-A un kilómetro más o menos.
-¿Habrá algún bar abierto?
-Sí, en la plaza, después del pilón tiren a la izquierda.
Tiramos para la izquierda y nos topamos con un bar. No está nada claro que esté abierto o cerrado. Pero nuestras dudas se disipan rápidamente, porque la señora abre la puerta enseguida.
-¡Para adentro!
-Buenos días. Dos cortados, por favor. ¿Dónde está el baño?
El baño está donde siempre. Al fondo a la derecha.
La señora se queja. Hay más moscas y mosquitos de lo habitual, porque está prohibido poner cortinas en la puerta. Con esto del COVID-19, debe de ser un foco de infección.
-Dentro tengo chismes electrónicos de esos, pero no es lo mismo.
Me deja los cafés en la barra. De repente, suena algo parecido a una estampida de búfalos. Alguien viene escaleras abajo quejándose a voz en grito. Entra en el bar como si no hubiera clientes, pero estamos nosotros. Bueno, estoy yo, porque S ha ido al baño. Demasiado tarde para cambiar de actitud de manera natural. Cruza un par de frases con su madre y vuelve por donde ha venido.
-¡Estos hijos!
Añade que les falta un poco de paciencia.
A continuación charlamos del turismo. Que hay poca gente, vamos.
La familia, incluido el hijo, están trabajando en el campo. Me dice que el confinamiento ha atrasado las faenas y ahora se han juntado todas de golpe. Que no llegan y ese es también motivo de nerviosismo.
Nos dice que podemos tomar los cafés en las mesas de la terraza.
Mientras tomamos tranquilamente café, se acerca un trío de mujeres que rozan los setenta. Una de ellas les enseña un lunar a las demás. Tiene dudas de que no sea una garrapata. Las otras le dicen que no.
Viene una cuarta y saluda a una. Esta le presenta a las otras dos. Son dos enfermeras jubiladas. Hablan de cosas del trabajo.
Luego cambian de conversación y se ponen algo más serias. Una de ellas superó un cáncer hace cinco o seis años y las otras dos alaban su entereza. Le dicen que fue muy valiente. Ella lo niega. Dice que no fue así para nada. Están contentas de estar juntas, vivas y coleando, y lo proclaman en alto.
Se han terminado los cafés. Es hora de volver los pasos hacia el pueblo en el que estamos. Ahora toca bajar.
Les decimos adiós y nos vamos.
P.S. Este apunte se lo voy a dedicar a A. Mejor si no se entera. El lunes comienza una dura batalla. Espero que lo lleve como hasta ahora y le deseo que todo termine como se merece.
Barkatu. Gertu al da herriko kaxkoa? Lerro hauek euskaraz.
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