Llevo casi veinticuatro horas intentando digerir la muerte de Chirbes. Una hostia como un piano una tarde de agosto en la que estás pensando más en salir por ahí a tomarte una cerveza. Una llamada de teléfono que no contestas pero que devuelves a los pocos minutos. No me imaginaba cuál era el motivo ni por el forro.
Se ha muerto Chirbes, porque como bien nos dijo en el homenaje a Javier Ortiz celebrado en abril de 2010 en el Koldo Mitxelena, Javier no nos había dejado: Javier se había muerto. Lo mismo pasa ahora con el bueno de Rafa: Chirbes no nos ha dejado, Chirbes se ha muerto.
Lo conocí gracias a Javier y a Charo y conseguimos traerlo al Centro Cultural Ernest Lluch en diciembre de 2007 para presentar "Crematorio" (Chirbes en Anoeta). Murió Ortiz en abril de 2009 y leyó A Javier Ortiz en el homenaje que Javier Vizcaíno le hizo en antena en Radio Euskadi.
Luego vino otras dos veces: como ya he dicho antes, una para acordarse una vez más de Ortiz en público; la última al publicar "En la orilla", en Ernest Lluch (ya estaba Iñaki Gabarain como director). Charló con Harkaitz Cano y, por lo menos, nos queda el audio de aquella cita de 2013. Lo he vuelto a escuchar y es de aúpa.
Es una mierda que se muera gente como Rafa, una persona que se hacía querer, una persona que te cautivaba cada vez que abría la boca.
Normalmente le llamaba yo, pero recuerdo que me llamó indignado tras ver "Ocho apellidos vascos". Se había resistido a verla, pero se topó con ella en un canal de televisión y no opuso resistencia. Me dijo que era una película carca que hacía bueno el landismo de los setenta.
Fui a visitarlo dos veces. La primera vez nos enseñó los alrededores de su pueblo y nos llevó a comer al mismo sitio al que fue con Alfonso Armada en esta entrevista (Un cuiner a l'escoleta de Sagra): No hay riqueza inocente. La última vez quedamos en Denia, en la playa. Luego, en uno de los bares de Beniarbeig, se le acercó un hombre a devolverle cincuenta euros que le había prestado.
Me da pena que no hayamos podido verle leyendo delante de Wert y del rey los dos folios que decía tener preparados para "agradecer" al gobierno su faena destructora en lo social y lo cultural que hizo posible su obra ("El mismo Gobierno que crea el malestar a mis personajes es el que ahora me premia"). Porque a pesar de haber recibido el dinero, el acto de entrega del premio no se había producido aún.
En una de nuestras conversaciones, le animé a que hiciera público el texto. Me dijo que seguramente lo haría cuando Wert presentara su dimisión (cuando charlamos se rumoreaba que lo iba a dejar). No lo hizo y no sé el porqué. En ese texto contaba a qué había destinado los 20.000 euros del Premio Nacional de Narrativa. Porque su ética le impedía decir no al galardón. No sé finalmente a que lo dedicó, pero lo que barajó en su momento fue repartir a partes iguales entre fines culturales y fines sociales (Chirbes Obra Social y Cultura: COSC). Actualización: leo que Javier Rodríguez Marcos dice lo mismo aquí.
Ahora ya solamente nos quedará su obra y aquellas entrevistas que tan poco le gustaban, pero que tan gozosas han sido, son y serán para sus lectores.
Camino de Jamaica para encontrarse con otro maestro. Uno menos de quien echar mano cuando no sabes hacia dónde enfilar la embarcación.
Javier y Rafa, Ortiz y Chirbes: dejáis un vacío que no hay manera de llenar.
Actualización del 18 de agosto. 19:40. Vídeo de la intervención de Rafael Chirbes en el homenaje a Javier Ortiz (abril de 2010). Además, el vídeo está al final de este post.
Rafael eta Javier elkarrekin Jamaikan, testu hau euskaraz.
Comentarios
Si hay un Dios o un Creador, que mi razón lo duda, maldito sea. RAFAEL CHIRBES, siempre vivirás en nuestra memoria. Un abrazo desde el Sur.
Escrito por: Juan.2015/08/16 18:05:38.217820 GMT+2
Bonito recuerdo para Rafa, Iturri.
Estos hachazos son bestiales, sólo queda pensar que Jamaica se está poblando de gente maravillosa.
Abrazos mil
Escrito por: Marieta.2015/08/16 21:32:11.078456 GMT+2