Dedicado a Jorja.
Voy a contar, aunque sea brevemente, algo sobre la presentación del libro "De cabeza. Para qué sirve un psiquiatra" y luego os dejaré con las sabias y emocionantes palabras que Jabier Muguruza leyó como introducción al diálogo entre Vizcaíno y Querejeta. Se titula "Gautama Buda, Mikel Laboa y una buena amiga".
El público presente, unas cien personas, pudo luego escuchar un diálogo parecido al que los autores practican cada domingo en Radio Euskadi a eso de las 11:10 de la mañana, desde 1998. Cuando se abrió el turno de preguntas, todas fueron dirigidas a Imanol. No tomé apuntes, pero alguna que otra idea sí que se me quedó en la cabeza.
Buen defensor del sistema público de salud, fue interpelado al respecto. "Hay algunas enfermedades que sólo se tratan en el sistema público". Al ser preguntado por las diferencias entre un psicólogo y un psiquiatra, dijo resumidamente, "el psiquiatra es un médico; el psicólogo, no". También se me quedó grabada otra frase: no hay locos. "En treinta años largos de ejercicio, no he conocido ningún loco". Hubo más, pero os tendréis que leer el libro.También la muerte estuvo presente en la charla y después de la charla. En el texto leído por Jabier Muguruza, hay una referencia a Mikel Laboa. Lo que Jabier no podía imaginar era que, entre el público presente, estuviera allí Marisol, la viuda de Mikel, y Agurtzane, su hija.
Luego nos enteramos de que había muerto Joxean Arbelaiz. De repente. Fue director del Patronato de Cultura, alto cargo en el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, profesor y director de instituto, presidente de la Coral Andramari de Rentería... Tuve poca relación con él, pero digo lo que dicen todos: que era un caballero. Os dejo con las reflexiones de otro. Eskerrik asko, Jabier. Las negritas son mías.
Gautama Buda, Mikel Laboa y una buena amiga
Gautama Buda vivió hace muchos años, en el siglo VI antes de Cristo, en la India. Era descendiente de una familia aristocrática que gobernaba una pequeña comarca de las vertientes del Himalaya.
Cuentan que se casó a los 19 años con una hermosa doncella, y cuentan que participaba en la vida mundana de la corte: cazaba, se divertía, y andaba por aquel país luminoso, lleno de jardines, arboledas y arrozales. Pero viviendo esa vida dichosa, llegó un momento en que sintió un profundo descontento de sí mismo. Según la historia, el sentimiento de la enfermedad y la muerte, de la inseguridad e insuficiencia de la dicha humana, descendieron al espíritu de Gautama.
Lo dejó todo, cambió radicalmente de vida y se convirtió en maestro espiritual, desarrollando una doctrina que tuvo muchos seguidores. El punto de partida de su doctrina era una sencilla pregunta: "¿por qué no puedo estar bien conmigo mismo?"
Quiero añadir que existía en la India en aquel tiempo la creencia muy extendida, de que de vez en cuando la sabiduría venía a la Tierra y se encarnaba en algunas personas elegidas, a quienes se conocía con el nombre de Buda. Se considera que Gautama era uno de esos budas, concretamente el último Buda que existió.
Por tanto, podríamos decir que Gautama fue la última encarnación de la sabiduría para los indios.
Yo no sé si Mikel Laboa era una encarnación de algo. La verdad es que a menudo, viéndolo pasear, hablar, gesticular, cantar... daba la impresión de que sí. Al menos, algo entre mágico y misterioso sí que tenía.
Se ha utilizado mucho, a raíz de su muerte, la figura del pájaro (por cierto, traduciendo del euskera, “txori”, que aunque quiera decir lo mismo, no es igual).
Sí, se ha utilizado mucho al pájaro para representar a Laboa. Yo no sé si Mikel era la encarnación de algún pájaro, no sé si era la encarnación de alguna otra cosa, pero sí sé que en una hermosa canción suya titulada “Bihotz, buztinezko bihotz”, al igual que en el caso de Gautama Buda 2.500 años antes, aparecen dudas y preocupaciones alrededor de nuestro ser más íntimo. En esa canción canta Mikel cosas como “Corazón, eres una pequeña casa, frágil, de cuatro habitaciones. A veces te llenas de fantasmas, y te asustas y lloras... en la oscuridad te haces pedazos... tú, que cuando caes gritas palabras que no comprendo... mira por la ventana, no está todo oscuro, etc, etc, etc”.
El mes pasado, una persona cercana, una buena amiga me contó su difícil situación: madre separada de dos niñas pequeñas, con problemas serios en el trabajo, se sentía deslizar hacia una fuerte depresión.
Impotente, se me ocurrió decirle que, en mi opinión, ni mis consejos ni los de nadie la podrían ayudar a salir de ese estado, que era indispensable que acudiese a un buen profesional. La reacción de mi amiga me sorprendió y aún permanece viva en mi memoria: me dijo que no podía, que le daba auténtico pánico. Esa es la palabra que utilizó: “pánico”. Le pregunté que pánico a qué y me respondió que pánico a remover, a recordar, a mirar hacia dentro.
Gautama Buda y Mikel Laboa, cada uno en su momento y contexto, constatan problemas para sentirnos bien. Mi amiga habla de pánico para acudir, en una situación muy problemática, a un profesional del “sentirse mejor”.
Creo que partiendo de estos tres casos tan lejanos entre sí, se puede abordar el diálogo de hoy sobre este libro, que habla -de forma natural, sin intimidar-, de esas cuestiones que tanto nos preocupan y nos condicionan a todos los que estamos aquí, en esta sala y en el mundo.
Yo creo que ha sido una suerte que dos personas de tan inmenso sentido común como Javi e Imanol (éste último, además, profesional de la salud mental) se hayan puesto a charlar y a escribir este libro que nos puede servir a todos. Y ahora, sin más, les dejo que avancen entre ellos –con nuestra ayuda-, sobre él.
Jabier Muguruza
Comentarios
Escrito por: EDu.2009/02/12 10:02:6.431000 GMT+1
Escrito por: iturri.2009/02/20 00:54:13.732000 GMT+1