Hacía tiempo que no traducía nada del euskera al castellano y lo publicaba por aquí. Hoy lo hago con una columna publicada por Jose Mari Pastor en el diario Berria el pasado sábado, 26 de julio: Galindo Zinemaldian.
Galindo en el Festival de Cine
Las palabras del guardia civil de Intxaurrondo le abrieron los ojos: «Acabaremos con vosotros. En Barajas han dado la orden de no revisar las maletas que vienen de Asia si sus propietarios se dirigen al País Vasco. Así, traerán toda la mierda para aquí». El joven fue detenido por tráfico de drogas y estaba siendo interrogado en el cuartel de San Sebastián. Tiene nombre, lugar de nacimiento y domicilio. Estudió en una conocida escuela de Donostia. Era yonki y viajó a un país europeo para traer un paquete. Lo pillaron. Tras cumplir su pena de cárcel, ingresó en un centro de desintoxicación y se curó.
Hoy está rehabilitado y vive con su mujer en un pueblo guipuzcoano. Acude regularmente a un centro hospitalario para saber si está o no bajo control la enfermedad de la que se contagió en aquellos años locos. Pero no se le olvidan las palabras que escuchó en Intxaurrondo. A aquel guardia civil lo mató ETA años más tarde.
La heroína golpeó a una generación entera en el País Vasco. Aunque no a ellos exclusivamente, pero sí especialmente a jóvenes de comarcas con una gran tradición de lucha. Muchos sabemos de aquello. I: uno de los teóricos de las revueltas del instituto, se convirtió en un par de años en la tenebrosa sombra de un esqueleto andante. A: otra persona inteligente, rigurosa; de EGI (juventudes del PNV) pasó a la izquierda abertzale y de allí a pasear un perro por el parque mientras hablaba solo. F: lo metieron en Basauri, esclavo de la dama de blanco. Al salir de la cárcel volvió al barrio, pero no regresó jamás del otro lado de la luna. Se esmeró en construir una canoa que le llevara a los brumosos puertos que le dibujaba su mundo interior. La canoa quedó varada para siempre.
Nos dicen que tenemos que mantener la memoria, esa memoria hecha a su conveniencia. Para informar de que las películas Lasa y Zabala y Negociador estarán en el Festival de San Sebastián, un periódico eligió este titular: Del drama a la comedia: el terrorismo de ETA entra sin complejos en el Zinemaldia. Pero el verdadero drama, el único suceso dramático que hay en ambas películas no fue producto de la violencia de ETA, sino de la estatal. Sin embargo, a tenor del título del artículo, parece que fue ETA quien secuestró, torturó, mató y enterró en cal viva a los dos jóvenes. El concepto de terrorismo de estado no aparece en el libro de estilo de ese periódico.
Fue Enrique Rodríguez Galindo quien ordenó la muerte de Joxean Lasa y Joxi Zabala. En aquellos tiempos era el jefe de Intxaurrondo. Hoy está libre. Galindo no irá a un programa de Mercedes Milá para hablar del dolor causado. Mucho menos para pedir perdón y condenar el pasado. No fue eso lo que le pidieron al abandonar la cárcel. ¿Por qué lo harán ahora? Eso solo se le pide a otra gente. Es igual que sean o no sean de la Vía Nanclares. Además, únicamente se merecen el mapa oficial de la memoria las víctimas de ETA. La sociedad tiene derecho a saber qué le hicieron y cómo sufrió Ortega Lara. Pero también a saber de la geografía del sufrimiento de otros muchos: dónde fueron torturados, dónde los mataron. El testimonio silencioso de las celdas de Intxaurrondo, los gritos de los interrogatorios y de las torturas, los rostros desfigurados de las fotografías tomadas a las personas detenidas.
Lasa y Zabala será estrenada en el Festival. Pero no escucharemos jamás los testimonios de ambos jóvenes: están muertos. Y los verdugos, sin embargo, vivitos y coleando. No se han arrepentido. Si lo hubiera hecho, y quisiera, Galindo podría hacer visitas guiadas en el cuartel de San Sebastián y en el Palacio de La Cumbre. Serviría para conocer mejor la violencia del estado. Abriría una vía para hacer una nueva película, la cual podría presentarse en el festival del próximo año. La segunda: Segundo. El secuestro de un ciudadano de Hendaia. José Barrionuevo y Rafael Vera, antiguos responsables del Ministerio del Interior, vendrían a Donostia a hablar sobre ello y a mostrar su arrepentimiento. Podrían hospedarse en el Hotel María Cristina. Como Galindo este mismo año.
Comentarios
El terrorismo de Estado fue criminal e innecesario en aquellos años de gloria parlamentaria del PSOE de Felipe González. Pudo haber impulsado una ley de defensa del Estado que habilitara a las fuerzas de seguridad y a los servicios de inteligencia a desemmascarar a los etarras, a perseguirlos y a neutralizarlos en cualquier lugar del planeta. No habría tenido dificultades para obtener su aprobación y el aplauso social mayoritario, pero se inclinó por el atajo desde el filo de la navaja. Y empantanó la legitimidad de sus gobiernos ante el respeto a la ley.
Ese bochornoso y criminal período existió y estará ahí por siempre. Ello no hace mejores ni a los etarras cuyas caras conocemos ni a quienes los movieron y mueven desde la sombra, que los hay y no son ni Gorazelaia ni Aoiz.
Que el cine incorpore esas y otras historias está bien. Habrá que ver si obtienen el favor del publico que,de momento se decanta más por "Ocho apellidos vascos", esa pelicula lígera que consigue hacer reir a tanta gente y hasta ver con más simpatía a la "dura" vasca que nos pinta.
Salud y saludos.
Escrito por: Io.2014/08/09 18:19:56.752832 GMT+2