En esta segunda parte Petra habla de su paso por la cárcel, de cómo se vino a vivir a Euskal Herria y de sus proyectos en el mundo del euskara.
Uxue Alberdi: Hasta ahora no ha querido hablar de su pasado político. ¿Por qué?
Petra Elser: No quería vivir con la marca de “ex presa”. Cuando salí de prisión y vine aquí, quería
ser yo, quería trabajar y hacer amistades por lo que yo era. Quería
relacionarme por cómo era y por cómo estaba. No quería que mi pasado condicionara
mi futuro ni en el trabajo ni en mi círculo de amistades. No quería que la
gente oyera “soy ex presa” y que cambiara de actitud, para bien o para mal. Se
crean prejuicios y te catalogan, y yo no quería eso.
Uxue Alberdi: ¿Y por qué quiere
hablar ahora?
Petra Elser: Por un lado, porque
ya la gente me conoce por lo que soy, por mi trabajo o por mi forma de ser y,
por otro, porque es parte de mi biografía y no lo quiero evitar. No quiero
estar continuamente dando vueltas alrededor y he pensado que es parte de
mi biografía y que lo más sano es aceptar la totalidad de la misma.
Quiero integrarla con normalidad en mi trayectoria vital.
Uxue Alberdi: ¿Cómo resumiría su
desarrollo político-personal?
Petra Elser: La década de los 80
fue una década muy politizada, también en Alemania, y la política me interesó
casi automáticamente. Tiré hacia la
política en busca de nuevas ideas, de nuevas maneras de vivir y, siendo
alemana, para analizar el pasado nazi y fascista o, por lo menos, para tenerlo
en cuenta también. En aquella época, además, existía la Europa del Este, la
socialista, y me interesaba conocer aquellas sociedades: cómo se organizaban,
cómo vivían… Más tarde conocí movimientos de otros pueblos, entre ellos el de
aquí. Era un tiempo en el que se le otorgaba mucha importancia a la política
global.
Hoy
día, por el contrario, sitúo más la política en mi entorno más cercano, en las
relaciones personales, en los valores que tenemos sobre cuestiones muy
concretas… He hecho un viaje de fuera hacia dentro, pero cuando hablo de dentro
no me refiero únicamente a mi persona. A mí me gusta mucho hacer país y tomar
parte en proyectos culturales y sociales. La evolución individual de cada cual
también es algo político, pero ello no quiere decir que debamos vivir
mirándonos el ombligo.
Uxue Alberdi: Para muchas
personas será algo raro que una “extranjera”,
una alemana, estuviera en la cárcel por una causa relacionada con ETA. ¿Cómo lo
vivieron sus parientes alemanes?
Petra Elser: Mal. Unos mal y otros muy mal. Fue una situación muy difícil. Les expliqué qué es Euskal Herria y, la que era mi pareja, el padre de mi hijo, les explicó, intentó transmitirles, qué significaba ser vasco y cuál era la historia de aquí… Creo que entendieron algo, pero eso no quiere decir que estuvieran de acuerdo. Hoy hablamos de esta cuestión con naturalidad. Han pasado algunos años desde que salí de prisión y, además, a medida que mis parientes vivieron aquella situación, fueron integrándola con mayor normalidad en sus vidas. Comprobaron que no se trataba del fin del mundo y que yo era la misma persona que antes. Normalmente unimos la cárcel con mucha criminalidad: tráfico de drogas, los casos que aparecen en las películas… y cuando te toca de cerca te das cuenta de que es otra cosa. La gente no se lo puede imaginar, hay que vivirlo para saber qué es la cárcel.
Uxue Alberdi: ¿Y usted? ¿Cómo
vivió aquellos años en prisión?
Petra Elser: Yo también mal, sobre todo tener que vivir separada de mi hijo, eso fue lo más duro para mí. Dejando eso a un lado, me adapté: sabía cuál era la situación e intenté aprovechar el tiempo lo mejor posible. No lo noté tanto en el día a día. Además, tuvimos mucha ayuda por parte de la familia de mi pareja y de nuestros amigos.
Uxue Alberdi: Antes de entrar en
prisión, ¿cómo era su vida diaria?
Petra Elser: Juan Luis y yo nos conocimos en París, en un
cruce de casualidades que suceden a veces en la vida. O puede que fuera la
influencia de las constelaciones, porque somos del mismo año y casi del mismo
día. Aunque parezca curioso, en nuestro día a día, Euskal Herria no estaba muy presente. Vivíamos en Francia, a gusto, a mitad de
camino para ambos. Nuestras referencias eran francesas. Leíamos libros y
periódicos franceses, y nos interesaban los temas de actualidad de Francia. Nos
gustaba cómo se debatían los temas sociales en Francia. La gente hablaba de
temas sociales más allá de cuestiones personales o familiares, y cómo se
debatían tenía también su encanto: no era la profundidad hiperseria de
Alemania, ni tampoco la costumbre vasca de evitar toda profundidad. Nos dio
otro punto de vista sobre otra sociedad posible, diferente con lo que había
conocido cada uno hasta entonces.
