Partiendo de Italia, el pasado verano anduvimos por Eslovenia y Croacia. En Istria, el azar hizo que nos encontráramos con un quebequés llamado François, de padre donostiarra.
A finales de agosto, pillamos un apartamento a través de Booking.com en un pueblo de Istria llamado Porec. Nos recibió una persona que andaba por los 60 tacos. Sus primeras palabras, con acento extranjero, fueron en castellano: «¿Ustedes son vascos, no?».
Fuente: Wikipedia. Autor: Hobe. Dominio público.
Nos contó que su padre era de San Sebastián, pero que, debido a la Guerra Civil, huyó a Canadá. Su primera idea era partir hacia Australia, pero no había sitio. El siguiente barco se dirigía a Canadá y allá que se fue el buen hombre.
François G. era québécois. Nos dijo que llevaba doce años en Croacia, junto con su pareja croata, una mujer que conoció también en Canadá.
¿Por qué vivía ahora allí? Canadá es un país en el que todo funciona, pero no es el mejor plan del mundo contemplar la nieve durante seis meses al año. Marino-mercante, no se daba cuenta de esa circunstancia cuando viajaba por el mundo, pero, claro, la cosa cambió cuando abandonó su profesión.
Le dije que su apellido es muy conocido en Donostia, porque nos recuerda a todos un establecimiento que lleva ese nombre. No había visitado nunca la ciudad.
Al decirle que tendría muchos vuelos a Bilbao, François me respondió a ver si recordaba el accidente de avión del Monte Oiz de los 80. Por supuesto. Pues, él más, porque tenía billete para ese vuelo, pero la víspera bebió más de la cuenta y no pudo levantarse a tiempo aquella mañana. Cuando encendió la radio y tuvo noticias del accidente, se pasó 24 horas como un zombi.
Al día siguiente, cuando llamó a la empresa, le daban por muerto. «A veces beber no es tan malo», le dijo alguien al otro lado del teléfono. Para recuperarse del susto, le prorrogaron las vacaciones dos semanas más, pero necesitó tres meses para darle la vuelta a su situación.
El pasado 3 de septiembre nos despedimos. Le pagamos lo que nos faltaba y 50 kunas para que se tomara el primer trago en San Sebastián a nuestra cuenta. No sé si habrá venido por aquí.
Fue el mejor hospedaje de aquellas vacaciones, pero nos comentó que había vendido la casa. De todas maneras, tenía una algo más al interior y estaba disponible para su alquiler en la web Frank about Croatia.
Antes de escribir mis apuntes en el cuaderno de viaje, consulté en la red y me di cuenta de que nuestro Frank/François, junto con su chica Vera, es un bloguero referente para las personas que visitan Croacia.
Finalmente, una casualidad más, publico estas líneas la víspera del 33 aniversario del accidente del Monte Oiz. Fue el 19 de febrero de 1985.
Kroaziako blogari «donostiarra», apunte hau euskaraz
Comentar