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2009/09/14 22:40:00 GMT+2

Uxue Alberdi entrevista a Xabier Erkizia (y II)

Viene de aquí: Uxue Alberdi entrevista a Xabier Erkizia.

Uxue Alberdi: ¿Podemos aumentar el nivel de conciencia auditiva?

Xabier Erkizia: El año pasado tuve la fortuna de realizar algo que soñaba desde hacía mucho: me metí en una cámara anecoica, en una sala sin eco. Allí dentro escuchas cuánto ruido haces tú mismo o, mejor dicho, cuánto ruido tienes. Porque no podemos pedirle al corazón que pare y deje de hacer ruido. Estaría bien ofrecer a la gente la posibilidad de hacer este tipo de ejercicios. O que se pusieran habitaciones silenciosas en las ciudades. Habitaciones silenciosas en mitad de las urbes ruidosas, como una especie de burbujas, para contemplar todo ese movimiento sin sonido e imaginar sin escuchar ese ruido. Son ejercicios que ayudarían a tomar conciencia de nuestro entorno.

Uxue Alberdi: ¿Por qué nos gustan unos sonidos y nos disgustan otros?

Xabier Erkizia: Si lo estudiáramos científicamente, nos daríamos cuenta de que cada frecuencia tiene una influencia distinta en nuestro cuerpo. Nos hacen vibrar diferentes partes de nuestro cuerpo. También cambia dependiendo del volumen, pero todos los sonidos hacen que vibre alguna parte de nuestro cuerpo. Esa sabiduría se ha utilizado en muchas culturas antiguas. Los indios, por ejemplo, cantan en cada momento del día un determinado raga, una determinada vocal y una determinada nota. Esa nota hace vibrar una parte concreta del cuerpo: los ragas mañaneros sirven para activarse y los nocturnos para tranquilizarse.

El espectro sonoro actual es impresionantemente amplio y cada vez es más complicado partir esas frecuencias y examinar las consecuencias que todas ellas tienen en nosotros. Hace poco estuvimos en Venecia y oímos en la calle un ruido agudo y desagradable. Éramos seis, y sólo lo oíamos la mitad. Comenzamos a buscar de dónde provenía el sonido y encontramos que lo reproducía un pequeñito bafle situado encima de la puerta de una sinagoga. Son instrumentos utilizados para ahuyentar a las personas, porque producen dolor de cabeza. También hay armas sónicas usadas por los militares. El Ejército israelí, por ejemplo, tiene fama de usar armas sónicas. Se han realizado investigaciones importantes, pero no son públicas.

Uxue Alberdi: ¿Cuánto hay de cultural en la manera de percibir el sonido?

Xabier Erkizia: Es difícil saber qué es cultural y qué físico. Como el sonido carece de marco, toma formas diferentes y esa es una de las grandes contradicciones de la música. No aceptar eso. Pensar que la música tiene una forma concreta y única; sin tener en cuenta que el espacio, los equipos de sonido, etcétera afectan a la comprensión y escucha de esa música. Es un error pensar que la música es una cosa cerrada. El sonido como materia es tremendo, porque no busca la verdad, y ese es uno de los mayores errores de la música: pretende buscar la verdad y la convierte en verdad. Pero la música no es verdad, la música es mentira.

Uxue Alberdi: El universo sonoro de un lugar, ¿influye en la personalidad de los habitantes del mismo?

Xabier Erkizia: Creo que sí, que no es lo mismo vivir en un pueblo o en una ciudad. Sufro mucho cuando paso temporadas largas en alguna ciudad. Viví dos o tres meses en Buenos Aires, no trabajaba, y pensé: “ésta es la mía: pasaré el rato haciendo música”. Pues fui incapaz de ponerme un minuto a ello. No hubo manera en tres meses: ¡había tanto ruido! De noche, cuando el ruido baja algo, me decía “es el momento”, pero las orejas estaban ya demasiado cansadas.

Uxue Alberdi: ¿Pueden los universos sonoros modificar el ritmo vital de las personas?

Xabier Erkizia: Desde que surgieron los sistemas de reproducción, cada uno puede crear su propio universo sonoro: puedes ir a la montaña más lejana o al desierto más silencioso, pero si enciendes el mp3, se acabó. Creamos mundos paralelos y ello hace que la capacidad de audición también cambie mucho.

Uxue Alberdi: ¿Cuál ha sido la evolución de tu relación con el sonido?

Xabier Erkizia: Hay un factor que me interesa mucho y que no se puede medir: ¿hasta qué punto somos capaces de recordar los sonidos? Nos cuesta mucho volver atrás y recordar los sonidos en puridad. Nuestra capacidad auditiva va cambiando. El momento en el que más oímos es el del nacimiento. Hay médicos que dicen que es uno de los mayores traumas que sufrimos a lo largo de nuestra vida. De oír en el vientre de la madre todo sonidos graves y de estar plácidamente ¡Pafff! Se nos abre un universo sonoro seguramente muy duro, y eso tiene consecuencias en nuestra capacidad auditiva futura. Vamos perdiendo oído desde el mismo momento del nacimiento. Como ese sonido desagradable de Venecia que he citado antes… Ese tipo de instrumentos, normalmente, son usados para espantar a los menores de 18 años, porque se supone que los mayores no son capaces de oírlo.

Uxue Alberdi: ¡Estás joven!

Xabier Erkizia: Es cuestión de entrenamiento. Recuerdo que en los 90 escuché una pieza de un artista sonoro llamado Bernhard Günter. La música de Günter es tremendamente silenciosa. Una canción suya estaba en un recopilatorio y, al principio, pensé que era una broma, porque no se oía nada, pero de repente me acerqué y escuchando atentamente me topé con un universo muy rico que lindaba con el silencio. Y me di cuenta de que ese hecho me pedía una actitud diferente. Por un lado, qué exigente era la escucha, pero, por otro, el placer que suponía escuchar algo que casi era inaudible. Me cambió la forma de entender la música.

Continúa en Uxue Alberdi entrevista a Xabier Erkizia (y punto).

Escrito por: iturri.2009/09/14 22:40:00 GMT+2
Etiquetas: música uxue_alberdi xabier_erkizia traducciones arte_sonoro festival_ertz argia | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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