Hubo carencias. Faltó la marcha nupcial del inicio y se echó de menos un coro insurrecto gritando el clásico "Que se besen, que se besen" a la conclusión de la cita a ciegas más calculada y previsible de los tiempos modernos de esta cutre televisión. Lo del lunes fue una clase magistral para los estudiantes de periodismo. Ahora comprenderán mejor qué debe y qué no debe preguntar un director de informativos de TVE al presidente del Gobierno. Además, la aparición del presidente en la televisión pública trastocó la programación de la cadena, aunque su intervención catódica fue aprovechada por los chicos de la Academia de Nina para tomar apuntes. Ésa fue ayer la única y verdadera operación triunfo, la de los que controlan los medios para cultivar sus particulares fines.
Aznar dejó las gafas en casa y se presentó en La Primera dispuesto a sacudirse ese asqueroso fuel que estaba manchando su reputación. Muchos considerarán que se trató de una maniobra pueril, pero la política está para estas cosas. Está claro que Aznar no va a acudir a la SER o a Telecinco para que le pregunten precisamente eso a lo que no quiere ni puede responder con argumentos razonables. No es que ayer, en horario de máxima audiencia, el presidente del Ejecutivo soltase un discurso convincente, pero ante la ausencia absoluta de capacidad crítica de buena parte de los habitantes de esta España que va bien, cualquier cosa cuela. Para los espíritus escépticos la cosa empezó con la coña marinera (nunca mejor dicho) de esa "serena preocupación" a que aludía el presidente. ¡Serena preocupación! ¡Y tan serena! ¡Como que aún no ha pisado Galicia, y el único fuel que ha olido es el de su coche oficial!
"Debemos estar preparados para todo", asentía Aznar anoche, limitando su capacidad gestual a un ejercicio de contorsionismo facial que culminó con la generación de una extraña papada. Lo de "estar preparados para todo" lo saben bien los madrileños, teniendo en cuenta que la futura presidenta de su Comunidad Autónoma será Esperanza Aguirre. ¡Debemos estar preparados para todo! Sí, especialmente para la mentira, el engaño, la patraña, la manipulación informativa, la tergiversación, la desfachatez, la desvergüenza, la incompetencia, la inmoralidad y la nulidad de los malos gestores. Desde luego, el que deberá estar preparado para todo será el propio Aznar cuando se decida a visitar Galicia.
"Hoy han empezado a cobrarse las ayudas", aseguraba el presidente anoche mientras se hinchaba su autoestima con todo el aire proveniente de la ya extinta papada. ¡Qué casualidad, el presidente aparece en TVE justo el día en que se reparten ayudas económicas! Y así, en una atmósfera de ambrosía, Aznar y Urdaci, Urdaci y Aznar llegaron hasta el capítulo de Zapatero, quien no tiene bastante con sus zapatos y camina descalzo, cual carmelita redimido, por vías empedradas a la espera de que los populares rematen la faena con la torpeza habitual.
Y unos metros más allá del plató que escogió Aznar, se intuía a alguien con un gran parecido a Carlos Dávila llorar desconsoladamente gimiendo un "¿Por qué no me eligió a mí? ¿Por qué no a mí?". Pues muy sencillo, aunque sólo sea por comparaciones roldanescas, no hubiera sido muy oportuno ver al presidente del Gobierno sometiéndose ayer a un Tercer Grado.
Comentar