He tenido una semana movida: por dentro y por fuera. Se ha muerto una persona a la que sentía cercana (Tiburtzio "Diurtxio" Aranburu); en el trabajo hemos despedido, por jubilación, a otra (María Antonia Plaza); y hemos tenido una asamblea general, algo poco habitual en nuestra empresa.
Tiburtzio Diurtxio Aranburu
El miércoles a primera hora me llamó mi madre para decirme que se había muerto Diurtxio. Tenía 91 años y llevaba unos cuantos ya fuera de nuestro mundo por culpa del #galtzeimer.
Ane Lardi y Maitane Toledo entrevistaron a una cuadrilla de amigos del barrio Gurutze de Oiartzun en el 2008. La foto superior de Tiburtzio la he cogido de la web "Oiartzuarren baitan". Las grabaciones forman parte de un proyecto más grande denominado Ahotsak, el cual tiene como objetivos "la recopilación y difusión del patrimonio oral y dialectal del País Vasco". De aquel cuarteto sólo queda uno con vida: Santos Xantua Mitxelena. Hay dos vídeos en bruto de casi una hora en estos enlaces: OIA-060 y OIA-061.
El funeral tuvo lugar el jueves en la iglesia de Oiartzun y eso también me tocó, porque estos ritos de despedida a las y los viejos en nuestros pueblos son auténticos y conmueven. Antes de que la familia accediera al templo siguiendo el ataúd con el cadáver, yo era de los más jóvenes entre las escasas 200 personas allí reunidas. Mientras contemplaba las caras y gestos de quienes tenía en perpendicular, algunas ideas giraban en mi cabeza en aquella visita de ida y vuelta al siglo XX.
En el coche, con mi madre de acompañante, llevé el disco "Songs from the Road" de Leonard Cohen y puse más de una vez esta canción: Hallellujah.
María Antonia Plaza
Conté hace unas pocas semanas que esta taquillera del Teatro Victoria Eugenia se había retirado a mediados de febrero. Este viernes a la noche algunos compañeras y compañeros nos juntamos en torno a una mesa de una sociedad de la Parte Vieja (muchas gracias a Jontxu y a las personas que cocinaron).
No tenía la intención de publicar fotografías, pero hoy creo que esto es necesario. Espero que lo entiendan ellos. En la imagen superior aparecen Erruben Egaña y María Antonia Plaza, de izquierda a derecha respectivamente. Erruben ha sido una persona muy conocida por trabajar en el Centro Cultural Egia. María Antonia, por su parte, ha atendido las taquillas de los teatros Principal y Victoria Eugenia durante más de 25 años.
Tampoco era mi intención la de hablar en público en la cena, pero viendo que la gente no se animaba (y con la ayuda del alcohol) dije, de manera atropellada, unas cuantas cosas. Me sucedió algo parecido el miércoles en la asamblea.
A fin de cuentas mi intención era agradecer a María Antonia y a Erruben el trabajo hecho todos estos años. Básicamente porque sin gente como ellos la institución la lleva clara.
No sé muy bien qué me/nos pasa, pero veo a Donostia Kultura en un momento crítico. Si la nuestra fuera una empresa de mierda, intentaría pasar y punto. Pero es una institución pública financiada principalmente con el dinero de la ciudadanía (mejor dicho: de la ciudadanía que paga impuestos). Somos más de 200 trabajadores y cuenta con un presupuesto que supera los 26 millones anuales (hablo de memoria). Y el trabajo es apetecible: ¿quién no trabajaría, a priori, en el mundo de la cultura?
Mucha responsabilidad de lo que pasa es del equipo directivo (no los veo finos y, muchas veces, arreando únicamente su montura). Pero todo no es "responsabilidad única de los de arriba": no me gusta ese rollo maniqueo de buenos y malos. Los miembros de la dirección tienen su parte, pero las y los trabajadores también tenemos la nuestra. ¿Qué hemos hecho estos últimos años? ¿Hemos procedido correctamente? ¿Nos creemos parte de un todo o también vamos a lo nuestro? Hay que parar y reflexionar.
La gente está caliente, porque acaba de finalizar un proceso de valoración de los puestos de trabajo. En el ámbito de las administraciones públicas, esto significa que se revisan las funciones de cada uno y su correspondiente contraprestación económica. Suele ser como abrir la caja de Pandora y las aguas bajan revueltas durante una buena temporada.
Pero la cosa se calmará y las aguas volverán a su cauce. ¿Y luego qué? Espero que todas las personas, especialmente las que tienen mayor responsabilidad, tengan la suficiente claridad de ideas los próximos meses para que se tomen las decisiones correctas.
Un par de fotografías más como remate: en la primera aparece toda una institución del fenecido Patronato de Cultura. Nekane Amiano tiene ahora 78 años y sigue, como siempre, sin callarse lo que piensa, esté delante suyo quien esté. Junto a ella Maixabel Azpitarte.
En la segunda, aparecen varias personas que han trabajado estos años con María Antonia Plaza. La mayoría son o han sido taquilleras y taquilleros.
Pertsonak eta erakundeak, apunte hau euskaraz.
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