"A un personaje del Torquato Tasso de Goethe le debemos una formulación que probablemente sea el paradigma de todas las disculpas: "De lo que uno es/son los otros quienes tienen la culpa".
(...)
"Así funciona, con escasas excepciones, el actual antagonismo entre la izquierda y la derecha. Por eso los análisis que han hecho Sami Naïr de la política de Sarkozy o José María Ridao acerca del entorno ideológico de Bush son magníficas descripciones de lo equivocada que está la nueva derecha, pero dicen muy poco acerca de lo débil que es la izquierda. ¿Y si invirtiéramos la máxima de aquel personaje de Goethe y pensáramos qué culpa tiene la izquierda en el triunfo de la derecha?"
(...)
"Creo que buena parte de lo que le pasa a la izquierda en muchos países
del mundo es que se limita a ser la antiderecha, algo que no tiene nada
que ver, aunque lo parezca, con una verdadera alternativa".
(...)
"Por decirlo sintéticamente: hoy la derecha es optimista y la izquierda
pesimista (...) Tradicionalmente la diferencia entre progresivo y
conservador se correspondía con el pesimismo y el optimismo, en el orden
antropológico y social. Mientras que el progresismo se inscribía en un
desarrollo histórico hacia lo mejor, el conservadurismo, por decirlo con
expresión de Ernst Bloch,
ha estado siempre dispuesto a aceptar una cierta cantidad de injusticia o
sufrimiento como un destino inevitable. Pero esto ya no es así, en buena
medida. El estado de ánimo general de la derecha, que tiene su mejor
exponente en Sarkozy, es todo lo contrario de la resignación".
(...)
"La izquierda es, fundamentalmente, melancólica y reparadora. Ve el
mundo actual como una máquina que hubiera que frenar y no como una fuente de
oportunidades e instrumentos susceptibles de ser puestos al servicio de sus
propios valores, los de la justicia y la igualdad. El socialismo se entiende
hoy como reparación de las desigualdades de la sociedad liberal".
(...)
"Por eso la izquierda del siglo XXI debe poner cuidado en distinguirse
del altermundialismo, lo que no significa que no haya problemas graves a
los que hay que buscar una solución, sin ceder a la letanía de deplorar la pérdida
de influencia sobre el curso general del mundo. En lugar de proclamar que
"otro mundo es posible" más le vale imaginar otras maneras de
concebir y actuar sobre este mundo".
Comentarios
Pues yo de lo poco que conozco el altermundismo, me da que una de sus características es la creación y empuje de alternativas... ¿pequeñas e insertadas en el capitalismo? Claro, como todas las posibles, el futuro siempre arranca del pasado.
Me gustaría escuchar sus sugerencias sobre otras formas de ver el mundo porque así puede que entienda lo que quiere decir exactamente... y espero que sean originales respecto a las que ya conozco porque si no... vaya, vaya.
Escrito por: JESUS CUTILLAS.2007/09/20 10:11:2.508000 GMT+2
Escrito por: mikel.2007/09/20 19:38:57.973000 GMT+2
http://gerrarikez.blogia.com
La actividad cerebral de liberales y conservadores difiere al decidir
AFP
Por Marlowe Hood AFP - martes, 11 de septiembre, 11.54
PARÍS (AFP) - Las neuronas del cerebro de liberales y de conservadores reaccionan de forma diferente ante decisiones difíciles, según un estudio publicado en la revista británica
Desde que Aristóteles afirmara que el ser humano es un animal político por naturaleza, decenas de estudios establecieron una fuerte relación entre persuasión política y ciertos aspectos de la personalidad de los individuos.
Los conservadores tienden a buscar orden y estructura en sus vidas y son más coherentes a la hora de tomar decisiones. Los liberales, por el contrario, muestran una mayor tolerancia hacia la ambigüedad y la complejidad, y se adaptan más fácilmente a circunstancias inesperadas, indicó el estudio, divulgado el domingo.
La afinidad entre visiones políticas y "estilos cognitivos" también es hereditaria, agregó la investigación.
Intrigado por estas correlaciones, el politólogo de la Universidad de Nueva York David Amodio y varios colegas decidieron determinar si los cerebros de liberales y conservadores reaccionaban de forma diferente a los mismos estímulos. A un grupo de 43 personas se le solicitó realizar una serie de pruebas informáticas diseñadas para evaluar su respuesta ante pautas ideadas para romper una rutina bien establecida.
"La gente suele regresar a casa desde el trabajo por el mismo camino, un día tras otro, hasta que eso se vuelve un hábito y no requiere pensar mucho", explicó Amodio. "Pero ocasionalmente la calle está en obras, o quizás un animal la está cruzando, y uno tiene que romper una respuesta habitual para hacerse cargo de la nueva información".