Uxue Alberdi: ¿No hablaban de
política?
Petra Elser: Cuando hablábamos de nuestro pasado o de nuestra juventud, me dí cuenta de que habíamos vivido cosas muy diferentes. Él había crecido en una sociedad estricta, oscura, todavía a merced de la dictadura franquista y de la iglesia. Cuando acabó lo de Franco, aún tuvo que vivir una dura confrontación y un desempleo preocupante. Los jóvenes tuvieron que seguir en casa de sus padres, y se juntaban en la calle para pasar el tiempo. Me sorprendí cuando me contó que desde pequeño iba con sus padres a las manifestaciones y a los actos a favor de las ikastolas.
En Alemania, nuestra politización fue una rebeldía contra la vida cómoda y conformista de nuestros padres: contra la sociedad fundada en los valores materiales. Nosotros salimos de casa a los 18 años, lo antes posible. La sociedad alemana de la época era moderna, rica, y les ofrecía un futuro dorado a los jóvenes de la clase media. Eramos nosotros, sin embargo, quienes no deseábamos eso. Hablábamos de estas cuestiones, pero entre nosotros la militancia, la política, ETA o el conflicto vasco no eran temas muy importantes. Quizás porque era imposible hacer una vida normal debido a la condición de refugiado de mi pareja, intentamos vivir de la manera más normal posible y disfrutando de las pequeñas cosas del día a día. Evitamos las cuestiones que pudieran tener consecuencias graves para nosotros.
Uxue Alberdi: ¿Cuál es su relación actual?
Petra Elser: Nuestra relación no
se basó en la política. Fue una historia de amor y de formar una familia. La
distancia y las condiciones carcelarias
nos superaron de alguna manera, pero, de todas formas, continuamos teniendo una
relación próxima. Hoy hablamos más de política y muchas veces tenemos la misma
opinión sobre los cambios necesarios. Pero, sobre todo, por encima de la
distancia, intentamos ser unos buenos padres para nuestro hijo.
Uxue Alberdi: Si ponemos su
nombre en Internet, la Wikipedia alemana
dice en su idioma materno que es “una terrorista alemana”. ¿Qué es lo que
siente en esos casos?
Petra Elser: No tiene nada que ver con lo que soy. Me parece duro que alguien haya colgado eso en Internet y mis amigos me dicen “haz algo, cámbialo”, pero no tengo esa necesidad. Si alguien quiere poner eso, adelante, yo sé que no soy eso.
Uxue Alberdi: Aprendió euskera en la cárcel.
Petra Elser: Sí, cuando nació mi
hijo comencé a aprenderlo por mi cuenta, con el libro de texto Bakarka, y en la cárcel tuve tiempo
para aprender cinco tomos. Sentí que aproveché bien el
tiempo.
Uxue Alberdi: Y desde entonces es una vehemente militante del euskera. Dice que su proceso de euskaldunización fue muy grato.
Petra Elser: Sí, yo no tengo con el euskera la relación traumática que tienen muchas personas de aquí. Al contrario, cada palabra, cada frase me proveyeron de un mundo, y me permitió la posibilidad de decir más cosas, de hablar sobre más cosas con la gente, de entender textos… Al principio no entendía nada, y luego empecé a entender de repente… Y comenzó a abrirse algo que era totalmente desconocido, un mundo que antes no existía para mí.
Uxue Alberdi: Es una inmigrante integrada en Euskal Herria. Quizás pueda dar algunas pistas sobre la integración de los inmigrantes y sobre la euskaldunización.
Petra Elser: Me parece una cuestión muy importante y, además, me siento identificada. Me gustaría transmitir a la gente que viene de fuera algo de mi relación positiva con el euskera. Es un trabajo a desarrollar de manera muy consciente, porque la integración no se produce automáticamente, aunque creo que la sociedad vasca es bastante abierta. Pero no basta con decir “nosotros estamos abiertos y que vengan”; hay que inventar caminos para darle la mano a esas personas, para que a ellos les resulte realmente interesante el euskera y la cultura vasca.
Uxue Alberdi: ¿En qué se basa el nuevo proyecto que tiene entre manos?
Petra Elser: La idea consiste en acercar a los inmigrantes la cultura vasca, la cultura popular y la literatura, el bertsolarismo, el deporte… y sobre todo el euskera. En vez de usar sólo la cabeza para aprender el euskera y acercarse a la identidad vasca, usar también el cuerpo y los otros sentidos. Aprender a partir de los sentimientos. Aprender canciones y danzas vascas, bertsos, y no empezar a aprender euskera a partir de los libros y de la gramática… La idea consiste en aprender euskera mientras hacemos y sentimos algo. Otra de las características del proyecto es convertir a los asociaciones populares –grupos de danza, clubes deportivos y escuelas de bertsos…- en agentes naturales de integración. A través de este proyecto pretendemos comenzar un proceso de sensibilización entre las asociaciones, y analizar con ellos cómo abrir las puertas conscientemente a los inmigrantes.
