Ramon Zabalegi presenta Etxeko uzta / Pandemoniyua en Naiz Irratia, un programa o podcast donde se cita con artistas y gente del mundo de la cultura. No he escuchado todos los que me gustaría, porque la vida no da de sí.
Una de las preguntas habituales es sobre los sentimientos que les ha generado y les genera el encierro y la pandemia.
Cuando escucho la pregunta, pongo especial atención para conocer qué contestan los entrevistados. Me interesa.
Esta mañana me he hecho yo la pregunta y la respuesta ha sido clara: enfado camino de la ira. Comiendo cerillas, que dice un amigo.
Abro paréntesis.
El sábado por la mañana bajé a la farmacia de al lado de casa. Mientras esperaba escuché una conversación que, más o menos, iba por aquí.
-¿Qué es esa medicina?, pregunta un hombre de unos sesenta años.
-Un tranquilizante, responde una boticaria.
-Sí, es que la gente que trabajáis en el mundo sanitario necesitáis muchos tranquilizantes. Mi hija trabaja en un geriátrico. Está mal, porque están mal. Poca gente trabajando y no sé por qué no contratan más personal. Igual no hay disponibibilidad. No lo sé.
Cierro el paréntesis.
No me puedo quejar de mi situación. De acuerdo. Hay un montón de personas bastante peor que yo. Así es.
Pero que esté mejor que otros no supone tener que tragar todo con resignación cristiana y beata.
Me ha venido a la cabeza otro podcast que escuché el sábado mientras paseaba. Mª del Carmen Lozano, un personaje de Juan Carlos Ortega, se fue a la India en busca de la paz interior y se lió a hostias con todos los monjes que trataron de calmarla.
La fuerza de la ficción para reconducir tus enfados.
Barruko bakearen bila, apunte hau euskaraz.
Comentarios
jajajajaja...jajajajaja...jajajajaja....
No, no me río de tu apunte, Iturri, sino del final del mismo. El personaje de Mª del Carmen Lozano intentando buscar la paz en la India y se lía a hostias a unos monjes. Parece un toque de humor negro, que es en lo que muchos están viviendo en este tiempo actual.
Uno adora la paz y la armonía, pero hay situaciones en las que quiere aflorar esa violencia que todos encerramos cuando contemplamos hechos y comportamientos indeseables. No obstante, ante todo, coincido contigo en que uno no se resigna de forma cristiana y beata viendo las impertinencias de los que dicen ser adalides de la sociedad. Ya, ya sé que hay muchas otras personas que se encuentran peor que uno mismo y también otras muchas que viven mejor. Ello, insisto, no me resigna ni me apaga. Para la injusticia, la desigualdad y la impunidad recalcitrante no hay jarabe ni pastillas tranquilizantes que la aplaquen o la suavicen, excepto, calro está, para las resignadas y los resignados.
También es cierto que la ficción ayuda a desahogarte, y por ello la lectura literaria y la visión cinematográfica son dos atuendos que sientan muy bien en el devenir diario de este tiempo de encierros y miedos.
¡Un abrazo, Iturri!
Escrito por: José.2020/12/14 16:22:46.264639 GMT+1
Muy buenas, José.
Hoy ya se me ha pasado algo la mala hostia del fin de semana. Aunque suene raro porque es lunes.
Esta tarde he vuelto a escuchar durante un rato a Ortega con Mari Carmen dando hostias por doquier. Y me he reído. ¡Cómo no!
Un abrazo.
Escrito por: iturri.2020/12/14 22:00:52.146261 GMT+1