seis mil euros. ¡Qué generosidad!
Al programa lo han llamado "Nuestra mejor canción". Detrás del invento anda Globomedia, la productora de Emilio Aragón, que debe tener un imán capaz de atraer todo tipo de negocios rentables. El productor ejecutivo del gigantesco publirreportaje es un periodista que está comenzando a despuntar: Jesús Hermida. ¿Les suena?
¿Pero uno puede elegir la canción que le dé la gana? No, un grupo de expertos ha realizado una selección previa. O sea, que vas a elegir la mejor canción de una lista cerrada elaborada por otras personas. Sí señor, el rigor al poder. ¿Y creen ustedes que esos expertos se habrán sumergido en las tierras del jazz? ¿Consideran factible que alguna composición clásica haya figurado entre las elegidas por los especialistas? ¿Votaría la audiencia por canciones semidesconocidas? ¿Sería rentable el negocio si la lista de éxitos incluyera excepcionales muestras de cante jondo? No, la realidad es que esta ñoñería simplista es un pretexto para hacer caja, una máquina tragaperras gigantesca diseñada para y por la recaudación.
Y luego está el politiqueo de turno, o sea, lo de siempre. Sabina, Víctor Manuel, Ana Belén, Serrat y Miguel Ríos figuran entre los diez primeros. ¿Creen que con el PP haciendo cima en el Pirulí hubieran aparecido estos nombres entre los elegidos? ¿No hubieran ocupado su lugar Julito Iglesias, Raphael o Los del Río? ¿Acaso no habría aparecido en el ranking la musiquilla de campaña del Partido Popular?
Lo raro, lo realmente excepcional es que se haya quedado fuera de los diez primeros Ramoncín, rey del pollo frito, maestro de ceremonias de la televisión socialista, brillante autor literario, luchador altruista-pacifista con derecho a sillón en la SGAE, honroso, dadivoso y honesto orador en pregones de postín a 800.000 cucas de las de antes. Y no se crean, que don Ramón realizaba un apreciable descuento por hablar para el pueblo en municipios con mandamases del PSOE. ¿Quién no se ha dejado arrastrar alguna vez por la leve y tenue oratoria de don Ramón? ¿Quién no se ha dejado llevar por sus letras? "Litros de alcohol corren por mis venas, mujer. No tengo problemas de amor. Lo que me pasa es que estoy loco por privar". Joder, si es que es pura poesía.
A muchos buenos músicos de nuestro país (que los hay, aunque no vendan tanto como los hijos del marketing) debe de resultarles frustrante e insultante no ya quedarse fuera de los radiofónicos 40 abominables, o de esta lista presuntamente popular, sino asistir a este tipo de saraos como espectadores ninguneados. ¿"Macarena", "Amante bandido" y "Aserejé" son verdaderamente algunas de las mejores canciones de los últimos cincuenta años? Además, ¿cómo puede calibrarse o medirse la calidad de canciones de géneros distintos? ¿Cómo se pueden meter en el mismo saco una canción de Rocío Jurado y otra de Mecano? ¿Dónde reside el rigor de esta multitudinaria y festiva elección? Fácil: en la pasta que se le puede sacar a los televidentes.
La historia de la música, ya lo sabemos, la escriben los vendedores. Yo, aunque sea una vez más con el sinsabor de la derrota, prefiero irme con la música a otra parte.
Escrito por: Marat.2004/12/10 08:00:00 GMT+1
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2004/12/01 08:00:00 GMT+1
Yo, Aznar
Cuenta uno con la pequeña ventaja -pero grandísimo inconveniente- de no pretender dejar satisfechas a ninguna de las dos partes que manosean y controlan el cotarro político español. Hoy abundan las conciencias teledirigidas adscritas al PSOE o al PP, lo que garantiza calor, cobijo y alimentos, especialmente en la tribu periodística en las épocas de reinado de "los nuestros". Contemplar el trasiego de entrantes y salientes (indultados y herejes, en el argot de la materia) en los lujosos despachos de TVE constituye, sin duda, uno de los mejores ejemplos de este culto a las siglas y a la ciega obediencia debida. Telemadrid ha vivido recientemente el desembarco de un Mayflower muy peculiar fletado por Esperanza Aguirre. Poco más o menos sucede en el resto de canales autonómicos, siempre a expensas de las decisiones políticas de la fuerza imperante en cada momento.