Uxue Alberdi: Hablamos de emigrantes, pero ¿son iguales todos los emigrantes?
Petra Elser: No, todos los emigrantes son distintos, por supuesto. Cada uno tiene un pasado y un interior diferentes, así como necesidades, intereses y situaciones personales distintas... Pero hay puntos en común que valen para unir estas dos identidades. Todos los emigrantes tienen una identidad, y es desde donde deben aproximarse a la otra identidad de aquí. No entendemos muchas cosas en ese proceso, no nos integramos con naturalidad en todos los círculos... En ese proceso, el grupo ofrece gran ayuda para saber qué nos pasa, qué sentimos, cómo se pueden salvar los obstáculos... Porque todos tenemos puntos en común: qué sentimos cuando nos sentimos extraños en un grupo, o cuando nos parece que la gente está hablando de nosotros, pero no entendemos por qué... Son puntos que unen a todos los emigrantes y, partiendo de ahí, se puede intentar la transmisión. Los emigrantes que llevan tiempo viviendo aquí pueden transmitir sus experiencias a los recién llegados.
Uxue Alberdi: ¿Por qué dice que se siente extraña entre los erdaldunes (no vasco-hablantes) en Euskal Herria?
Petra Elser: Me resulta extraño que la gente pueda vivir aquí sin saber euskera. Además, viviendo en euskera o en castellano, se trata de dos mundos distintos y, como mis referencias están en el mundo de los vasco-hablantes, me siento extraña entre los que no lo son. No suelo saber dónde estoy: no leemos los mismos periódicos, no vemos los mismos programas de televisión, no leemos los mismos libros, no vamos a los mismos actos...
Uxue Alberdi: ¿Cuál es la imagen, el imaginario, que ofrece la literatura en euskera? ¿Tiene que ver con la realidad?
Petra Elser: Euskal Herria no es una única realidad, son varias. Y yo creo que sí. Hay novelas urbanas, del mundo rural, novela negra, novelas que hablan de mujeres... y cada una de ellas refleja una parte de la realidad y ayudan a conformar toda la imagen. Lo único que no reflejan de la realidad es que en la literatura en euskera todos los personajes hablan en euskera y eso no es así en la realidad, pero también podemos soñar con eso.
Uxue Alberdi: Ha traducido al alemán varias obras de la literatura vasca. ¿Qué puede ofrecer la literatura vasca a los lectores extranjeros?
Petra Elser: Euskal Herria es un pueblo pequeño, pero diría que, teniendo en cuenta el número de hablantes, hay una gran creatividad, que proporcionalmente es un pueblo con muchos creadores, y que hay una creación de buena calidad. La literatura vasca refleja la realidad de aquí, y Euskal Herria está en el mundo, y sólo los escritores de aquí pueden mostrar esta parte del mundo. Sólo la literatura vasca puede escribir sobre esa realidad desde dentro, y eso es una buena aportación. Además, es un pueblo especial, con unas referencias especiales en algunos ámbitos: el idioma, el imaginario del euskera, el hecho de haberse mantenido viva históricamente y cómo ha resurgido hace pocos años la lucha por la identidad, hay mucha fuerza... Creo que para que se refleje todo eso, no hay que hablar directamente sobre ello, cada escritor que escribe en euskera refleja partes de ese universo en la literatura vasca, incluso sin querer.
Uxue Alberdi: El proyecto Zubiak (puentes) tendió puentes entre la literatura vasca y la literatura alemana. ¿Qué ha sucedido con ese proyecto?
Petra Elser: Nuestra intención era traducir durante cinco años dos libros anualmente, pero por el momento hemos hecho tres años y el proyecto se ha paralizado. Era una buena experiencia, pero el mercado literario es muy difícil, y normalmente son las editoriales pequeñas las que se enfrentan a este tipo de iniciativas, son apuestas hechas desde la militancia. En un momento determinado, para que la cosa funcione, son necesarias bases económicas sólidas, y eso no puede sustentarse en una editorial pequeña, sino que son necesarios otros agentes.
Uxue Alberdi: ¿En qué está trabajando en la actualidad?
Petra Elser: En una oficina administrativa, en una empresa. Pero yo me veo trabajando en pro del euskera y me gustaría mucho poder llevar hacia delante ese proyecto para los emigrantes, porque me parece muy importante y porque me gustaría transmitir mi experiencia de estos últimos cinco años. Mis experiencias en el trabajo con el euskera, la literatura y la cultura han sido muchas y muy enriquecedoras y me gustaría poder transmitir parte de todo eso.
Comentarios
Un abrazo.
Escrito por: Er Alberto.2010/01/11 21:19:42.610000 GMT+1
www.lacanciondelviernes.blogspot.com
Escrito por: iturri.2010/01/11 21:30:33.553000 GMT+1