Fue el viernes por la mañana cuando oí las ideas más interesantes. El tema a tratar era Tabacalera. A primera hora, fue Josep Ramoneda (director del CCCB de Barcelona) quien abrió fuego.
Josep Ramoneda, CCCB de Barcelona
Entré en el local a eso de las 9:50. Según me dijeron, Ramoneda había comenzado a hablar cuatro o cinco minutos antes. No usó power-point. Se situó de pie, enfrente del público, junto al atril. Tranquilo, reposado.
Comenzó diciendo que, por fortuna, empezábamos a superar la fiebre del multiculturalismo. A su juicio, los derechos radicales étnico-religiosos son peligrosos. Puso como ejemplo a la antigua Yugoslavia.
La mercantilización de la sociedad es absoluta hoy: el sujeto es el sujeto mercantilizado.
Citó dos principios kantianos: uno, la emancipación (pensar y decidir por sí mismos; ahí tiene un papel fundamental un centro cultural); segundo, contra todo relativismo (piensa y actúa como si tuviera valor universal; de lo contrario, existe el peligro de crear ciudadanos de 1ª y de 2ª).
El desarrollo científico debe ser tenido en cuenta, pero citando a Hanna Arendt, “no puede ser que no podamos entender las cosas que estamos haciendo”. Cuidado con la nanotecnología. La ciencia debe ser y actuar de forma responsable.
Riesgos de la tecnología
Sociedad de la información: exceso de información. Igual de estéril que la información cero. Los nuevos centros e institutos culturales han de mostrar señales en la red para orientar a las personas.
Vanalización: hay que mantener criterios estéticos, éticos y epistemológicos. Ser clásico.
El desarrollo de las industrias del cuerpo y del espíritu: la lógica del consumo tiene por objeto "mejorar" cuerpo y alma.
La democracia defectiva o totalitarismo de la indeferencia: Margaret Thatcher dijo aquello tan profético, y tremendo, de que "no existe la sociedad, sólo los individuos". Es terrible, pero se está cumpliendo. Es el mal de una sociedad satisfecha.
Éste es, a juicio de Ramoneda, el marco.
La relación entre cultura y política
¿Por qué las instituciones tienen este interés en los centros culturales?
No conviene olvidar el poder simbólico de la cultura: todo gobernante, hasta el más tonto, tiene que exhibir algún cromo cultural.
Dimensión comercial e industrial: es un foco de atracción turística. El CCCB es un centro cultural y nunca programará en función de los turistas. Dice mostrarse satisfecho y a gusto cuando se llena la casa, pero no conviene hacerlo a cualquier precio. En estos momentos, de cada 10 visitantes, 6,5 son del área metropolitana de Barcelona, 2,5 extranjeros y 1 catalán o español. Según Ramoneda, algo parecido sucede en el Centro Pompidou de París. También cita la trampa: se tiene en cuenta, en este caso, la biblioteca pública del lugar. De todas formas, conviene tener en cuenta que las industrias culturales están creciendo.
Antes ha comentado que la gente no demanda cultura, pero sí que existe esa demanda, aunque el público no salga en manifestación. Es una demanda difusa y poco exigente. Como ejemplo, dice sentirse muy bien tratado por la crítica periodística. No se queja, obviamente, pero no se siente presionado.
Legitimidad democrática: ha de ocupar el primer lugar de la jerarquía cuando hablamos de la gestión de lo público. Esto es, Ramoneda entiende que pueda ser destituido, pero no permite ningún tipo de injerencia en su programación. Es básico y conviene pactarse al principio. Eso ya la libertad de expresión. Ramoneda también reconoce que juega con ventaja, porque el patrono mayor es la Diputación de Barcelona y ella está fuera de la tensión política.
Algunas ideas sobre el CCCB
La migración, los inmigrantes, es una novedad. La globalización ha reducido la idea de espacio y acelerado el tiempo. El barrio del Raval cuenta con 80.000 habitantes, de los que el 55 % es inmigrante. Hace 10 años, ese porcentaje era apenas de un 2 %. Las migraciones actuales se dirigen a espacios muy concentrados (son urbanas). Y ello es una novedad, también.
Imaginarios diversos que se cruzan. Las ciudades se dividen entre espacios públicos y no públicos. Ejemplo de esta última es Johannesburgo. Allí las plazas del centro están vacías. Hay que acudir a Soweto. La ciudad tienen que ser un espacio único para salvar la fractura multiculturalista.
Inseminación con otros imaginarios: las fronteras saltan y se crea, por ejemlo, el Islam europeo, con la marca patente de los autóctonos.
Reconstrucción de la idea de la Humanidad, porque está amenazada.
Finaliza diciendo que un centro cultural ha de ser como una cebolla. El corazón debe ser un espacio de
investigación. Y la investigación requiere ideas fuerza que pongan
en marcha el motor de la curiosidad.
Comentarios
Josep Ramoneda tiene una demanda pendiente de juicio por subyugar a un trabajador... asi que este madridista i feixista li arrivara el seu sant Martí.
moviment lliure de represio
Escrito por: jordi.2007/03/21 22:56:27.494000 GMT+1