El miércoles por la tarde estuve en el Salón del Trono de la Diputación en un diálogo que mantuvieron Anjel Lertxundi y Joxe Aranzabal. Se titulaba Contar el sufrimiento, sufrir contando.
El moderador, Jaime Otamendi, abrió el acto citando un par de anécdotas recientes en las que el dolor era el protagonista. Y es que el dolor siempre está listo para aparecer en nuestras vidas. Se auto-invita fácilmente.
Anjel Lertxundi ofreció una charla académica y sabia sobre el dolor en la literatura. Me da que citó una veintena de autores: Bocaccio, Albert Camus, Philip Roth, Sándor Marai... Si digo que estuvo tan bien como siempre, me quedo corto, pero no consigo mejorar la frase.
Joxe Aranzabal se presentó con unas cuantas fotografías para ilustrar su batalla contra el cáncer. Las personas que seguimos el proceso de la enfermedad en Sustatu.com ya estábamos al corriente de casi todo, pero, por ejemplo, yo no recordaba que se afeitó el bigote y se rapó la cabeza para advertir a la enfermedad de que estaba preparado para la lucha. Porque nos contó que a los pocos días del diagnóstico, algún vecino suyo que había sufrido la misma enfermedad le dijo: es la guerra. Aunque hayan pasado siete años ya, se emocionó un par de veces a lo largo del acto (ambas coincidieron con la aparición de su hija en la narración), pero consiguió salir resuelto del lance.
Jaime guió la charla con la habilidad que le caracteriza y las preguntas del público fueron inteligentes.
El acto se desarrolló en euskara, con traducción simultánea. Así debería ser siempre, pero me da que no es posible que este sistema pueda estar siempre a mano (su carestía lo impide).
Felix Ibargutxi hizo la crónica en el Diario Vasco. Además, por la mañana Karlos Linazasoro presentó el libro que ha escrito para superar la muerte de sus padres. Etxe hutsean es su título (En la casa vacía). Me da que será una digna obra a sumar a la de otro autor cuyo nombre citó Anjel y que se me olvidó por el camino.
Os dejo con una foto de Gorka Estrada para Noticias de Gipuzkoa. Aranzabal a la izquierda y Lertxundi a la derecha.
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