Antes de comenzar a escribir estas líneas, me he leído un apunte publicado hoy mismo por Gervasio Sánchez en su blog y que lleva por título "Chile en Sarajevo". Gervasio no necesita demasiada presentación: ahí están más de 25 años cubriendo guerras y violaciones de derechos humanos en diferentes lugares del planeta. La base del apunte es la historia de una chilena y de sus cuatro hijos que huyen de la dictadura pinochetista y que tienen que hacer frente a la guerra en Sarajevo a comienzos de la década de los noventa del pasado siglo.
Estos días han estado en Guadalajara (México) Harkaitz Cano, Mikel Ayerbe y Mari Jose Olaziregi hablando de la relación entre violencia y literatura. Viéndolo desde fuera, no parece que tengamos mucho que aportar a México en este terreno, un país donde las diferentes violencias son causa de la muerte de miles de personas anualmente... aunque nunca se sabe.
Hace poco le escuché a un escritor vasco decir que nuestro conflicto no interesa mucho fuera de nuestras fronteras. Y, seguramente, así será. Pero agradecería aquí y ahora buena ficción sobre todos estos años de plomo, sin despreciar el valor terapéutico de la literatura (al que hacía referencia Mari Jose Olaziregi en Guadalajara).
Este pasado mes de noviembre me he leído la novela “Atzerri”de Mikel Antza. Tiene un comienzo potente (varios presos protestando en Francia, encerrados en sus celdas de castigo; la última gaupasa de Antza antes de pasar a la clandestinidad; vivencias clandestinas en París; dudas y reflexiones varias a la hora de elegir entre su integración en ETA y su carrera literaria), pero me perdí a mitad del relato. A pesar de todo, recomiendo su lectura (está en euskera por ahora).
Lander Garro ha escrito recientemente un texto que me llegó. Escrita en euskera, Nire tokia es una pequeña columna en la que Garro cuenta lo que sintió al darle la mano en un acto público al periodista Gorka Landaburu. "Jamás había sentido tan cerca el dolor que nosotros hemos causado". Y más tarde: "Cuando tocas con la mano el dolor de los otros".
A los pocos días, Landaburu estuvo en Barcelona en un acto organizado por la Universidad de Barcelona que juntó a víctimas de ETA y a Pernando Barrena (voz autorizada de la izquierda abertzale). También acudieron una hija de Ernest Lluch, Robert Manrique, Verónica Portillo, etc.
Bastante trabajo tienen las víctimas con su dolor y no seré yo quien les diga cómo han de gestionar ese sufrimiento, pero me da que no le damos la importancia que se merece ni les agradecemos lo suficiente a las personas que hacen los gestos mencionados en el párrafo anterior. Otro ejemplo más, Eulalia Lluch en Radio Euskadi.
Pero hay más sufrimiento, claro. Acaba de presentarse también un trabajo llevado a cabo por la Fundación Euskal Memoria titulado «Oso latza izan da. La tortura en Euskal Herria». 4.500 testimonios de personas torturadas.
Y no se queda únicamente en tierras vascas. Ahí está el documental "Ojos que no ven" que recoge los ataques de los grupos ultraderechistas en el Estado español desde 1976 hasta 2011. La película se puede ver en la red.
«Besteen mina eskuarekin heltzen duzunean», apunte hau euskaraz
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Escrito por: Ander.2012/12/03 10:53:1.279000 GMT+1
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