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2008/05/05 06:00:00 GMT+2

Postindependencia (A Postponed Manifesto)

Hace unos días me llegó un correo electrónico de un amigo que me hacía partícipe de este manifiesto escrito originariamente en euskera por el colectivo literario Volgako Batelariak. Como también soy seguidor de su blog, más tarde pude leerlo allí mismo.

Ahora descubro, gracias a otro e-mail, que el manifiesto ya está en el idioma de Cervantes. El traductor lo ha puesto en su blog Porque lo digo yo.

Menos mal que no tengo el hábito de firmar manifiestos, porque, de lo contrario, aquí mismo lo firmaba. He dicho.

 

Un argumento que se suele oír frecuentemente contra los nacionalistas, o sea los vascos, proclama su carácter utópico y anacrónico. Según algunos el nacionalismo sería consecuencia de una época concreta (y no algo atemporal), y dicha época coincidiría con el Romanticismo. Sin ánimo de entrar en discusiones tan largas como estériles y demostrando que sabemos adaptarnos a los nuevos tiempos, queremos proponer a la sociedad vasca la forma postmoderna de conseguir la independencia.

En este mundo post donde vivimos, es obvio que lo trascendental, lo pertinente, lo que predomina, no son las esencias; sino, más bien, las apariencias. Dicho de otra forma, los vascos tenemos que pasar de ser vascos a parecer vascos. A fin de que un habitante de las antípodas al oír “basque” se le dibuje la imagen mental de un pueblo independiente. Hay que conseguir crear una opinión común de independencia en las mentes de todos los habitantes del mundo, o en las de un alto porcentaje. El hecho de que, aquí, en las tierras vascas, esa independencia (administrativa, decimonónica…), sea real o no, carece de la mínima importancia para nuestro nuevo objetivo: la postindependencia.

Para ello, he aquí los pasos que proponemos:

• La desaparición de ETA, ya que su existencia recuerda, urbi et orbi, que en España pasa algo (sin que se termine de saber muy bien qué), que hay bombas, etcétera. ETA es un problema de España, así que para el público (poco ducho en cuestiones de genitivo), es un problema ESPAÑOL. Aunque ETA no desapareciese, al menos convendría convertirla en virtual, trasladando toda su actividad a los dominios de Second Life (para no salir de allí). O, mejor aún (tal y como Ana Malagon escribió en su blog Pravda Txikia una vez), limitando todas las actividades de ETA a un videojuego creado ad hoc, a imagen y semejanza de clásicos como Doom o Call of Duty, en los que, seguramente, nuestros chicarrones electrónicos podrían realizar hazañas más honorables que disparar a ex-concejales sin guardaespaldas o hacer pedazos terminales de aeropuerto sobre inmigrantes somnolientos: como por ejemplo desmantelar bandas internacionales involucradas en el tráfico de órganos provenientes de niños o asaltar empresas que favorecen el cambio climático y llevar a cabo masacres entre su personal. Además, si tal videojuego llegara a tener éxito a nivel mundial entre la gente joven (y no tan joven), supondría un gran paso para la postindependencia.

Una selección vasca por cada deporte, o al menos una de fútbol (lo que ocurra con el resto, la verdad, es insignificante en cuanto a nuestros objetivos: el fútbol es en realidad el único que tiene trascendencia). Opinamos que esta medida tiene una importancia crucial (otro gallo nos habría cantado si hubieran hablado seriamente sobre esto en Loyola). La escasez de resultados que podría acarrear la escasez, aún mayor, de población, se podría compensar con un fogoso grupo de hooligans que llamarían la atención y provocarían el terror (es decir, la admiración) del mundo entero, una masa alimentada por las hordas desempleadas de la kale borroka y por la todavía mayor bolsa de desempleo entre los aficionados de los equipos de las cuatro capitales, que para entonces ya estarán, cómo no, en Segunda.

• Participar en Eurovisión: en este certamen cada día más prestigioso concursan cada vez más países, señal del interminable proceso universal de “freakyción” y “gayización”: llegar a estos segmentos (freaks y gays) es lo que más nos conviene, dada su influencia en las modas y su conocimiento de los media. En pos de un cambio paulatino y de causar buena impresión en Europa, proponemos en principio ir con Alaitz eta Maider (the return); dejaríamos para años siguientes performances más bizarras, como las de Egan o el dueto entre Mikel Markez y Pako Aristi.

