Nota: por ahora prefiero que estos apuntes no salgan de este blog. Gracias.
El miércoles, mi padre se despertó pronto (como casi siempre). La víspera, alguien le debió de decir que tenía que comer, andar y fortalecerse. Antes de las 8:00 de la mañana, le di un cacho de manzana. Desayunó con mi madre y, luego, arrastró sus pies por la habitación.
Me quedé esperando a que pasara el médico. Él mismo con ayuda de la enfermera, lo sacó a pasear al pasillo. Por lo menos, movió su esqueleto fuera de la habitación.
Yo estaba alucinado y no entendía cómo podía mi viejo darle la vuelta a la situación de aquella manera. Según parece, el desarrollo de la demencia se ha ralentizado. Los bronquios preocupan ahora más, pero parece que esto está camino de solucionarse.
Es más, el neúrologo nos dijo ayer por la mañana que, si las cosas siguen así, el lunes o el martes saldría del hospital.
También recibimos el miércoles una notificación de la Dipuación Foral. Le han reconocido una situación de gran dependencia: grado 3 nivel 2. 94 puntos en total. Mi hermano habló con una de las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Irun. Ella le ratificó que la puntuación es muy elevada. Estamos a la espera de que nos concedan una plaza pública o concertada en alguna residencia cercana.
Mientras tanto, seguiremos en una residencia de Donostia. El coste diario es de 85,5 euros (mientras ha estado en el hospital, para mantener la reserva, se abona el 85 % de esa cantidad). En total, 2.600 euros mensuales como media.
Si nos concedieran una plaza pública o concertada, recibiríamos una ayuda de 500-600 euros mensuales. Pero cuando el patrimonio de la persona dependiente (exceptuada su vivienda habitual) baja de los 3.000 euros, entonces ha de abonar al mes el 85 % de sus ingresos.
Puede que haya algún dato erróneo, pero lo cuento para que os hagáis una idea de lo caro que resulta envejecer y enfermar.
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Escrito por: Belén.2008/09/26 11:21:31.107000 GMT+2
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