Ni populares ni socialistas han demostrado hasta ahora estar a la altura de las circunstancias en la comisión de investigación del 11-M. Hay que quererse muy poco para dar por bueno eso de que tenemos los políticos que nos merecemos. ¡Naranjas! ¡Ni hablar! ¡Y un carajo! Lo debates, los discursos, los careos, las comparecencias nos muestran intervenciones ramplonas, delatan una absoluta falta de imaginación y recursos, desnudan a sus señorías, dejando a la vista sus vergüenzas y especialmente sus desvergüenzas.
La presencia de Aznar en la comisión puso de manifiesto el trauma infinito que sufrió el 14 de marzo pasado el menguante político popular, ahora vedette de las FAES y Georgetown. Respaldado por una cohorte de vasallos de perfil bufonesco y actitudes macarriles, el ex presidente del gobierno cayó una vez tras otra en un ejercicio yoísta, convirtiéndose en el ombligo de su mundo de alucinaciones y resentimientos mefistofélicos. Aznar dijo "yo" en más de 400 ocasiones a lo largo de su comparecencia. Eso sí, no asumió la más mínima responsabilidad en el desaguisado puesto en escena por el igualmente patético Acebes, ayer guardia pretoriano del gran dios aznarino.
En la sala, arropando a su líder espiritual, estuvieron también los palmeros Eduardo Zaplana, Martínez Pujalte y Federico Trillo, la familia Monster de la política española. Sus risotadas y su actitud irrespetuosa describieron a la perfección su concepto de la política como espectáculo. El grupo de bufones hacía sonar sus cascabeles en forma de desvergonzadas carcajadas, olvidando la seriedad que exigía la comisión y el respeto debido a 192 víctimas. No sé si estamos ante la peor camada de políticos de nuestra historia, pero resulta difícil imaginar personajes con menos aptitudes para el desempeño de la representación parlamentaria.
El mequetrefe Aznar, el prepotente Aznar y el obseso Aznar se impusieron al profesor de universidad Aznar, borraron la retórica del escritor Aznar y desdibujaron al profundo y metafísico conferenciante Aznar. El ex presidente cumplió con el guión preestablecido, soltó lo que tenía que soltar ante la comisión, llevaba la lección muy bien aprendida. Se limitó a decir lo que le dijeron que tenía que decir, trató de no caer en lo que le aconsejaron que no cayera, repitió una y otra vez los ataques que le recomendaron que repitiera.
Pero, no nos engañemos, el asalto a la mediocridad de Aznar se quedó en aguas de borraja. Uxue Barkos, comisionada del Grupo Mixto, pareció la única con cualidades para sobresalir entre una medianía, más bien mediocridad, apabullante. Acorraló al engreído y arrogante conferenciante de Georgetown, atascado en su enfermizo quita y pon de las lentes, que sospecha uno sean de adorno.
Después de once horas, Aznar salió de la sala con sus andares de grandeza -como sus aires-, escoltado por su cuadrilla. No salieron por la puerta grande. Lo realmente difícil de la faena fue determinar, una vez concluida, quién era el torero y quién el toro. Ésta parece la eterna pregunta sin resolver en nuestra arena política.
Y a las puertas de la plaza, dos grupos: los dogmáticos y las víctimas: la España de Galdós, la España doliente, y del otro lado, los que se arrogan y atribuyen los colores nacionales, envueltos en símbolos de halcones disfrazados de palomas, arropados por banderas de España. Raro fue no ver águilas.
Parecen, una vez más, las dos Españas irreconciliables.
Escrito por: Marat.2004/12/01 08:00:00 GMT+1
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2004/11/25 08:00:00 GMT+1
¿Para qué el poder?
La periodista le preguntó a Eduardo Zaplana: ¿Para qué quiere el poder? Entonces, el conocido entre toriles como "Trepator de Cartagena", tomó aire y soltó con cierto ruborcillo angelical: "Para eliminar el hambre, las miserias, las desigualdades. Ojalá con sólo desearlo pudiéramos ayudar a los más desfavorecidos". No hubo mayor incisión con el bisturí del periodismo, no hubo réplica, quizá por incompetencia de la preguntadora, quizá por desconocimiento, quizá porque ése era el final de la entrevista deseado por la entrevistadora (hoy pluriempleada). La verdad es que por entonces Zaplana aún no se había comprado su pisito de 500 metros cuadrados en el centro de Madrid, paso imprescindible e insalvable a la hora de erradicar el hambre, las miserias y las desigualdades.
