Esta es la historia de dos ciudadanos vascos que, entre otros, han sido detenidos recientemente por su activismo: Uralde, ecologista, a la calle; Luzarraga, anarquista, para dentro.
Juantxo Lopez Uralde fue puesto en libertad ayer. El activista y dirigente de Greenpeace fue detenido el pasado 17 de diciembre en Dinamarca por dejar en ridículo los sistemas de seguridad montados en torno a la Cumbre contra el Cambio Climático. Junto a él, fueron liberados dos miembros más de la organización ecologista, pero conviene no olvidar que hubo muchos detenidos más.
Lamentablemente, no os sonará tanto la historia del cantante y escritor Asel Luzarraga, detenido el pasado 31 de diciembre en Chile, lugar donde vivía con su novia. No lo conozco apenas (sólo a través de los medios), pero esta historia huele a montaje que espanta. Bueno, pues la jueza encargada del caso ha enviado a prisión a Asel.
Creo que es mejor que leáis la web del grupo de presión en favor de la libertad para Asel Luzarraga y os enteréis de como ha sido todo.
Euskal PEN Kluba citó el lunes el motivo real de su detención: "pretenden parar la labor que hace en favor de los mapuches, cuestión incómoda para Chile".
Los grupos de presión de Uralde son más potentes, pero los de Luzarraga también deberían conseguir su puesta en libertad.
No conviene olvidar a Hamlet y su "algo huele a podrido en Dinamarca". Sí, pero también en Chile.
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