Kontxi ha narrado una historia de una monja que quería ser madre y he visto como las lágrimas aparecían en los ojos de otra mujer. Amaia ha recogido el testigo de Kontxi. Nacho, con un texto de Voltaire por montera, nos ha querido decir, entre otras cosas, que la mejor manera de no meterse en problemas es no hacer planes. Luego, Teo, con la ayuda de Tolstoi, nos ha ilustrado sobre cuánta tierra necesita un hombre. Virginia, por su parte, ha ficcionado un sucedido de una de sus abuelas en el parisino Bois de Boulogne. El punto y final lo ha puesto Rai con otra historia de un viejo.
Entre Virginia y Rai ha tomado la palabra una mujer que venía por vez primera al Txoko del Narrador. No se ha movido de su sitio, al contrario que los demás que han utilizado una silla puesta en el centro. La señora, cuyo nombre hemos olvidado, ha venido ayudada de un bastón. No andaba lejos de los ochenta años. Nos ha relatado que en 1990 fue por vez primera con su marido a Mallorca, pero que, fatalmente, el buen hombre falleció el siguiente año. Eso sí, ella decidió continuar en gira. Era como un anuncio del IMSERSO. Nos ha contado también que su generación ha tenido que hacer el camino a la inversa: su niñez y la adolescencia las marcó la guerra civil, la tragedia, y que ahora es el momento de disfrutar. También nos ha dicho que le gusta desaparecer del control de sus hijos, como si fuera una cría. Mejor dicho: que sus hijos se creen que ella es una cría, pero que no es así, que es una mujer independiente de casi ochenta años.
Además, nuestra abuela nos ha hecho saber cuál es la diferencia principal entre los jóvenes y los viejos: “nos movemos más lento”, como si todo lo demás fuera igual.
La semana pasada leí una entrevista hecha a Jabier Muguruza y publicada en la revista musical Rock de Lux. El periodista, Ferran Llauradó, la tituló Libro del sosiego. Javier hace suyas unas palabras del viajero Mikel Essery. Mikel murió el pasado verano en un atentado en Yemen. Discrepaba con la distinción entre mundo rico y mundo pobre; era más partidario de diferenciar mundo rápido y mundo lento. Él siempre decía viajar en busca del mundo lento.
Añade Jabier: “Yo cuando me cabreo conmigo mismo es cuando noto que hay rapidez. La noto y digo: ‘Esto no me gusta’. A lo que aspiro en esta vida es a ser un hombre lento. Además, esto en mi infancia lo viví mal y ahora lo reivindico”.
No sé si hay que hacer una apología de la lentitud, pero la historieta de ayer y las palabras de Jabier me han dado que pensar. Por ejemplo, que deberíamos ralentizar nuestra vida de alta velocidad.
Euskaraz
Comentarios
Escrito por: Javier Vizcaíno.2007/12/27 21:45:37.158000 GMT+1
www.javiervizcaino.net
Escrito por: iturri.2007/12/28 10:09:38.069000 GMT+1
Escrito por: Assumpta montella.2008/01/06 21:40:59.665000 GMT+1
Escrito por: iturri.2008/01/06 21:44:24.259000 GMT+1