No esperéis demasiado hoy. Encima, no apareceré por aquí durante un mes. Por tanto, "win-win".
Lo de indivertidos es una broma familiar.
Después de mucho tiempo, la semana pasada escuché el programa que Jon Basaguren presenta diariamente en Euskadi Irratia, Zidorrean.
Era una repetición ya de madrugada dedicada a Rompan todo, un documental sobre la música hispanoamericana de los años 80 del siglo XX. Basaguren ponía música y hacía comentarios entre canción y canción.
Entre otras cosas, habló del Movimiento divertido. No lo conocía, o al menos no recordaba haber oído ese nombre nunca jamás. Y me hizo gracia.
Podéis echarle un ojo al enlace para tener más información sobre el mismo.
Me da que, en estos tiempos pandémicos, hemos dejado olvidados en algún rincón las herramientas que teníamos a mano para hacerle frente a los altibajos del día a día con el humor por bandera.
Yo no estoy ahora como para aguantarme a mí mismo. O sea que imaginad si aguanto mucho a la gente con la que me cruzo.
Para que veáis cuál es mi temperatura os voy a contar una tontería de este domingo.
El domingo al atardecer el Sanse jugó contra el Fuenlabrada en Anoeta. Fui solo al campo, y no pude sentarme en mi sitio, porque no abrieron todo el graderío.
Cerca de mi localidad, había tres personas que no conocía. Comentaban animadamente el juego y otras cosas.
En un momento dado (que es cuando suceden todas las cosas, Lázaro Carreter dixit), soltó uno de ellos: «¡Árbitra... que está fuera!». Me giro y le digo sin pensar: «No viene a cuento lo que has dicho. Y además no tiene gracia». Me responde: «Pues no te rías».
Vuelvo a mirar lo que pasa en el verde, y me doy cuenta de que el cuarto árbitro era árbitra. «¡Diossss!».
Dejo que pasen unos segundos, respiro, me giro y le digo que he metido la pata.
En el descanso, me levanto para ir al bar y le pido disculpas de nuevo. Que no había caído en que el cuarto árbitro era una mujer y que, además, lo que había dicho no era para nada insultante.
Una anécdota chorra para que veáis cómo estoy.
Pero me da que alrededor, ya no hablo de las redes, la gente no está mucho más serena y calmada.
Antes de dejar los trastos en un lado, os voy a comentar que el sábado hay concierto de Tatxers en el Dabadaba. No hay entradas ni para la sesión vermut, ni para la sesión nocturna. Yo iré a esta última.
Ciao.
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