Pero dejemos el mundo del fútbol, aunque no salgamos del Estadio de Anoeta. Y es que el copiloto y yo hicimos trueque de libros hace varias semanas en ese escenario. Me leí el libro que me prestó, pero no se lo he devuelto todavía. Él sí que me devolvió ayer el que yo le dejé.
No sólo eso: se presentó con los tres últimos números del renovado Goienkaria, periódico de la Comarca del Alto Deba. Detrás del cual está la empresa que mantiene en la red el weblog colectivo euskaldun por excelencia: Sustatu.
En el autobús, camino de casa, eché un ojo a los tres números y he de decir que me gustó el producto. No me extrañó, porque este medio ha conseguido importantes premios en Europa gracias al trabajo del diseñador Goio Arana y de su equipo. Aparte del diseño, importante pero no definitivo, también me gustó el interior.
Manda huevos que en esta época en la que estoy más enganchado a Internet que nunca, haya hecho lo que jamás hice: suscribirme a la edición en papel de la revista decana de información en euskara, Argia. No sé porqué, pero tenía la necesidad de leerla en papel. Cosas que pasan.
Aunque resulte raro, apenas he seguido este medio, porque comencé a leer prensa en euskara con el ya clausurado Euskaldunon Egunkaria y la revista semanal donostiarra Irutxulo, precedente del actual diario Irutxuloko Hitza. Pero ahora sí: ahora necesitaba Argia en casa.
Y no sólo yo: la Real también necesita Argia.
Amén.
Nota: argia es luz en euskara.
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