Pedradas

La semana ha pasado como un avión.

La memoria de Elna

El martes vinieron Maria, Miquel y Vicky. Mataró Euskal Herria connection. Miquel Torner es miembro de Marxaires, un grupo de montañeros que recupera a pie la memoria democrática y perdedora de la Guerra Civil. Es un tipo afable y socarrón, que tiene los pies en el suelo. Maria es amiga de ambos y Vicky es amiga de Miquel.

La excusa del viaje era participar en una mesa redonda el miércoles en el Centro Cultural Ernest Lluch. Completaban la mesa Assumpta Montellà y Toni Strubell. Assumpta estuvo tan bien como siempre, impresionante su capacidad de emocionar cuando habla. Strubell quedó tocado, sobre todo, con el corte de casi cuatro minutos que Javier Vizcaíno puso al comienzo del acto (un ejercicio de desmemoria histórica).

Todos ellos tienen mi reconocimiento, pero quiero agradecer sobre todo a Javi su viaje a Donostia en mitad del fregado en el que está metido, sin dormir y con unas semanas por delante de aupa-el-erandio. Eso sí, aprovecho también para decirle que se cuide un poquito más, porque la vida es la vida, lo más hermoso, quien la pierde, lo pierde todo (parafraseando a Atxaga).

Hay un par de crónicas: una es del propio Javier Vizcaíno, otra del mutante Love of 74. También hay una entrevista en el DV que la periodista Begoña Del Teso le hizo a Miquel tras el  acto. Y Assumpta ha contado cómo se quedaron chicos y chicas de 4º de ESO tras una visita guiada. ¡No me extraña!

Con algunos de estos amigos catalanes, me acerqué el jueves al Centro Cultural Loiola para ver una vez más en directo a Gu ta gutarrak en su particular Donostia periferia tour. El local estaba lleno y el show de los vizcaínos fue in crescendo, como casi siempre. El invitado de esta vez fue el trikitilari Joseba Tapia.

Gainsbourg gainbegiratuz

Ya he escrito anteriormente por aquí lo mucho que me ha apasionado el proyecto en el que Jocano embarcó a un selecto grupo de músicos vascos. Por ello, y porque no voy a poder estar en el bolo donostiarra de primeros de mayo, subí a Elgeta el viernes tarde. La cita era en el nunca bien ponderado Café Teatro Espaloia en el que está el amigo Iban Arantzabal. Era la primera vez que todo este elenco de músicos y cantantes defendían en directo el Gainsbourg Gainbegiratuz tras la publicación del disco. Me compré un ejemplar antes de la actuación y me parece una pequeña joya.

Ahora bien, otra cosa fue la puesta en escena (creo que no cumplió los mínimos exigibles). La gente que estaba conmigo, algunos de ellos y ellas eran personas a las que había animado yo, estaban perplejas. Creo que no se puede invitar a un ensayo a quien ha pagado 13 euros. Y ello no era responsabilidad de la sala.

El directo me pareció que estaba muy verde y teniendo en cuenta que el próximo bolo es en el Victoria Eugenia, yo estaría preocupado si tuviera que subirme al escenario. Espero que se pongan las pilas. Tienen a su favor el tiempo y que el proyecto que defienden es una pequeña joya.

Menos mal que vine hacia Donosti escuchando el disco en el reproductor del coche… ¡Una gozada!

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