Este viernes me encontré con María Antonia Plaza (una de las taquilleras del Teatro Victoria Eugenia). Ayer sábado, 11 de febrero, fue su último día de trabajo, porque se jubila tras 25 años en los teatros Principal y Victoria Eugenia (tal y como se lo contó hace unos días a Mitxel Ezquiaga: El contacto con el público me hizo feliz). Al enterarse, han sido muchos las y los donostiarras que se han acercado a darle las gracias a una sorprendida, emocionada y avergonzada María Antonia.
Unas semanas antes se retiró Frantxis López de Landatxe. Y lo hizo tras más de 30 años en el Departamento de Cultura de la Diputación guipuzcoana, muchos de ellos al frente de Koldo Mitxelena Kulturunea. Le entrevistó Teresa Flaño: "En la cultura somos muy conservadores, más de dogma que de razón y crítica" (dos jpg que en total pesar 10 MB).
Ayer también dijó adiós Garoa Kultur Lab. Una noticia triste y más teniendo en cuenta que era unos de mis sitios preferidos de la ciudad: "No abrimos la librería por motivos económicos y no la cerraremos por motivos económicos. Hemos tomado una decisión difícil, una decisión personal, una decisión íntima. Ha sido una decisión dura, pero firme".
Poco se puede decir ante semejantes razones: únicamente agradecer su trabajo (Imanol, Eneko, Oier, Ines, Aritz, Patri, Kepa, Lander y Sara) y apuntar que este año puede haber 200 actividades culturales menos en el barrio de Gros.
He releído lo escrito en este blog en julio de 2014 y la verdad es que da que pensar..
Semanas antes de su apertura, Oier Aranzabal entrevistó a Imanol(txo) Agirre: Liburu-dendak kultur epizentro dira, ala bestela ez dira. Traigo aquí este vídeo:
Y destaco esta frase: "Yo creo que la base de la innovación es ese paso atrás: muchas veces para ir hacia adelante, debes pararte un poco, dar dos pasos para atrás y ahí empieza todo".
También quiero resaltar otra idea que Imanol ha repetido estos días. Dice estar agradecido por la repercusión que ha tenido el cierre de la librería (muchos negocios cierran la puerta cada día y no son noticia), pero entiende que hay mucha gente (joven y no tan joven) haciendo cosas (o intentando hacerlas) y que es ahí donde hay que poner el foco.
Tirando de ese hilo, cuatro cosas:
1.- Ya acabó Donostia 2016. Punto. Pantalla superada. Tenemos que mirar hacia adelante y no podemos estar continuamente poniendo sobre la mesa las deficiencias de ese proyecto.
Eso sí, no ayudan mucho esos recordatorios horrorosos que han puesto delante de los locales donde ha habido actividades de la capitalidad. En el caso de Garoa será una especie de lápida (si haces click encima de la foto, tienes la oportunidad de ver cinco fotos más de ayer).
2.- Las instituciones: en San Sebastián el peso de la cultura institucional es muy grande, pero muchos trabajadoras y trabajadores que no son funcionarios (incluidos creadores, artistas y activistas varios) viven en situación precaria.
Fuera de ese paraguas institucional, aprecio, por ejemplo, lo que hacen Le Bukowski, Dabadaba, Doka, Guardetxea... (como también apreciaba lo que hacía Kortxoenea).
Ahora bien, ya estoy mayor y me da por pensar mal: parece que durante el 2016 ha habido algunos expedientes en el Ayuntamiento que han estado parados y que se han reactivado, con consecuencias negativas, este 2017. Todo será legal, pero mírese el espíritu y no tanto la letra de la ley.
3.- Estos últimos años el turismo ha crecido vorazmente en nuestra ciudad. ¿Hasta cuándo? Me gustaría ver datos de verdad, información, y no esos datos triunfalistas de ocupación que se sueltan cada vez que hay que valorar el número de visitantes.
Tal y como están las cosas, seguramente habrá que sacrificar algunos espacios para los turistas y nosotros, los ciudadanos, portarnos como tales en esos ámbitos. Algo beneficioso: se ha revitalizado la vida en los barrios.
4.- Habrá que organizarse: nos gusta pagar pocos impuestos y que la Administración lo solucione todo, pero eso es imposible. Siempre hay grupos organizados y si nosotros (ciudadanos, trabajadores... rellena tú mismo el colectivo) no nos organizamos, lo tenemos claro.
No quedará entonces más remedio que llorar como donostiarras lo que no supimos defender como ciudadanos, pero tal y como dice el músico Joseba Irazoki "No podemos estar llorando todo el rato".
P.S.: tocará ir más a Zarautz.
Esaidazu zer sentitzen den argiak itzaltzen direnean, apunte hau euskaraz.
Actualización: 13 de febrero. 8:10. Esta pequeña pieza de Juan González Andrés.
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