Realizaba los deberes en la mesa de la cocina, en compañía de mi madre y compartiendo la mesa extensible. En un lado me situaba yo con el cuaderno y el estuche de madera. Muy importante eran las gomas, dos, de lápiz y de boli. Mi madre insistía en la limpieza, nada de borrones. En el otro lado mi madre planchaba. Recuerdo que colocaba una especie de fieltro y encima una tela tipo sábana. Me gustaba con ella compartir este momento y de esta manera, y aunque ella mantenía silencio de cuando en vez me preguntaba, “¿qué tal?”. Creo que a ella también le gustaba compartir este momento conmigo.
Cuando una sábana extendía, el aire me acariciaba, cuando presionaba sobre los cuellos y puños de las camisas, sentía el temblor de la mesa, incluso recuerdo enredarme con el cordón de la plancha.
Finalmente rodeados de sábanas, camisas, calcetines y pañuelos debidamente doblados repasábamos los deberes.
Se recogía la mesa y colocando un mantel de tela se preparaba el lugar para la cena. Era una mesa de aproximadamente 1.5 m. X 0.75 centímetros, sin extender. Este espacio se iluminaba con 2 fluorescentes de cocina.
Más adelante y coincidiendo con la época del “Comentario de Texto”, instalamos en mi cuarto un mueble “a medida”. Armario de pared del que salía una cama; a un lado una puerta que al ser abierta se convertía en mesa de estudio. Tuve un flexo, que iluminaba mis cuadernos, unos 40W.
Resulta que ahora mi hijo tiene 8 años y trae deberes todos los días. Nos dicen que hay que ayudarles, que es importante hacerlo dedicando un tiempo para ello y en un espacio adecuado. Mesa de estudio e iluminación cálida. Esto lo hemos conseguido más o menos, quizás un poco baja la mesa y mejorable la cantidad de lúmenes, pero la cuestión es que no llego, me he dado cuenta que de Egipto ando justito, de China ni idea, los sentidos los utilizo de aquella manera pero desconozco su funcionamiento. Mis dos años de solfeo empiezan a no ser suficientes. Estoy todo el día enganchado a google. He llegado a repasar los deberes antes de enfrentarme a ellos consultando diccionarios y enciclopedias para ponerme al día. Confieso también que en matemáticas le dejo hacer y luego me encierro en el baño con la calculadora y lo repaso.
En casa también cenamos después de los deberes y lo hacemos en mesa con posibilidad de extensión pero no usamos mantel de tela, tenemos esos salvamanteles con algún motivo divertido tipo los Simpsom, otros de Pockemon y unos con forma de corazón para días especiales. En casa se plancha cuando él no está. Su material escolar es aerodinámico y con motivos adaptados a sus gustos.
Hoy escribo yo sobre mis recuerdos y agradezco que así sean, pero, él, mi hijo, si escribir decidiera para sus recuerdos contar, quizás así comenzara: A la edad de ocho años, mi padre se escondía en el baño con una calculadora para repasar mis deberes.
Bueno os dejo que hoy toca repasar China y he gastado todos los comodines.
Más cosas de Nando aquí.
Comentarios
Escrito por: iturri.2007/03/26 00:23:35.054000 GMT+2
http://www.javierortiz.net/voz/iturri
Me he acordado de que yo también hacía los deberes mientras mi madre planchaba a mi lado... también en la mesa de la cocina, como la madre de Nando. ¡Qué cosas!
Años más tarde mis padres compraron una tabla de planchar. Yo ya andaba en el Insti, y hacía los deberes a solas, en mi habitación.
Escrito por: Belén.2007/03/26 10:42:26.428000 GMT+2
este programa es feo y orrible saludos para nadie
Escrito por: viviana.2009/06/03 00:56:40.750000 GMT+2