El sábado por la tarde se puso en marcha la XVII edición de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. En estas diecisiete ediciones, solamente he visto una película: La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos, de un realizador gallego, el cual murió súbitamente años más tarde. Recuerdo que aquel día fui al Teatro Principal por casualidad y que me lo pasé en grande. Sin embargo, no he vuelto y no sé muy bien por qué.
Relacionada con la Semana, estos tres últimos años hemos puesto una exposición en la casa de cultura. Este año, el comisario es Iñaki G. Holgado y ha elegido obras de Juan Luis Landa y de Marko Armspach. Dicen que Landa es el mejor dibujante vasco del momento y que también es reseñable el trabajo de Marko. De todas formas, conviene que le hagáis más caso a E-gor (enlace en euskara), porque él sí que es un verdadero aficionado a este mundillo.
José Luis Rebordinos, Rebor, es el director de la Semana y estos últimos días ha aparecido en varios medios hablando de la misma. El otro día le oí en una televisión local haciendo una defensa de los frikis. A su entender, un friki no es más que una persona que vive con pasión. Eso sí, Rebor manifiesta públicamente sentirse abrumado al contemplar que hay gente capaz de hacer más de 30 horas de cola para conseguir un buen abono. Será gente muy maja, pero tienen un trueno que para qué…
El sábado, a las 22:30, se celebró la fiesta de apertura en la discoteca Bataplan y allí estuvimos dándole a la cerveza y vaciando todas las bandejas que pasaban cerca. La discoteca tiene una vista magnífica (la Bahía de La Concha, la isla Santa Clara, la playa…). Y está muy bien gorronear de vez en cuando, qué leches (fuera de estas fiestas, el precio habitual de la entrada es de 12 euros).
Antes de ir al fiestorro, me dejé caer por el Centro Cultural Egia, ya que en la sala Gazteszena el grupo de teatro Malayerba ofrecía La razón blindada, un testimonio tremendo de los presos políticos de una cárcel de la Patagonia. Para aliviar el sufrimiento, se contaban la historia del Quijote una y otra vez. Dos actores en escena durante hora y media. Dándolo todo. La compañía es ecuatoriana y la obra ha recibido buenas críticas y varios premios.
Pregunta: ¿A que no sabéis cuánta gente nos juntamos el sábado en el patio de butacas? 30 personas.
Hay algo aquí que va mal y la culpa no es sólo de las instituciones.
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