Ayer por la tarde me leí las seis páginas escritas sobre los Premios Euskadi por Jon Alonso (euskara) en el Anuario de la revista Argia. Levantará alguna tempestad en el pequeño mar de la literatura vasca.
Leí también la denuncia publicada en Gaztesarea en la que vecinos de Egia tachan de “montaje policial” la acusación a varios jóvenes del barrio de emprenderla contra la tumba de Gregorio Ordóñez. Desconozco si es cierto lo que se cuenta en el enlace, pero será difícil que prevalezca esa versión en un tiempo en el que "todo vale".
Leí, asimismo, que los partidos PSE-EE, PNV y EA se dieron prisa ayer por la mañana en el Ayuntamiento de San Sebastián a la hora de aprobar que la incineradora se instale en terrenos de Zubieta. Como dice Moyano en el enlace, si no tenían poco con los campos de entrenamiento de la Real, ahora les endiñan la nueva cárcel y la incineradora.
Otra cosa que leí ayer tarde: lo escrito por Hasier Etxeberria sobre el futuro del libro y lo difícil que resulta ya que libros punteros de la literatura en euskara consigan vender 1.000 ejemplares. Veo una cosa buena: que somos conscientes de que estamos haciendo las cosas mal. Y ése puede ser el primer paso. Pero el segundo no vendrá de herramientas del tipo PVC, o sea Plan Vasco de la Cultura. No me he leído el plan, pero sí que he hablado con algunos merodeadores y con ello me basta para saber que ése no es el camino.
Todo no fue lectura. También vi en la red el corto del realizador Borja Cobeaga, el que está camino de los Oscar. En la calle, Borja tiene pinta de tipo despistado. No parece mala gente y espero que tenga capacidad de discernimiento a la hora de quitarse de encima al montón de amistades que le habrán salido a cuenta del tío Oscar. ¡Suerte!
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