El viernes al anochecer Txuma Murugarren se acercó a Donostia para presentar su disco B aldeko kantuak. Hace pocas semanas le leí una entrevista en la revista Argia que llevaba el siguiente titular: "Musikari askok sentitzen dugu sakonean jendeak huts egin digula" (Muchos músicos sentimos en el fondo que la gente nos ha fallado).
Iker Barandiaran le preguntó: “La gente no nos quiere, estamos dolidos y hacemos daño cuando cantamos”. ¿Es así como os sentís músicos que lleváis tanto tiempo en la brecha? ¿Es un pequeño homenaje?”
Y Txuma respondió: “Sí, me río un poco de mí mismo y es verdad, aunque queramos esconderlo, que en el fondo sentimos que la gente nos ha fallado, creemos que merecemos más".
El viernes por la mañana fue entrevistado en Euskadi Irratia por Manu Etxezortu. Vete a saber si porque era viernes, porque estamos en primavera o por qué otro motivo, la cosa es que quien tituló el audio resaltó: Etorriko dira garai hobeak (Ya vendrán tiempos mejores).
Luego, chez Loveof74 leí otra entrevista reciente publicada en la revista EFE EME a Rafael Berrio. Su título: Rafael Berrio, ingenio libre. Os recomiendo su lectura completa, pero quiero extractar aquí estas frases:
"Bueno, no soy nada democrático en estos asuntos. No veo mal que exista un arte dirigido a una minoría exclusiva, a una élite cultural que tome la delantera con respecto al “mainstream”. A mí, por ejemplo, me molestaría bastante que a todo el mundo le gustase el “White light-white heat” de la Velvet Underground y que lo pusieran de sintonía de un anuncio".
No me siento parte de ninguna élite, pero me da que mucha gente miente cuando pregona su interés por la cultura, la música, la pintura, la literatura, etcétera. No, normalmente nos gusta más echar unos tragos, comer bien y echar un polvo.
La cultura se utiliza como mero adorno retórico, una excusa más para hacer otras cosas. Sin más.
Kultura, besterik gabe, apunte hau euskaraz.
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