El viernes estuve en Egia (sala Gazteszena) viendo la obra de teatro «Zaldi urdina» (Caballo azul). Y aunque tras la representación me levanté un tanto frío, hoy es lunes y todavía me están dando vueltas en la cabeza algunas cuestiones relacionadas con la obra. Por tanto, en mi caso al menos, el efecto ha sido retardado.
Han sido cinco funciones de Zaldi urdina para el público en general en el Centro Cultural Egia del 23 al 27 de octubre, además de dos sesiones matinales los días 24 y 25 para público escolar. La sala se ha llenado todos los días (se colgó el NO HAY BILLETES en cuatro funciones) y hemos pasado entre 1600-1700 espectadores por allí.
Que yo sepa, no hay en Euskal Herria una compañía que trabaje como Artedrama, Axut! y Dejabu: un proceso creativo contado aquí por los autores Unai Iturriaga e Igor Elortza (enlace en euskera).
Y a mí me gusta verles en Egia, porque tras la función la barra de Gazteszena permite juntarte con el elenco y el director mientras te tomas un trago. Son ellos mismos quienes la atienden, por turnos, y consiguen de esta manera tan sencilla llegar a la gente. Eso y un trabajo de años de todos ellos y de la propia sala.
Cuenta una historia situada aquí y ahora: un joven está en coma tras ingerir la droga llamada caballo azul y Aingeru, de 17 años, huye antes de ser capturado por la policía, ya que consideran que él es el trapichero. La policía (tendremos que calificarla como corrupta) persigue un paquete de cinco kilos y la familia (una joven abuela, el padre, la madre y la hija más un amigo y un alguacil borrachín) tratará de llegar a Aingeru antes que ellos.
En la entrevista arriba citada, los autores apuntan tres obras que han estado en el desarrollo de la historia: A los pies del caballo de Justo Arriola, Jenisjoplin de Uxue Alberdi y la serie The Corner. No he leído las dos primeras ni visto la tercera.
En la obra no se expresa con rotundidad, porque hay muchas voces, pero la tesis de Justo Arriola es que la introducción de la heroína en las calles del País Vasco fue una operación del Estado para desmovilizar a la juventud rebelde y politizada. Pero esta tesis no es uniforme como se puede ver en el artículo Heroína y Transición: ¿narcóticos de Estado o síntoma de una sociedad rota?
Más recientemente, se publicó que el historiador Pablo Varela está haciendo su tesis doctoral sobre esta cuestión y afirma que no hay ninguna prueba que demuestre que hubiera una operación del Estado para desmovilizar a los jóvenes vascos con la heroína por medio.
Al margen de eso, la obra sirve para volver a poner sobre la mesa esta cuestión de las drogas y, aunque no soy experto en cuestiones escénicas, me gustaría mencionar aquí dos detalles: el uso de los espejos y los movimientos actorales como títeres de carne y hueso.
La gira no ha hecho más que empezar y va bien servida de bolos en rincones variados de Euskal Herria los dos próximos meses. Podéis acceder a la agenda actualizada en la web Zaldi urdina.
Id a verla y a ver qué os parece.
Zaldi urdina(k) ikusten, apunte hau euskaraz.
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