Usando electroencefalogramas, que miden impulsos neuronales, los investigadores examinaron la actividad en una parte del cerebro -la corteza cingulada anterior- que está fuertemente vinculada al proceso de autorregulación del control del conflicto.
Quienes se habían autodenominado liberales mostraron "significativamente mayor actividad neuronal relacionada con el manejo del conflicto" cuando la hipotética situación instaba a un cambio de rutina. Los conservadores, sin embargo, eran menos flexibles, y se negaban a cambiar viejos hábitos "a pesar de señales de que éstos (...) debían cambiarse".
Si esto es bueno o malo depende obviamente de la perspectiva de cada uno: uno puede interpretar los resultados diciendo que los liberales tienen una mente abierta y que los conservadores son rígidos y tercos. O uno puede concluir igualmente que los liberales no tienen personalidad ni defienden sus ideas, mientras que los conservadores son leales e inquebrantables.
¿Qué está primero: el modelo de actividad neuronal que cada uno tiene o la orientación política? Amodio es renuente a dar una respuesta definitiva. "Los mecanismos neuronales para el control de los conflictos se forman tempranamente en la infancia", y probablemente se originan en parte de la herencia genética de los individuos, dijo. "Pero aunque proporcionan un modelo para orientaciones más liberales o más conservadoras, los genes están determinados sustancialmente por el ambiente que rodea al individuo a lo largo de su desarrollo", advirtió.
Escrito por: mikel.2007/09/20 19:42:12.039000 GMT+2
http://gerrarikez.blogia.com
A quien se le educa con miedo, tiene miedo y es muy probable que acabe buscando seguridad por encima de todo el resto de su vida. No sé si eso hará que se llame de derechas (más bien) o de izquierdas (también los hay), pero donde le toque será una persona tirando a triste y a atemorizadora.
Basta con ir a un parque y oir a los padres, para ver quién asusta de más y lo que consigue con ello.
Escrito por: jesus cutillas.2007/09/21 10:31:50.297000 GMT+2
La izquierda a la que Innerarity se refiere como pesimista existe, aunque se trata de un fenómeno básicamente europeo, y en parte latinoamericano. La izquierda derrotista es básicamente la que hunde sus raíces en el período industrial, la de los antiguos partidos y sindicatos obreros, la que anda descolocada desde 1968. Ante el neoliberalismo, esta izquierda se ha atrincherado en la defensa a ultranza de una forma estatal (del Estado, de la Soberanía Nacional,e tc.) y de un esquema de relaciones laborales (salarial) que se han idealizado de forma completamente acrítica. Buena parte de las bases sociales que han nutrido la vieja izquierda obrera se han escorado hacia posiciones claramente conservadoras, y hasta xenófobas. En el terreno intelectual, un ejemplo de izquierda pesimista lo encontramos en la línea editorial de Le Monde Diplomatique, gran revista de la que soy lector habitual, pero cuyo tono defensivo y nacionalista resulta ya cansino. Otro ejemplo es toda la literatura (ejemplificada en el argentino Atilio Borón y en James Petras) que atacó sin contemplaciones y de manera muy superficial, el Imperio de Negri, una obra que tiene sus más y sus menos, pero que fundamentalmente estuvo destinada a despertar a la izquierda pesimista del sueño dogmático, y a insuflar un decidido optimismo.
Este espacio de la ilusión, como apunta Innerarity lo han tratado de ocupar otros, en general a la derecha: el blairismo, que no es sino una variante del neoliberalismo, la revolución conservadora de Cheney, Rove y compañía, y ahora el sarkozismo. Tampoco es que ilusionen demasiado, al fin y al cabo son los principales impulsores de la política del miedo.
Sin embargo, sí que existen islotes de izquierda optimista. Ha habido optimismo en el movimiento altermundialista (aquí difiero de Innerarity), aunque hayan acabado predominando posiciones más conservadoras, hay optimismo en no pocos movimientos sociales latinoamericanos, y hay optimismo en las corrientes autonomistas francesas e italianas (en España la influencia es más académica que social), perspectiva de la que parten las consideraciones sobre el capitalismo (disculpen el rollo) que he incluido en mi blog, y que, frente a la divisa gramsciana, apuesta por una idea inversa: optimismo de la razón y pesimismo de la voluntad. Muchos cambios importantes se están produciendo ya socialmente, al margen de los partidos.
[En cuanto al estudio neurológico, me recuerda a las demostraciones científicas de la "menor inteligencia" de los negros. Anuncios que hay que coger con pinzas]
Escrito por: Samuel.2007/09/21 17:38:34.402000 GMT+2
http://www.javierortiz.net/voz/samuel
Escrito por: neuroemocion.2013/10/15 19:54:35.609000 GMT+2
http://www.neuroemocion.com