A la edad de 79 años, ha fallecido el profesor Ricardo Echepare.
Crédito de la fotografía: Cursos de Verano de EHU-UPV.
La última vez que lo vi fue hace unos pocos meses. Yo todavía trabajaba desde casa. Un día, a eso de las 11:00 de la mañana, me acerqué a tomar un café al Bar Artikutza de Donostia.
Dos personas, luego se incorporó una tercera, daban cuenta en una mesa de la terraza de un plato con huevos fritos, patatas y jamón, todo ello con la ayuda de una botella de vino. Fue cuando volvía a casa cuando me di cuenta de que uno de ellos era Ricardo Echepare.
No he tenido mucha relación con él, pero sí que recuerdo que me trajo en coche a San Sebastián, allá por junio de 1986, para hacer el examen de selectividad.
Y es que cursé el bachillerato en el Instituto Pío Baroja de Irun con su hijo, Ricardo Etxepare, entre septiembre de 1982 y junio de 1986.
Aquel día abrí una de las puertas traseras del Renault (¿11?), entré y me senté en uno de los asientos mientras hacía el camino hacia Amara en silencio. Si no recuerdo mal, por aquel entonces era director de la Escuela Politécnica de San Sebastián, la cual tenía su sede entonces cerca del Gobierno Civil, y nuestro examen era en un instituto cercano.
Recuerdo una anécdota que me contó su hijo. Siendo director de ese centro, el padre pilló a una persona escribiendo "Echepare, cabrón" en la puerta del despacho. Y no, no era un alumno: era un profesor. Ja, ja, ja.
Echepare ha sido conocido en Gipuzkoa por su labor en el ámbito universitario: entre otras cosas, durante muchos años fue director de los Cursos de Verano.
Pero hizo incursiones en el mundo político en la década de 1980.
Yo hoy quiero recordar que fue alcalde de Irun durante algo más de un mes, tras ser elegido el 23 de mayo de 1983. Fue el 30 de junio (fiesta local de San Marcial) cuando la Audiencia Territorial de Pamplona (sí, Gipuzkoa por aquel entonces dependía judicialmente de Navarra) declaró nulo aquel nombramiento, dando la razón al Partido Socialista de Euskadi (fue Fernando Múgica Herzog quien presentó el recurso). La razón esgrimida fue que el alcalde debía ser elegido en votación secreta de los concejales, no a mano alzada.
Los socialistas tenían 10 concejales, 8 el PNV, 2 cada uno Euskadiko Ezkerra, Herri Batasuna y Coalición Popular. Además, una candidatura independiente (Uranzu) tenía un representante. Además de sus partidarios, Echepare contó con los votos de los concejales de HB y de CP (Alianza Popular se presentó en coalición entonces).
La votación se repitió el 11 de julio y entonces el elegido fue Alberto Buen Lacambra (el enlace os lleva a la crónica de El País).
Fue un gran escándalo, porque aquel día una persona lanzó la urna por el balcón del Ayuntamiento irunés. Si no recuerdo mal, era un vecino de mi barrio.
Utilizando el servicio Atzoko prentsa digitala, he consultado la prensa guipuzcoana del 12 de julio de 1983: El Diario Vasco y La Voz de Euskadi (Pepe Rei era el director de este medio). Egin no se puede consultar en la red. He visto en la web de El País la portada de aquel día. ¡Tiempos duros!
Aquel día, el salón de plenos contó con la presencia de nombres relevantes de la políticia guipuzcoana: Roman Sudupe, Enrique Casas, Gregorio Ordóñez, Kepa Aulestia, Odón Elorza...
Desde entonces el bastón de mando de la alcaldía irunesa ha estado siempre en manos socialistas: Alberto Buen Lacambra y José Antonio Santano.
Siempre me he preguntado qué habría pasado si Echepare se hubiera mantenido en la alcaldía entonces. Pero el resultado es política ficción.
Por su bien, hizo una larga carrera en el mundo académico, lejos de la política partidaria.
Ricardo Echepare Zugasti, in memoriam.
P.S.: ¿Qué habría dicho del traslado del Kutxaespacio de la Ciencia? Tal y como me dijo una amiga ayer, el banco (Kutxabank) está dilapidando en unos pocos años los ahorros de muchas guipuzcoanas y muchos guipuzcoanos labrados durante un siglo.
Ricardo Echepare Zugasti zendu da, apunte hau euskaraz.
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