La tele de Marat

Pobre Real Madrid, lo declaran el equipo más rico del mundo y se medio muere de miseria, vanidad y nostalgia. La política verbenera y populista del constructor Pérez dio los frutos que éste perseguía: el tipo es ahora más rico y el club cabalga en un concurso hípico derribando todos los obstáculos. Fichó a lo grande. Galácticos en la cancha; galácticos en el palco. Todo eran éxitos, filigranas y teoría del  marketing. Pero a Florentino le dieron un toque sus mayores y salió por patas cuando se olió el percal. Abandonó el barco en cuanto la popa rozó el iceberg.

Una gran incógnita es saber cómo está la caja fuerte del club. Hace años que insisto en que  en el caso del Real Madrid deberíamos hablar de caja débil.   Una cosa es lo que dicen que dicen  los libros contables,  y otra muy distinta  lo que dice el sentido común. Se ha  derrochado el dinero obtenido con la venta de la Ciudad Deportiva en fichajes "mediáticos" (manda huevos) y   ahora al nuevo presidente le espera la tarea de reconstruir un equipo. Eso supone acudir al mercado billetera en mano. Aunque, claro está, sarna con gusto no pica.

Algo tendrá la poltrona blanca para que toda clase de personajes, personajillos y Fefés pierdan el culo por acercarse a ella. Resulta curiosa la maniobra de Ramón Calderón, un tipo que sueña desde hace muchos años con poner la guinda a sus negocios colocándose al frente del club más laureado del mundo. La ética ha salido por patas. Calderón  ha navegado con Florentino durante los últimos años, siendo partícipe -o cómplice, según se mire- del desaguisado, de la incompetencia, de la desilusión, de la pantomima. Ha estado junto a él hasta el adiós de Pérez, y ahora pretende hacer como si nada y sacar tajada del desconcierto que vive el Real Madrid presentándose a unas elecciones que prometen pan y circo. Ya hay que tener cara. Quiere vender más de lo mismo. ¿Por qué no se rebeló  contra las formas del tío  Floren?  

   La hinchada blanca,  y más concretamente sus socios, tienen por delante la oportunidad de decir basta a la especulación y el chanchullo plutócrata.  No hay candidato bueno a la vista. Los socios podrían hacer lo mismo que los habitantes de ese municipio  que describe Saramago en su Ensayo sobre la lucidez. Pero, siendo realista, me temo que falte precisamente lucidez. Y de luz y taquígrafos, ni hablamos. El día que aparezcan, se pueden tambalear los cimientos de este país. ¿Que exagero? Tiempo al tiempo.