Ayer Ibarretxe no fue el único que visitó La Moncloa. Por la tarde, Zapatero también recibió a Revilla.
El tal Revilla es un tipo pintoresco. Según hemos podido leer en El País (no pongo el enlace porque es de pago), el presidente cántabro llegó en taxi a La Moncloa y abonó 12 euros por el trayecto. Además, presentó el taxista a Zapatero (se supone que no era oyente de la Cope). Tras besar las banderas española y cántabra delante de las cámaras, agasajó al anfitrión con productos típicos de su tierra (entre ellas anchoas, que a saber de dónde eran).
Ya sabéis que en la cumbre de presidentes autonómicos celebrada la semana pasada, Zapatero calificó el atentado de Barajas como trágico accidente (aunque rectificara inmediatamente y hablara de "atentado"). Revilla dice que no tiene pruebas, pero que cree que fue el presidente riojano el que filtró esa información a los medios antes de la finalización de la reunión.
Eso sí, su receta para acabar con el terrorismo sólo puede ser calificada de vaquera onda Bush: "Lo que le he dicho (a Zapatero) es que si fuera presidente del Gobierno de España les diría: 'pónganse en fila, traigan el carné de identidad en la boca y las pistolas y las bombas a un lado'". Estoy seguro de que le harían caso.
No sabemos si Zapatero le prestará demasiada atención, pero parece que el Supremo tiene intenciones de usar parecidas recetas a tenor de su resolución del caso Haika-Segi-Jarrai.
Malos tiempos para la lírica, pero no sé si la lírica ha vivido alguna vez buenos tiempos.
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