Estos días la Audiencia Nacional está juzgando a Gurutz Agirresarobe por el asesinato en febrero de 2003 de Joseba Pagazaurtundua. El tribunal no se ha pronunciado todavía, pero hay cosas en este juicio que no huelen nada bien. Las recoge el periodista Urko Apaolaza en un blog de Argia.com. El artículo se titula Fikziozko telesailek ez zaitzatela engaina (Que no te engañen las teleseries de ficción). Urko ha sido compañero de equipo del acusado y lo conoce bastante bien.
Tan solo quiero añadir una cosa: respeto el dolor de la familia Pagazaurtundua, pero también conviene tener en cuenta que un crimen no se puede reparar con otra injusticia.
A continuación la traducción del artículo publicado el 16 de noviembre: he mantenido los enlaces originales.
Que no te engañen las teleseries de ficción
Estos días están juzgando a Gurutz Agirresarobe en la Audiencia Nacional, le imputan haber matado a Joseba Pagazaurtundua por orden de ETA y el fiscal pide una pena de 48 años de prisión. Jugamos durante muchos años en el mismo equipo de rugby y estoy seguro de que cuando dice que no estuvo aquella mañana del 8 de febrero de 2003 en el Bar Daytona de Andoain, dice la verdad.
Ya fue extraña su detención hace año y pico. ¿Cómo es posible que siguiera haciendo vida normal durante tanto tiempo? Dicen que cuando detuvieron en el 2009 a varios miembros de ETA, fue cuando la Ertzaintza comenzó a investigar a Gurutz, eso es lo que afirma el juez Grande-Marlaska en el auto. Dice también que jugaban en el mismo equipo de rugby. Yo también jugaba con ellos al rugby, ¿y qué? Pero teniendo en cuenta esta hipótesis, ¿por qué no huyó Gurutz si estaba en peligro? Todo está envenenado por hipótesis, dimes y diretes varios.
“Jamás he tenido relación con ETA” dijo Gurutz en la sala. También señaló que nunca había tenido un arma en la mano, que no ha estado jamás en el Daytona y que, además, solo ha tomado dos cafés en su vida. Respondió a las preguntas de todas las partes: a la familia Pagazaurtundua, a la asociación de víctimas, al fiscal... Eso no cuadra con la actitud que los miembros de ETA han tenido en los juzgados, y no lo digo yo, sino que lo dice El Mundo.
La única prueba de la acusación es una muestra de ADN tomada de una taza del bar Daytona. Pero que no nos engañen las teleseries de ficción, porque muchas veces determinar el ADN es tan "fácil" como ver el golpe de castigo en un maul. Los mismos ertzainas han admitido que la muestra es muy pequeña (hace cuatro años se difundió que no tenían el ADN) y un perito genetista ha puesto en entredicho su calidad. En una prueba de ADN hay que tener muy en cuenta las condiciones en las que la muestra fue tomada, su custodia, la valoración, etcétera (más información al respecto en este artículo). ¿Qué pasaría si esa taza estuviera contaminada o manipulada? Los testigos dicen que no, pero sus palabras valen tanto como las de Gurutz. ¿Qué garantías tenemos de que todo el proceso de custodia del ADN -recordemos que han pasado siete años- se hizo correctamente? En Australia revisaron 7.000 casos porque surgieron dudas con el ADN.
“Un inocente va a seguir en prision”, dijo Gurutz. Me temo que ha sido víctima de las presiones políticas y de una operación que no ha medido todas las consecuencias. Porque el contexto tampoco es nada común. En el 2010, el Estado y las fuerzas policiales comenzaron a construir el relato de que ETA había sido derrotada. En muy poco tiempo, fueron detenidos no sé cuantos supuestos cabecilllas de la banda. En este sentido, Rodolfo Ares calificó de muy importantes las detenciones de Gurutz Agirresarobe y de Aitziber Ezkerra, una célula durmiente desarticulada, y destacó que la investigación la desarrolló la Ertzaintza "en su totalidad". Sin embargo, unos cuantos días después, Ezkerra fue puesta en libertad, tras sufrir malos tratos en comisaría.Encontraron una coincidencia en el banco de ADN de la Ertzaintza, proveniente de una débil huella genética. Se detuvo al sospechoso y ya se verá luego. Pero luego no han encontrado nada más: no se ha probado que Gurutz tuviera relación con miembros de ETA -tal y como afirmó Rodolfo Ares-, no sabemos qué sucedió con la pistola utilizada para matar a Gimenez Abad, los testigos no reconocen a Gurutz, no hay ninguna documentación más, ni siquiera hay una autoinculpación.
No se puede tener fe en los procesos basados en una única prueba, menos en un pueblo como éste donde se juzgan las militancias políticas. Es comprensible el dolor de la familia de Joseba Pagazaurtundua, la necesidad de que el culpable pague por el asesinato cometido. Pero no sé si una sentencia condenatoria basada en una probabilidad podrá mitigar ese dolor.
Comentarios
Escrito por: iturri.2011/11/24 22:28:59.655000 GMT+1
Escrito por: iturri.2011/12/08 11:17:17.111000 GMT+1
Escrito por: iturri.2011/12/12 22:00:22.930000 GMT+1
Escrito por: iturri.2013/07/29 23:41:21.247000 GMT+2