• La invención de un plato (post)nacional: aunque gracias a la fama de los cocineros vascos tengamos bastante trabajo adelantado en este campo, resulta evidente que todavía falta algo para que, hasta en el rincón más recóndito del mundo, sepan de los vascos gracias a la alimentación. La vía que se ha seguido hasta el momento ha reparado sobre todo en la calidad, creando una opción muy cara y elitista, no apta para nuestro fin. El modelo debería ser otro: ¿quién no sabe de la existencia de China, si ha degustado los rollitos de primavera en los restaurantes chinos? Lo mismo pasa con países como Italia o Kebab: ¿quién pensaría que no son naciones como Dios manda? Nuestra propuesta: reunir a esos famosos (y egoístas) cocineros vascos y encerrarlos bajo siete llaves, en Arantzazu por ejemplo, hasta que creen un alimento popular, barato y exportable, como la hamburguesa o la pizza, que se propagaría con el tiempo a todo el mundo, por medio de franquicias cuyos propietarios “euskaldunizarían” de forma graciosa sus nombres. No estaría mal partir del concepto de pintxo.

• Fomentar una PornoIndustria Vasca con Label. Una de las formas de vivir la Postindependencia será la siguiente: dejar de lado el eje-central que forma nuestra realidad nacional hoy en día para adoptar los márgenes como márgenes-centrales, ya que acatamos con fervor las teorías de Beatriz Preciado [min. 3:26].

Siempre se ha marginado la pornografía en asuntos de construcción nacional, pero en nuestra opinión, deberíamos convertirlo en un margen-central. Proponemos rodar tres videos porno (posteriormente vendrán más) con ayudas del Gobierno Vasco, el Navarro y el de Aquitania, para que se desarrolle una liviana identificación postnacional hasta en los momentos más íntimos de los vascos:

  1. Pelotaris en el Labrit: cinta porno con Unanue, Barriola, Retegi (protagonista), Martínez de Irujo y otros en el reparto. Dada la importancia de la narratividad en la Postindependencia, proponemos contratar a Anjel Lertxundi de guionista, y a Medem para rodarla, puesto que opinamos que los trabajos transversales serán importantes en esta nueva época.
  2. Cortando la hierba. Con guión de Itxaro Borda.
  3. Detrás de la ikurriña: guión de Volgako Batelariak. He aquí una propuesta: el video comenzará con una de esas manifestaciones, tan importantes en la era de la pre-postindependencia. La cabeza de la manifestación porta una ikurriña gigante. De repente la Ertzaintza comienza a golpear, y los manifestantes y los ertzainas acaban enredándose en una macro-orgía encima de la ikurriña.

Un escritor (Post)Nacional conocido a nivel mundial. Para ello ya hemos dado algunos pasos, gracias a Bernardo Atxaga, pero como en el caso gastronómico, no son en absoluto suficientes: aunque sea nuestra principal gloria literaria, hay que admitir que todavía no está en el vértice de la élite de la República Internacional de las Letras. Para ello no se nos ocurren más que dos posibles soluciones:

  1. Ratificando la añeja petición de Jon Arano, la concesión del Premio Nobel a Bernardo Atxaga (en verdad, para nuestros fines no importaría que se lo diesen a cualquier otro escritor vasco, pero hay que admitir que Atxaga es el mejor situado en estos momentos).
  2. Si no fuera posible, convencer a un escritor que esté ya en esa élite para que se proclame vasco ante el mundo, comprometiéndose a localizar sus próximos trabajos (no tienen por qué ser todos) en el País Vasco. Para demostrar el origen vasco del escritor, estamos seguros de contar con el trabajo impecable, demostrado durante años, de nuestros genealogistas (los que trabajan para el Athletic podrían ser de gran utilidad), y convencer al escritor sería tan sólo cuestión de dinero. A la hora de elegir el escritor de referencia, reconocemos que hay dos opciones: la elitista o la popular. Nosotros, cómo no, optaríamos por la vía elitista (y propondríamos a alguien como JM Coetzee). Pero una vez más tenemos que admitir que para acometer nuestra labor valdría de igual forma elegir a un escritor de best-sellers, es decir, uno verdaderamente grande (olvidemos los habituales productores de ladrillos como Ken Follet): si Stephen King o JK Rowling confesasen ser, de verdad y en esencia, vascos (y en adelante obraran en consecuencia) estaría francamente despejado el camino a la Postindependencia (lo de escribir en euskera, como ha quedado claro en el debate Silveira-Landa, es ya un cuestión secundaria).

Teniendo en cuenta todo ello, nuestra propuesta es clara: en vez de Nación, Imaginación (de todas formas, ¿ha dejado alguna vez la nación, cualquier nación, de ser imaginación?); en vez de Nacionalismo, Pazyonanismo; en vez de Independencia, Postindependencia.

Autor | Volgako Batelariak (Uxue Apaolaza, Rikardo Arregi Diaz de Heredia, Ibon Egaña, Angel Erro, Juanjo Olasagarre e Iban Zaldua).

Escrito por: iturri.2008/05/05 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: euskal_aberia volgako_batelariak | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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