Una plataforma ha presentado esta semana un manifiesto para que los gobiernos catalán y español inicien una negociación política lo antes posible. Han aparecido públicamente tras el acuerdo entre PSOE y UP, pero en la web dicen que la idea surgió a mediados de octubre. El manifiesto proviene del mundo cultural y universitario y, en este momento, la relación de firmantes es de 1.300 personas.
Hoy mismo he leído la columna Pitjor però millor de Montse Santolino. Habla de Cataluña, pero también cita la ola de conflictos a nivel mundial (Líbano, Hong Kong, Iraq, Chile, Bolivia...).
«És cert que tot pinta malament, però només davant l’autèntic perill mostrem la nostra autèntica veritat» cierra su reflexión Santolino.
Quiero traer aquí dos referencias que hay en el artículo.
Una, el programa que Carne Cruda dedicó a Cataluña hace unas semanas. Lo podéis escuchar en el enlace y también aquí abajo. Son varias las personas que participan y me parece que pinta un cuadro bastante acertado.
Dos, una canción de la pianista y compositora Clara Peya: «Calma».
No la conocía y, al meter su nombre en Spotify, uno de los primeros resultados que nos muestra es su participación en una canción colectiva de hace varios meses.
El vídeo con la canción en apoyo del rapero Valtonyc tiene más de 4 millones de visitas en Youtube y está grabado en la cárcel La Modelo de Barcelona.
Esta tarde me ha llegado otro vídeo al móvil. Recoge una intervención reciente de Manuel Castells en Chile y tiene que ver con el artículo Explosiones sociales, publicado hace tres semanas. Habla de protestas globales y de un malestar y unos problemas que nos conciernen a todos y que, si no los solucionamos, nos vamos a la mierda antes del 2100.
Del artículo de Castells extraigo esta frase: «(...) lo más grave es, como escribía recientemente el semanario alemán Stern, la incapacidad congénita de los políticos españoles para negociar».
Eso es así y, por ejemplo, cuesta entender que cuando ETA dijo adiós el Estado español tuviera tantos reparos en reunirse para ver cómo cerrar la persiana. A mí no me entra en la cabeza. Bueno sí, pero no me parece inteligente.
Una persona conocida me ha dicho esta semana cómo también en el País Vasco el enfado de algunos jóvenes va a más. Para rematar la jugada me dijo: mirando la historia de nuestro pueblo, te das cuenta de que son los abuelos quienes han pasado las armas a los nietos, saltándose a los padres. Es decir, cada dos generaciones hay un conflicto armado. Espero que no acierte.
También es de esta semana una entrevista de El Confidencial a la escritora croata Slavenka Drakulic. Me parece un titular un tanto tremendista, pero el tono del texto es también ese.
Hace un año estuvo en el festival Literaktum y presentó un libro en euskera, Han ez banengo bezala, traducido por Amaia Apalauza para la editorial Pasazaite. Tiene varios libros en Anagrama.
Fotógrafo: Josu De la Calle para Literaktum (Donostia Kultura).
«La novela está ambientada en 1992, en el periodo más terrible de la guerra de Bosnia, y muestra uno de los aspectos más terribles de la guerra: la violencia contra las mujeres».
Para no acabar en un tono un tanto sombrío, echaré mano de otra canción de Peya: «Oceanes» .
«Oceanes és un homenatge a les dones a través de l’aigua; un crit perquè les dones s’empoderin i res ni ningú els impedeixi ser ells mateixes. L’aigua és calma i fúria, neteja, purificació, l’aigua flueix, és profunditat, immensitat, maternitat, naixement. Som aigua».
Negoziatzeko gaitasun falta, apunte hau euskaraz
P. S.: poco después de escribir estas líneas, he visto en Twitter que Peya ha estado en Euskal Herria los días 15 y 16 de noviembre.
Comentar