Nando quiere dimitir.
Estando yo en la playa sentadito en mi toalla apareció entre mis manos un artículo explicando la forma y manera de redactar una carta de dimisión. No os explicaré forma y manera, ya que considero que cada uno es libre de dimitir como quiera, pero en tal situación consideré divertido realizar el ejercicio.
CARTA DE DIMISIÓN (el título es importante ya que se define claramente lo que se presenta y un jefe aunque esto no lo explican los expertos necesita concreción)
Estoy en la playa, mi vestimenta un bañador, mi mobiliario una toalla y muy cerquita un chiringuito donde sirven las más delicadas y estupendas cervezas que mis sentidos jamás experimentado hayan.
El artículo recomendaba ser discreto, pocas referencias al pasado y ninguna al futuro. El lenguaje amable debe ser. ¡Joder! Estoy en el paraíso emocional y los expertos me piden discreción y amabilidad con el enemigo.
Me disponía a escribir el motivo de mi dimisión cuando una persona que se encontraba cerca de mí, también sentadita en su toalla aunque algo más preparada que yo, llevaba pareo, tremendas gafas y unos auriculares conectados a un MP3, se emocionó y comenzó a gritar: “¡ya no siento nada al hacerlo contigo!”
“¡La has clavau!”, grité yo.
Repasé la carta y recordando a quien María Isabel escribió y luego borró, enterré la carta.
A mi vuelta al trabajo leo que un jefe “nosedonde” invita a empleados y empleadas a tomar el sol y cervecita en horas de trabajo para ayudar a su adaptación.
También he oído y leído “No quiero, no quiero”, en referencia a la vuelta al trabajo y diría yo que al trabajar.
Considero que debemos entrar en los despachos de jefes y jefas y acompañados de nuestra toalla gritar: “¡ya no siento nada al hacerlo contigo!”, cerrar la puerta discretamente y pasar la adaptación a nuestro rollo.
Comentarios
Jejejejeje
¡Cuánta razón tienes!
¡Pero los naturistas sin toalla!
Escrito por: Miguel.2006/09/09 08:30:9.980000 GMT+2
http://www.trebol-a.com/author/miguel