El presunto idealismo del presidente de horror, perdón, quiero decir presidente de honor del Partido Popular en la Comunidad Valenciana desprende un hedor insoportable. A Zaplana lo calaron cuando lo de aquel trabucazo del caso Naseiro, aunque entre sus fieles siempre hizo furor eso de "ojos que no ven, corazón que no siente". Los votantes prefirieron mirar a otro lado y el "niño de Cartagena" subió un peldaño tras otro en el Partido Popular. El electrocardiograma de la política valenciana se mide desde su paso por la Generalitat con la escala Richter. Muchos llaman a su despacho "Terra Mítica", aunque Zaplana repara poco en mitos, y Zeus, probablemente, le suene a un modelo de coche de lujo o a una discoteca de verano.
Parecía que la llamada del ínclito Aznar, empeñado en hacer ministro al filántropo de plastelina que Zaplana lleva dentro, devolvería las aguas a su cauce en la Comunidad Valenciana, sin embargo, el eternamente engominado-acicalado-bronceado-planchado "niño del Vectra" no quiso soltar los mandos del poder que tanto le había costado dominar (Téngase en cuenta, por ejemplo, que se convirtió en alcalde de Benidorm gracias a toda una Maruja, patrona de los tránsfugas). Desde su despacho de ministro de Trabajo siguió tratando de controlar la orquesta valenciana, empeñado en realizar unos arreglos musicales de su cosecha, muy a lo Luis Cobos, o sea, destrozando la partitura original. Ha sido esta permanente e inquebrantable insistencia en manejar el cotarro de la política valenciana lo que le ha llevado a batirse en una auténtica batalla con Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana.
Los llamados "zaplanistas" y "campsistas" (peleístas y camorristas de tomo y lomo) que se enzarzaron el otro día en Elche en una descomunal pelea no son más que peones enviados a luchar contra los elementos. ¡Y menudos elementos! Zaplana y Camps mueven ficha en un tablero repleto de fieles dispuestos a liarse a mordiscos con la secta rival. Las hostias cayeron por doquier en los senderos de gloria del mamoneo de la política ilicitana. Los insultos se esparcieron por la sala, la imagen fue bochornosa, deleznable, surrealista. Ése había sido hasta ahora un rasgo inequívoco de la izquierda, siempre desaliñada y guerreando en su propia casa para deleite de la derechona más rancia, pero hete aquí que ahora fueron los populares quienes convirtieron una votación interna en un culto al Pressing Catch. Fue la democracia de los puños, el cuadrilátero de la desvergüenza patrocinada por Zaplana y Camps, las crónicas marcianas de la política de bidé. Las urnas acabaron en una comisaría. ¿Son estos personajes los que pretenden gobernar, administrar, defender el interés general de los ilicitanos? ¿Seguirá en vigor eso de "ojos que no ven, corazón que no siente"?
Y claro, tras la batalla, Zaplana traga saliva y comparece ante los medios de comunicación con el eterno careto del encantador de serpientes, con la desfachatez propia de un cuentacuentos de la política y dice que habrá sanciones. Su figurín permanece inmaculado, su traje no conoce la menor de las arrugas. Lo que sucedió en Elche fue sencillamente que la cosa se les fue de las manos (nunca mejor dicho), pero el verdadero peligro para el PP del cariacontecido y enredado Mariano Rajoy es que se sigan disputando asaltos sobre el ring ilicitano. Manuel Ortuño, subdelegado del Consell en Elche, y partidario de Camps, ha asegurado que tiene pruebas de que los partidarios de Zaplana intentaron dar "pucherazo" en la elección de compromisarios al congreso provincial y ha denunciado que no se respeta la democracia interna del PP en Elche desde 1995.
La cosa promete diversión en las filas socialistas, lógicamente. De lo que no cabe duda es de que Zaplana volverá a salir inmune de este gigantesco ridículo. No resulta nada raro ni novedoso: está acostumbrado a escabullirse.
Hace poco más de un mes, a la salida del Congreso, se le acercó la viuda de una de las víctimas del accidente del Yakolev y mirándole a los ojos le dijo: "Quiero que sepa que es usted un sinvergüenza". Ni siquiera entonces a Zaplana se le arrugó el gesto, y mucho menos su traje hecho a medida, a la medida de alguien que ama locamente el poder... para eliminar el hambre, las miserias y las desigualdades, ya lo sabemos.
Escrito por: Marat.2004/11/25 08:00:00 GMT+1
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